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Protestan en su día contra el Ejército en Guerrero

Familiares de personas desaparecidas durante la llamada "Guerra Sucia" en la década de los años 70 se manifestaron afuera de la sede del Sexto Batallón de Infantería, donde se conmemoraba el Día del Ejército

Con el grito de "¡No hay nada que festejar, pero sí de protestar!", los inconformes marcharon desde el Antimonumento a los 43, tomaron un tramo del carril sur-norte de la Autopista del Sol y siguieron por el Bulevar Vicente Guerrero hasta llegar a las  instalaciones militares ubicadas en la Colonia Las Palmas.

Foto ReformaProtestan en su día contra el Ejército en Guerrero

  • Chilpancingo, México

En el interior del inmueble se realizaba la ceremonia oficial conmemorativa del Día del Ejército, con la asistencia de la Gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, y el Comandante de la 35 Zona Militar.

Varios cohetones fueron lanzados al aire por algunos de los manifestantes.

 "Hay que tener cuidado de que los cuetes (cohetes) no estallen adentro donde están los guachos", dijo un anciano.

En las instalaciones ya estaba una fila de militares con equipo antimotin listo para disuadir a los manifestantes en caso de que quisieran ingresar.

Los soldados fueron agasajados este domingo con Las Mañanitas que les cantó un mariachi y un desayuno.

"¡Asesinos!", gritaron algunos de los inconformes frente al portón de acceso al inmueble militar.

Las más de 100 personas, en su mayoría de la tercera edad, mostraron cartulinas con el  dibujo o la fotografía de un familiar desaparecido a manos del Ejército.

"¡Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos!", gritaron algunos.


Estela Arroyo Castro relató que en 1973, en la comunidad de San Vicente, Municipio de Atoyac de Álvarez, un coronel del Ejército que estaba al mando del cuartel en esa zona le llamó a su padre Alejandro Cabañas.

"Mi padre era sastre y acudió al cuartel en donde lo torturaron y a fuerza le exigían que él dijera que no se apellidaba Cabañas. Como se negó, se lo llevaron", dijo Arroyo.


Fue liberado, aseguró la mujer, pero debido a las torturas que recibió le salió un tumor en el pulmón y de eso murió hace 15 años.

El Ejército, dijo, también se llevó a su abuelo Sóstimo López y a su tío Isaías Castro Velázquez, el primero, que fue torturado y liberado, ya murió, y el segundo sigue desaparecido.

Durante el mitin, fue leído un comunicado de los colectivos Asociación Representativa de Ejidos y Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos, Grupos Vulnerables; Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos y Desplazados de la Guerra Sucia y Asociación Nacional Cívica Revolucionaria.

 En el documento, los colectivos exigen una reunión con el Presidente Andrés Manuel López Obrador; la destitución del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz, porque ha retrasado las investigaciones y una audiencia con la Gobernadora Salgado.

"Hace más de un año nos prometió una reunión la Gobernadora pero ni nos hace caso, pero eso sí, le importa más tomarse fotografías con el asesino de Rubén Figueroa Alcocer", dijo uno de los familiares.

Salgado, la Fiscal estatal, Sandra Valdovinos y el Presidente del Poder Judicial, Raymundo Casarrubias, salieron de las instalaciones militares por una puerta lateral, para evitar encontrarse con los manifestantes.

Abel Barrera Hernández, integrante de la Comisión de la Verdad para la Guerra Sucia, reconoció la falta de avances por parte del Gobierno de López Obrador para esclarecer las atrocidades que cometió el Ejército durante la década de los 70s.

 "Hemos encontrado muchas cosas que no hemos podido avanzar; faltan búsquedas, expedientes que entregue el Ejército y que la Fiscalía General de la República que en verdad colabore, dijo Barrera.

 Los familiares dejaron pegadas las cartulinas con los rostros de sus desaparecidos en el portón de la sede del Sexto Batallón de Infantería del Ejército.



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