Rafael Caro Quintero volvió a ser "El Narco de Narcos"
Cercano a los 70 años, Caro Quintero pretendió retirarse del narcotráfico, pero las bandas rivales y la reanudación de su cacería por parte del gobierno lo orillaron a volver o fueron su pretexto
Cercano a los 70 años, Caro Quintero pretendió retirarse del narcotráfico, pero las bandas rivales y la reanudación de su cacería por parte del gobierno lo orillaron a volver o fueron su pretexto. El caso es que, según reportes federales de inteligencia a los que tuvo acceso este semanario, el viejo capo reclamó al Cártel de Sinaloa un lucrativo territorio, que le fue negado, y decidió aliarse con los sicarios de La Línea, el brazo armado del Cártel de Juárez…
CIUDAD DE MÉXICO
Rafael Caro Quintero estuvo rodeado en los últimos años de versiones que lo implicaban de nuevo en el narcotráfico, después de que fuera liberado por la justicia federal en 2013.
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El capo fue localizado en el municipio de Choix, Sinaloa, donde estaba en una supuesta disputa con Los Chapitos, hijos de Joaquín Guzmán Loera, a su vez preso en Estados Unidos. Informes federales de inteligencia lo ubicaron incluso con el Cártel de Juárez, utilizando a La Línea como brazo ejecutor. Este grupo se ha caracterizado por la sangrienta disputa que sostiene con la célula delictiva Los Salazar, identificada como brazo armado de Los Chapitos en Chihuahua y parte de Sonora.
La razón del conflicto: que el veterano fundador del extinto Cártel de Guadalajara concentró sus operaciones de trasiego de droga en ese municipio fronterizo.
Una vez libre, según los mencionados reportes, Caro Quintero se trasladó al municipio de Matachí, en Chihuahua, donde lo esperaba su esposa, Diana Espinoza Aguilar. Hizo saber al gobierno y a los capos que no estaba interesado en regresar a los negocios.
Sin embargo, se sintió acorralado y forzado a abandonar Matachí. El Mayo Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, le ofreció refugio en Surutato, al norte de Badiraguato, donde permaneció poco tiempo. Sabiéndose buscado, escapó a El Batamote, en Sonora, donde lo hospedó Jesús González Pañuelas, relacionado con la familia de El Chapo Guzmán. Allí de nuevo se sintió perseguido por las autoridades.
Amenazado por la posibilidad de pasar sus últimos años en prisión, el capo optó por volver a las andanzas. Para recuperar los territorios que hace más de 40 años eran suyos, como Caborca, Pitiquito, Altar, Puerto Lobos y Puerto Libertad, Caro Quintero convocó a sus subalternos, entre ellos sus sobrinos Juan Pablo y Said Emilio Quintero Navidad, actualmente presos.
La reunión se llevó a cabo en 2017
Entre las primeras acciones de este grupo estuvo la creación del brazo armado La Barredora 24/7 y una alianza con La Línea, a través de Jesús Salas Aguayo, El Chuyín.
De acuerdo con los informes federales, Caro Quintero no se alió con El Mayo ni con los hijos de El Chapo debido a que reclamó su derecho de antigüedad, pero ni Zambada ni los Chapitos le cedieron territorio, pues implicaba que Caro Quintero controlara varios de los negocios más lucrativos de la región: el tráfico de personas indocumentadas hacia Estados Unidos y trasiego de droga, particularmente fentanilo, además de la extorsión a los productores agropecuarios de la región y el control del agua.
En noviembre de 2019 se le atribuyeron al Cártel de Caborca los homicidios de seis menores y tres mujeres de la familia LeBarón, ocurrido en el municipio de Bavispe, Sonora. Adrián LeBarón, padre y abuelo de las víctimas, aseguró que detrás de esos asesinatos estuvo Caro Quintero.