Violencia y negligencia: Abuso a médicos residentes en hospitales públicos
Médicos especialistas denuncian abusos en residencias médicas
Negligencia de autoridades de Salud, falta de reformas, sobresaturación de pacientes en hospitales públicos, normalización de la violencia para ingresar a la "élite médica". Todo ha contribuido a que se den abusos contra médicos residentes.
Médicos especialistas con trayectoria coincidieron en que cuando fueron residentes sufrieron algún tipo de violencia y que, incluso, antes las agresiones eran peores.
Ellos piden frenar los abusos por las graves consecuencias físicas y mentales que provocan.
Indican que la especialidad requiere de alta disciplina y esfuerzo, pero sin atentar contra la dignidad.
En la residencia médica se crea un círculo en donde la violencia parece perpetuarse porque por lo general los residentes que fueron maltratados repiten el patrón de abusos contra los de ingreso más reciente cuando suben en la escala jerárquica.
"Sigue así por paradigma", indica un anestesiólogo que ha sido jefe de áreas en el IMSS y en hospitales privados. "Los maestros así fueron tratados cuando eran residentes.
"Y muy probablemente los residentes, que han sido abusados, lo proyectarán con sus alumnos. Desgraciadamente en un círculo que nunca termina".
EL NORTE publicó ayer testimonios de residentes que narraron vivir un infierno en los hospitales, entre intentos de suicidio, salud emocional quebrantada, jornadas laborales de hasta 48 horas sin dormir ni comer, humillaciones e internamientos en áreas psiquiátricas.
Estas condiciones han existido por décadas, pero salieron a la luz tras el suicidio de Abraham, de 27 años, residente de segundo año de medicina interna que sufrió acoso laboral en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) 25 de IMSS.
I. URGE CAMBIO
Otro factor que permite que el abuso siga es que los médicos llamados "profesores titulares" y otros médicos adscritos, responsables de las residencias médicas, permiten que residentes de mayor jerarquía organicen a su libre albedrío las tareas de los residentes de menor grado, explica un neurocirujano decano.
"Estamos en un juego en donde los jugadores ponen las reglas y las instituciones son negligentes por no ser el árbitro adecuadamente", dice. "Los médicos adscritos se concentran en ejecutar la medicina de la mejor manera y en no inmiscuirse en asuntos de residentes".
Aunque existe una Norma Oficial Mexicana NOM-001-SSA-2023, creada para la organización y funcionamiento de residencias médicas en México, ésta no se cumple.
El documento no dice que los residentes de mayor jerarquía tengan autoridad para asignar guardias y castigos a los de menor grado.
Incluso marca que los residentes deben recibir alimento en las jornadas regulares y en las guardias, pero en la práctica les prohiben comer.
Médicos indican que es un reflejo de prácticas viejas marcadas por abusos que urgen ser modificados.
En un escrito que ha circulado entre médicos señala que las guardias, protocolos, reportes, presentaciones clínicas y pasos formales no son castigos, sino herramientas formativas basadas en la disciplina y la repetición consciente.
Pero, aclara, la disciplina no debe confundirse con prácticas abusivas o autoritarias.
"Un entorno disciplinado debe promover el aprendizaje, la dignidad humana y la seguridad del paciente, no el autoritarismo ni la violencia psicológica", señala. "La diferencia entre disciplina y abuso radica en la intención formativa, el trato humano y el respeto por la persona en formación".
II. SIN DESCANSO
Los hospitales públicos del país son sostenidos en gran medida por los residentes.
Ante la cada vez mayor saturación de pacientes y falta de insumos médicos, la carga de trabajo recae en ellos, siendo un caldo de cultivo para que sufran más humillaciones.
"Si hay mucho trabajo y el residente de menor jerarquía quiere comer, ir al baño, detenerse, sentarse o, incluso, sonreír, esto le quita tiempo", cuenta un neurocirujano. "Los residentes de mayor jerarquía utilizarán toda su creatividad para llevar al límite a los residentes menores".
Los turnos continuos de hasta 36 horas sin pausas para descansar, asearse o cambiarse de ropa los vivieron médicos decanos.
Una especialista en cuidados paliativos que hizo su residencia en hospitales del IMSS recuerda que en las guardias en Urgencias llegaba a ver hasta 120 pacientes sólo entre ella y otro residente.
"Mucho acoso lo viví de mis compañeros residentes que tenían un año más avanzado o algún cargo", señala. "Si un tratamiento no era como el médico adscrito quería, o debía ser, te exhibían frente a los demás. Si no estabas de acuerdo en una opinión, igual se te exhibía".
Agrega que sí hay médicos que ya no realizan esas prácticas, porque no quieren que más residentes sufran lo mismo.
"Pero la carga de trabajo para el médico promedio del IMSS en cualquier nivel", añade, "y las condiciones bajo las cuales se trabaja, son un caldo de cultivo para un ambiente laboral cada vez peor".
Una neumóloga del IMSS y del medio privado indica que hubo casos de acoso sexual cometidos por un profesor encargado de residentes, y los directivos del hospital tardaron tres años para cambiarlo.
Una geriatra relata que el acoso que vivió de compañeros y profesores en su residencia escaló al punto que tuvo que presentar una demanda contra un médico.
En el segundo año de su residencia desarrolló un episodio de hipomanía, estado de exaltación mental caracterizado por niveles desorbitados de energía, irritación e incapacidad para dormir. En su caso pasó cinco días con insomnio.
Tuvo que internarse en el área de psiquiatría para recibir atención y luego llegaron las burlas e insinuaciones para que renunciara.
¿LA AUTORIDAD? SIN PALABRAS...
Las autoridades de Salud en Nuevo León callaron ayer ante los testimonios de abusos e intentos de suicidio de médicos residentes.
Se solicitó una entrevista con la delegada del IMSS en Nuevo León, Miralda Aguilar Patraca, y con el director de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) 25 del Seguro Social, José María Sepúlveda Núñez, por señalamientos directos de residentes contra este hospital, pero no hubo respuesta.
La Secretaria de Salud del Estado, Alma Rosa Marroquín, también guardó silencio ante las historias de terror narradas por residentes.
Los responsables de las áreas de comunicación señalaron que no tuvieron respuesta de los funcionarios ante la solicitud de entrevista de EL NORTE.
Con información de Dalia Gutiérrez
