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Niños a merced de ideología del Islam

Los chicos se pasan el día corriendo por calles polvorientas y jugando con palos que hacen de espadas y con carteles negros

En un campamento de refugiados de la ciudad siria de Al-Hol, los chicos se pasan el día corriendo por calles polvorientas y jugando con palos que hacen de espadas y con carteles negros, imitando a los combatientes de la organización Estado Islámico. Pocos pueden leer o escribir. La única educación que reciben algunos son los relatos de sus madres glorificando a EI.

Un grupo de niños se congrega afuera de las carpas donde viven en un campamento.Niños a merced de ideología del Islam

Han pasado más de dos años desde que el “califato” de EI fue desmantelado. Y durante todo ese tiempo unos 27.000 menores han languidecido en el campamento de al-Hol, al noroeste de Siria, donde permanecen familias afiliadas a EI.

Los niños pasan su infancia en medio de una gran incertidumbre, en condiciones miserables, sin escuelas ni sitios donde jugar y crecer, ante la indiferencia del mundo, que muestra poco interés en resolver su situación.

La única instrucción que reciben proviene de partidarios y antiguos militantes de EI que operan en el campamento, a pesar de que es manejado por las fuerzas curdas que derrotaron a EI.

Las autoridades curdas y grupos de ayuda temen que en el campamento se esté formando una nueva generación de combatientes. Les han pedido a sus países de origen que se hagan cargo de las mujeres y los niños, pero esas naciones con frecuencia ven a estos menores como un potencial peligro más que como chicos que hay que rescatar.

“Estos chicos son las primeras víctimas de ISIS”, dijo la directora de la rama siria de Save the Children, Sonia Khush, usando otro nombre con el que se conoce a EI. “Un chico de cuatro años no tiene una ideología. Necesita protección e instrucción”.

“Los campamentos no son lugares para que los niños vivan o crezcan”, agregó. “No pueden aprender, socializar, ser niños. No pueden sanar las heridas causadas por todo lo que vivieron”.

En el campamento, rodeado de vallas, varias familias viven a menudo en una carpa; los servicios médicos son mínimos y el acceso al agua y a instalaciones sanitarias muy limitado.

VEINTE MIL MENORES

Hay unos 50 mil sirios e iraquíes allí. Casi 20 mil son niños. Del resto, la mayoría son mujeres, esposas y viudas de combatientes.

En un anexo separado, severamente vigilado, hay otras 2 mil mujeres de 57 países consideradas partidarias de EI y sus hijos, unos 8 mil niños.

La influencia de EI se hizo evidente durante una visita de la Associated Press al campamento el mes pasado. Una docena de jóvenes del anexo le tiraron piedras al grupo, que iba acompañado por guardias curdos. Algunos blandían objetos de metal que parecían espadas.

“Los vamos a matar porque son infieles”, gritó un muchacho que parecía tener unos diez años. “Somos el Estado Islámico”.

Adoctrinan a los niños

Durante los cinco años que gobernó buena parte de Siria e Irak, Estado Islámico trató de afianzar su califato adoctrinando a los niños sobre su brutal interpretación de las leyes islámicas. Entrenó a menores para la guerra, les enseño cómo decapitar gente usando muñecas y los hizo matar a cautivos en videos propagandísticos.

Una mujer del anexo que hablaba ruso, que se identificó como Madina Bakaraw, dijo que temía por el futuro de los menores, incluidos su hijo y su hija.

“Queremos que nuestros hijos aprendan. Deben aprender a leer, escribir y hacer cuentas”, expresó la mujer, de 42 años. “Queremos volver a nuestras casas y que nuestros hijos tengan una infancia”.

Entre las mujeres del campamento hay de todo. Algunas son fervientes partidarias de EI, pero otras se desencantaron con su gobierno brutal o tras su derrota. Otras nunca tuvieron un compromiso ideológico y fueron llevadas al “califato” por sus esposos o familias.





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