'El aborto es un derecho, y los derechos no se debaten'
Por segundo día consecutivo, mujeres de todas las edades y razas salen a las calles de EU para reclamar el fallo de la Corte al aborto
Washington DC, Estados Unidos
El fallo de la Suprema Corte de Estados Unidos (SCOTUS) en el caso Dobbs vs Jackson anuló la sentencia de 1973 conocida como Roe vs Wade, que garantizaba el derecho al aborto en el país hasta el momento en el que el producto pudiese sostenerse fuera del vientre.
Ahora, será decisión de los Estados si prohíben o criminalizan el aborto, y/o el número de semanas en las que todavía se podrá interrumpir el embarazo.
Activistas de todas edades, raza, etnicidad, orientaciones sexuales y géneros protestan frente a SCOTUS para denunciar la decisión.
A las 19:30 horas de Washington DC se ven personas entrando y saliendo de la Calle First NE con pancartas en mano. Algunas han adoptado el pañuelo verde, símbolo de los derechos reproductivos en América Latina.
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Voluntarios de organizaciones como Planned Parenthood y NARAL Pro-Choice reparten agua. Muchos son hombres.
Se siente el miedo entre los activistas porque, a pesar de gritar consignas, se rehúsan a ser entrevistados. Aunque no ocultan sus rostros, no desean ser fotografiados o dar algún testimonio.
Quizá tenga que ver con el hecho de que Estados Unidos se ha vuelto algo "Orweliano" dada la posibilidad de conocer todo acerca de una persona a través del reconocimiento facial. A diferencia de la novela de George Orwell, 1984, donde el Estado es quien espía a las personas y crea propaganda, en 2022, las personas son las que a menudo entregan sus datos a aplicaciones que los venden a terceros. (Un ejemplo es la empresa Clear View AI que utilizó técnicas de reconocimiento facial para ayudar a la Policía a encontrar a los que invadieron el Capitolio el 6 de enero del año pasado.)
También es real que el aborto sigue siendo un tema tabú, porque, aunque hasta el fallo de la Corte era legal, sigue siendo delicado discutir.
Es un tema extremadamente personal que conlleva decisiones difíciles. A veces se trata de la dolorosa medida de no llevar un embarazo a término porque el feto no desarrollará los órganos esenciales.
Otras es vivir en un país donde, a pesar de considerarse "primer mundo", la renta es exorbitante y los recursos no alcanzan para mantener a otro ser humano, mucho menos la guardería que permitirá mantener el empleo, incluso cuando hay dos padres y los dos trabajan.
A pesar de que las personas están dispuestas a compartir experiencias, no todos quieren hablar de sus historias o de por qué apoyan la causa. El aborto es un derecho humano y los derechos no se debaten.
Mujeres mayores de 50 años, algunas de la tercera edad, gritan consignas junto a las más jóvenes. Una mujer negra con el pelo chino grita en un megáfono:
"Cuando el aborto está bajo ataque, ¡¿Qué hacemos?!"
Las demás responden:¡Nos levantamos y peleamos!
Se forma un gran círculo donde varias personas cuentan sus historias. Aún en donde casi no se ve quién habla, se escucha la voz desgarradora de una mujer que cuenta lo vital que fue para ella la posibilidad de tener acceso al aborto cuando un hombre la violó siendo adolescente.
Las demás escuchan, ella grita: ¡¿De quién es la decisión?!
Y las demás responden:¡Mi decisión!
Las mujeres negras son las que más toman el micrófono, hablando de cómo la decisión afectará a sus comunidades de manera desproporcionada.
Los hombres negros, blancos, asiático-americanos y latinos también apoyan, sustituyendo el "mí" por "su". ¡Su decisión!
Las mujeres mayores gritan fuerte, sobre todo porque esta fue la lucha de sus madres y sus abuelas, algunas aún muy jóvenes en 1973 cuando se crearon las protecciones hacia el aborto.
Una lucha a la que no pensaron que sus nietas tendrían que enfrentarse de nuevo. "Roe" se daba por sentado. Se enseñaba en las escuelas como pieza clave en los derechos de las mujeres; tan obvio como la adquisición del voto.
La era en la que las señoras perderían amigas -que inhumanamente habían sido violadas- por intentar abortar con un gancho o se habían quitado la vida había quedado atrás.
Se siente el corazón roto de los participantes, el luto por la posibilidad de decidir entre tener una carrera profesional a los 20 o encargarse de un bebé para el que aún no se está preparada y no se tienen los medios. Se trata de la pérdida de la autonomía humana.
La consigna principal entre los diferentes círculos que se forman es: ¡Al carajo con la Corte!, ¡Abortemos esta Corte! ¡Al carajo con la corte y los legisladores! y ¡No somos tus incubadoras!
Una pancarta negra con la figura de un útero rosa dice: "El aborto es cobertura médica".
En un país donde el acceso a la salud es increíblemente caro y, a pesar de ser uno de los más desarrollados, la cobertura médica no es universal o es inaccesible para muchas personas, las organizaciones como las anteriormente señaladas han sido fundamentales para proveer acceso a la terminación del embarazo de forma legal y segura.
Junto a la mujer con esta pancarta está un hombre alto, blanco, con playera morada cuyo letrero dice: "Aquél que no tiene un útero debería callarse la boca".
Mientras tanto, una mujer alza su cartel que muestra un cuerpo femenino completo, y dos úteros a los lados y un cuadro negro, como salido de un video juego viejo que lee: "Ustedes no nos controlan".
Una mujer de alrededor de 20 años alza otro letrero que lee: "Las pistolas tienen más derechos que yo" cuando la legislación estadounidense no ha podido regular la portación de armas a pesar de masacres como la sucedida en una escuela primaria hace aproximadamente un mes, donde a niños y a sus maestras les fueron arrebatadas sus vidas.
El otro lado de su letrero lee: "Criminaliza la eyaculación". Al borde del llanto, la mujer dice: "¿Por qué yo debo ir a la cárcel si tengo un aborto y un hombre no? ¡Se toma dos personas!".
Otra mujer grita que la Corte no la representa, mientras que un hombre contesta: "¡Nos mintieron! ¡Nos dijeron que habría separación entre la Iglesia y el Estado, y eso no está sucediendo!".
Lo cierto es que es un espacio inclusivo donde hay oportunidad de que quien quiera pueda tomar el megáfono. Al alejarse un poco hay discusiones entre grupos de gente, quizá debates subidos de tono con algunas personas que celebran esta decisión.
Mientras hay oficiales alrededor del perímetro, las personas no pueden evitar pensar que sigue siendo una posición muy diferente el protestar como blanco que como negro o latino.
Los manuales de Planned Parenthood les indican a las personas blancas que no discutan con la Policía dado que en los últimos años han habido ataques hacia personas negras por la Policía.
Los medios reportan posibles agresiones por parte de supremacistas blancos alrededor del país.
Seguirán las protestas y el activismo, mientras se espera qué hace cada uno de los Estados en cuanto a su legislación y se arma de recursos a las organizaciones que seguirán apoyando a que las mujeres tengan acceso al aborto en los estados que aún lo permitan.
Mientras que la tarde veraniega sigue reflejando el brillo del sol a las casi 21:00 horas, el ánimo es negro pero dispuesto a emprender la lucha por los derechos reproductivos.