Nuevo León se plantea relajar las restricciones de agua tras un par de lluvias
El Gobierno estatal bombardea las nubes y combate el robo de líquido ante el aumento del malestar ciudadano por los cortes de suministro
La sequía afloja su garra sobre Monterrey. Después de casi tres semanas con un suministro de agua restringido a seis horas diarias, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, ha asegurado este viernes que la mitad de la ciudad tendrá abastecimiento durante 11 horas, aunque las autoridades encargadas del suministro no lo han confirmado. Las lluvias el martes y miércoles y el cierre de tomas ilegales han aliviado la peor situación de escasez que vive la zona en más de tres décadas. El relajamiento de las medidas coincide con un aumento del malestar social. Los ciudadanos han salido varias veces a las calles para protestar contra las restricciones al grito de “¡queremos agua!”.
Esto, junto al cierre de fugas y al combate al robo de agua, ha permitido aumentar el abasto de 11.000 litros por segundo a 13.000 aproximadamente, según Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, el organismo encargado del suministro. “A la mitad de la ciudad no se le va a cortar a las 10.00 o a las 11.00, van a tener agua hasta las 14.00 o 15.00 de la tarde”, ha dicho García en declaraciones recogidas por el diario Reforma.
Pese a las buenas noticias, la semana empezó mal. Seis municipios del área metropolitana, 50% de la población, se quedaron sin agua debido a una enorme fuga en el acueducto que une la presa de El Cuchillo a la ciudad. La fisura en el ducto provocó que se perdieran 600 litros por segundo. Aunque la falla se reparó el domingo, los tanques tardaron otros dos días en llenarse. Para contrarrestar la fuga, el Gobierno aumentó la extracción de agua de otras dos presas, La Boca y Cerro Prieto, con niveles de almacenamiento que no llegan a los dos dígitos.
Una niña empuja una carreola con agua en Escobedo, el pasado 21 de abril.
La exasperación de los ciudadanos es evidente. Los bloqueos de avenidas y carreteras se han vuelto frecuentes. En el municipio de García, uno de los más afectados por el desabasto, el líquido solo llega por medio de pipas cada tres días. “La situación ha empeorado”, dice Javier Torres, regidor del municipio. En la colonia Villas de Álcali, hay sectores que llevan 37 días sin agua en la llave. En la última semana, otros dos sectores han empezado a sufrir el desabasto. Servicios de Agua y Drenaje ha instalado tinacos de 10.000 litros, pero ha limitado la extracción a tres cubetas diarias por familia, cuando antes eran seis. “Eso no nos dice que se vaya a solucionar pronto”, señala Torres.
Mientras, Servicios de Agua y Drenaje había incorporado hasta el miércoles 67 pozos someros con una capacidad de 1.449 litros por segundo y recuperado otros 2.098 litros por segundo que se perdían en fugas. Mediante las pipas, ha distribuido más de cuatro millones de litros de agua a 41.000 personas. Además, el Ejecutivo local ha presionado a las empresas con sede en Nuevo León, uno de los polos industriales del país, para que cedan parte del líquido que tienen concesionado.
La situación de dos de las tres presas que abastecen Monterrey continúa siendo alarmante. Pese a las recientes precipitaciones, el nivel de almacenamiento ha seguido bajando en los últimos días. La presa de Cerro Prieto está al 1,3% de su capacidad de almacenamiento y la de La Boca, al 8,5%, según información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) hasta este viernes. El Servicio de Agua y Drenaje ha asegurado que hay “pronósticos favorables” de lluvia para la próxima semana.
Cada vez más presionado, el gobernador Samuel García ha echado balones fuera. Aunque su Gobierno ha continuado extrayendo agua de las presas casi vacías, el mandatario ha culpado de la situación a Administraciones anteriores y a la Conagua. “Entiendo el enojo, pero les aseguro que en este Gobierno estamos haciendo todo lo que no se hizo en 30 años para garantizar agua para todos”, señaló hace unos días. La popularidad del mandatario local, que tomó posesión en octubre pasado, se ha resentido con la crisis. Según una encuesta del Grupo Reforma, la opinión del 37% de los ciudadanos sobre García ha empeorado, frente al 21% que reporta una mejor opinión.