Afganistán anuncian la prohibición de la producción de amapola

KABUL, Afganistán 

Sin embargo, después de su expulsión en 2001, los agricultores de muchas partes del país araron sus campos de trigo, que había sido casi imposible llevar al mercado debido a la falta de carreteras e infraestructura, y regresaron a la producción de amapola.

Durante los últimos años del régimen talibán, el trigo se pudría en los campos porque los agricultores no podían llevarlo al mercado para venderlo y convertirlo en harina.

Las amapolas son la principal fuente de ingresos de millones de pequeños agricultores y jornaleros que pueden ganar más de 300 dólares al mes cosechándolas y extrayendo el opio.

Hoy, Afganistán es el mayor productor de opio del mundo y en 2021, antes de que los talibanes tomaran el poder, produjo más de 6.000 toneladas de opio, que según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito podría producir 320 toneladas de heroína pura.

Afganistán produce más opio que todos los países productores de opio combinados y el año pasado fue el sexto año consecutivo de cosechas récord de opio. Ese es el caso incluso cuando los EE. UU. y la comunidad internacional estaban gastando miles de millones de dólares para erradicar la producción de amapola. Según los informes, los talibanes ganaron millones de dólares cobrando impuestos a los agricultores e intermediarios para mover sus drogas fuera de Afganistán y altos funcionarios del gobierno respaldado por Estados Unidos estuvieron implicados en el floreciente tráfico de drogas.

Washington gastó más de $ 8 mil millones tratando de erradicar la producción de amapola en Afganistán durante su guerra de casi 20 años, que terminó con el regreso de los talibanes en agosto.

Casi el 80% de la heroína producida a partir de la producción de opio afgano llega a Europa a través de Asia Central y Pakistán.

En un Afganistán desesperadamente pobre, la prohibición de la producción de amapolas empobrecerá aún más a sus ciudadanos más pobres.

Según un informe de la ONU de 2021, los ingresos por opiáceos en Afganistán ascendieron a la friolera de 1800 a 2700 millones de dólares, más del 7 % del PIB del país. El mismo informe decía que las “cadenas de suministro de drogas ilícitas fuera de Afganistán” generan mucho más.

La prohibición de los talibanes se produce cuando el país se enfrenta a una crisis humanitaria que llevó a la ONU a pedir 4.400 millones de dólares el mes pasado, ya que el 95% de los afganos no tienen suficiente para comer. La prohibición, si bien afecta duramente a las casas de producción de drogas, probablemente devastará al pequeño agricultor que depende de su producción de opio para sobrevivir. Es difícil saber cómo los gobernantes talibanes podrán crear cultivos sustitutos y financiamiento para los agricultores de Afganistán, ya que su economía está en caída libre y el dinero para el desarrollo internacional se ha detenido.

La producción de amapola y los ingresos se utilizan a menudo como una forma de banca entre los más pobres de Afganistán, que utilizan la promesa de la cosecha del próximo año para comprar alimentos básicos como harina, azúcar, aceite de cocina y combustible para calefacción.

El decreto también prohibía el “transporte, comercio, exportación e importación de todo tipo de estupefacientes como alcohol, heroína, tableta K, hachís... fábricas de fabricación de drogas en Afganistán. están estrictamente prohibidos”.

Cuando los talibanes gobernaron por última vez, emplearon a los ancianos de las aldeas y a los clérigos de las mezquitas para hacer cumplir la prohibición y en las aldeas que ignoraron la prohibición, los talibanes arrestaron a los ancianos y clérigos, así como al granjero infractor. Como resultado, se incentivó a los ancianos y clérigos para que impidieran la producción de amapola en sus áreas.

El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, anunció la prohibición en una conferencia de prensa en la capital.