14 de febrero

Se trata de una fecha que tradicionalmente se denomina “Día del Amor y la Amistad” y que es motivo para el más desenfrenado consumismo, con la costumbre de intercambiar obsequios, saludos y felicitaciones de las más variadas maneras. 

El comercio vive uno de sus días más esperados y esto es, incluso, factor determinante para el impulso de la economía del país en general, en momentos en que precisamente por la famosa “cuesta de enero” se percibe una contracción de la misma.

14 de febrero

Hablamos de un aspecto positivo y benéfico de esta popular celebración, que a final de cuentas implica que un fresco ramo de flores, una caja de chocolates, una invitación al restaurante, una sencilla llamada telefónica, una serenata o la entrega de una joya por modesta que ésta sea, representan un momento de dicha y felicidad para el ser amado, ya sea madre, padre, hermana, hermano, hijo, hija, novia, novio, etc.

Si nos apegamos a la definición académica, amistad significa relación de afecto y confianza mutua entre personas. Pero el afecto se puede tratar de demostrar bien en forma sincera o fingida. Y la confianza, igualmente, se puede tener uno para sí, o bien para otra persona o cosa. 

Empero, es complicada la relación social, incluso entre parientes, no se diga entre amistades. Se ha llegado a considerar que, a pesar de todo, las demostraciones de afecto, sinceras y auténticas, se llegan a sentir,  través de un fuerte apretón de manos, un estrecho abrazo o un saludo a la distancia, por cualquier circunstancia,  a veces acompañado de una abierta sonrisa. Y es probable que en esto juegue un papel importante la psicología o lo que llamamos “sexto sentido”.

Existe la consabida frase “mucho gusto en saludarle” y es probable que a veces sí sea una expresión sincera, pero es correcto, porque es una muestra de cortesía y educación, si bien un tanto un cuanto estereotipada.

Hay que tomar muy en cuenta la influencia de los intereses creados. Se dan casos en la simple relación social, no se diga en el área de los negocios, la política, etc., en que la amistad no prevalece sobre los primeros. 

Incluso en la relación laboral, hay deslealtades y traiciones, daños y perjuicios, a costa del interés mismo, haciendo a un lado el compañerismo, la ética y la moral, pisoteando los derechos ajenos en medio de la selva de cemento, a pesar de que se llegue a hablar de “amistad”.

Rendir culto a la verdadera amistad, no es tan simple. Consiste en despojarse de todo egoísmo e interés y dar lugar al desprendimiento, la generosidad, la solidaridad y sobre todo, al más eminente sentido humano.

A nivel global, el hecho de no respetar la amistad y la confianza entre naciones, ha originado lamentables guerras mundiales, con pérdidas de millones de vidas humanas y cuantiosos daños materiales, a veces por la ambición de expansiones territoriales, disputando recursos naturales u otros intereses.

Hoy en día subsisten claras muestras de ello en lejanas tierras, donde resuenan los cohetes, las amenazas bélicas, violentos enfrentamientos verbales entre los gobernantes de países en conflicto, sin tomar en cuenta el daño infligido a los habitantes de esos países, inocentes víctimas que nada tienen que ver con esas diferencias entre los gobernantes o mandatarios.

Pese a ello, subsiste la esperanza, la lucha entre el bien y el mal, la luz al final del túnel, en que el amor al prójimo debe prevalecer por sobre todas las cosas, de ahí que es una realidad que los amigos verdaderos son como joyas, preciosos pero raros. ¡Es la amistad genuina, auténtica, la que hay que cultivar!