Mujer relata calvario junto a Maradona en Cuba
Mavys Álvarez, la mujer cubana que impulsa en la justicia argentina una denuncia por supuesta trata de personas mientras estuvo en pareja con el fallecido astro Diego Maradona, afirmó que a sus 16 años el exfutbolista la sometió a violencia física y sexual y la introdujo en la adicción a las drogas
BUENOS AIRES — Álvarez, quien actualmente reside en Estados Unidos, señaló también que el gobierno de Fidel Castro y allegados a Maradona encubrían lo que sucedía durante la relación de casi cinco años que mantuvo con el ídolo futbolístico en la isla.
Álvarez, de 37 años, llegó la semana pasada a Buenos Aires para brindar su testimonio ante la justicia argentina en el marco de una investigación preliminar por presunta trata de personas con fines sexuales. Es la primera de las exparejas de Maradona que denuncia violencia.
Si bien Maradona falleció en noviembre del año pasado, los representantes legales de la mujer apuntan contra allegados del exfutbolista, como su exrepresentante Guillermo Coppola y otros amigos argentinos, que lo acompañaron durante su estadía en Cuba a principios de la década de 2000.
El Diez se radicó varios años en la isla para tratar su adicción a la cocaína por invitación del propio Castro --presiente 1976-2008 y fallecido en 2016-- luego de sufrir una sobredosis que lo dejó al borde de la muerte.
La justicia todavía no resolvió si dará curso a una causa para investigar la denuncia de Álvarez.
Más de la sección
En su relato a la prensa internacional, Álvarez contó que fue un amigo argentino de Maradona, Carlos Ferro Viera, quien se lo presentó en Varadero. “Cuando lo conocí me pintaba todo bonito, de rosa. Me deslumbré, él me conquistó con flores. A los dos meses empezó a cambiar todo”.
Denunció que el capitán de la selección de Argentina, que ganó el mundial de 1986, la violó en La Pradera, un spa en La Habana donde se instaló con su círculo. “Diego no dejaba ir a mi mamá. Ella entra a la casa, sube a la habitación y empieza a tocar la puerta. A Diego le genera algún tipo de morbo. Yo quería abrirle la puerta y él no me dejaba. Me tapa la boca y me viola, él me viola”, relató con la voz entrecortada.
Álvarez también se refirió a un episodio de violencia física cuando atendió el teléfono móvil de Maradona mientras dormía: “Una vez Claudia --exesposa de Maradona-- llama a su celular, yo lo contesto. Le paso la llamada a Diego y él se enojó muchísimo. Agarró el celular, lo tiró contra la pared. Me pegó una bofetada y me empuja contra la cama. Hubo muchos momentos como ese”.
La mujer aseveró que Maradona se drogaba frente a ella, pese que se suponía había viajado a Cuba para rehabilitarse. “Me dijo que la probara (la cocaína) por él, que quería compartir conmigo más tiempo pero que yo me quedaba dormida... finalmente tantos días con lo mismo yo la pruebo” y se volvió adicta.
“Mi familia nunca lo hubiera aceptado (la relación con Maradona) si no estaba el gobierno cubano de por medio. De hecho, no lo aceptaban, los obligaron a aceptar una relación que no estaba bien”, comentó. “Si mi madre se hubiera negado, me pudieron pasar muchas cosas”.
Según la mujer, Maradona le pidió a Fidel Castro permiso para sacarla de la isla pese a ser menor de edad para viajar a Buenos Aires con motivo de su partido de despedida en 2001, el cual le fue concedido. Detalló que durante su estadía no tuvo libertad de movimiento y que fue sometida contra su voluntad a una operación de implantes mamarios.
Es este viaje, que según la mujer se dio sin consentimiento de sus padres pese a que era menor de edad, lo que motiva la intervención de la justicia argentina por presunta trata de personas con fines sexuales.
Los allegados a Maradona reconocieron que conocieron a Álvarez, pero negaron estar al tanto de los supuestos abusos a los que fue sometida. En tanto que los hijos no se refirieron públicamente al caso.
La relación con Maradona se terminó cuando se fue de viaje por varios meses. Sostuvo que “no fue fácil” y que “estuve vigilada” por el gobierno cubano hasta que dejó la isla en 2014.
Según la cubana, no fue la única que padeció estos supuestos abusos. “Me consta de otras mujeres. Sé de dos que pasaron por la vida, estoy casi convencida que tenían mi misma edad o tal vez menores”.
Consultada sobre qué espera de ahora en más, expresó que “mi objetivo ya está cumplido. Venir a este país y poder hablar ante la justicia de lo que sufrí, y que el mundo sepa todo esto. Lo que falte por hacer está en manos de la justicia. Yo logré mi objetivo con el fin que otras muchachas se sientan con la fuerza, el valor de hablar”.