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Miles caminan a la capital de Somalia huyendo de la sequía

Se espera que la cifra de llegadas siga aumentando en los próximos meses ya que la región del Cuerno de África sufre su peor sequía en una década

Sentados bajo un sol abrasador, mujeres y niños hambrientos esperan la ayuda alimentaria en un campamento a las afueras de la capital de Somalia, Mogadiscio. Han caminado durante días, huyendo de la sequía que asola gran parte de las zonas rurales del país.

Miles caminan a la capital de Somalia huyendo de la sequía

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtió esta semana que 13 millones de personas en la región, incluyendo partes de Etiopía y Kenia, enfrentan una situación de hambre severa en el primer trimestre de 2022. Se necesita ayuda inmediata para evitar una crisis humanitaria grave, advirtió la agencia de Naciones Unidas. Desde hace mucho tiempo, la región es vulnerable a la sequía y el hambre, a menudo exacerbadas por la violencia armada.

En noviembre, el gobierno somalí declaró el estado de emergencia humanitaria debido a la sequía. Las partes más afectadas incluían áreas del centro y sur como las regiones de Bajo Jubba, Geddo y Bajo Shabelle.

“El impacto en las familias se nota con más fuerza esta temporada como resultado de múltiples y prolongadas sequías en rápida sucesión, un empeoramiento de la situación de seguridad, las plagas de langostas del desierto, el alza del precio de los alimentos, la reducción de las remesas y la disminución de los compromisos de los donantes”, afirmó la ONG Save the Children esta semana sobre la sequía en la zona.

Una encuesta realizada en noviembre en 15 de las 18 regiones del país halló que “la mayoría de las familias no tienen alimentos de forma regular”, añadió en un comunicado.

En Somalia, 250.000 personas fallecieron de hambre en 2011, cuando la ONU declaró una hambruna en algunas partes del país. La mitad de las víctimas eran niños.

El PMA dijo que necesita 327 millones de dólares para atender las necesidades inmediatas de 4,5 millones de personas durante los próximos seis meses, incluyendo en Somalia.

Los líderes del país también han tratado de movilizar apoyos a nivel local, y muchos han respondido.

Un grupo de trabajo montado a principios de mes por el primer ministro, Mohamed Roble, recopila y distribuye donaciones de la comunidad empresarial y de los somalíes en la diáspora. Parte de sus donaciones alimentan a cientos de familias que residen en campamentos como el de Ontorley, que acoge a unas 700.

“No hay (muchas) agencias humanitarias operando sobre el terreno y esta gente necesita urgentemente ayuda y asistencia como alojamiento, comida, agua y buen saneamiento”, afirmó Abdullahi Osman, director de la fundación benéfica Salaam y miembro del grupo de trabajo gubernamental para la sequía. También se necesita más ayuda para las miles de familias que viven en campamentos para desplazados, añadió.

Entre cinco y 10 familias desesperadas llegan al asentamiento de Ontorley cada día, según su responsable, Nadiifa Hussein.

Faduma Ali contó que recorrió más de 500 kilómetros (310 millas) a pie desde su casa en Saakow, en la provincia de Middle Jubba, hasta Mogadiscio.

“Los problemas que tengo son todos debidos a la sequía”, dijo a The Associated Press. “No teníamos agua y nuestro ganado había muerto, y cuando lo perdí todo, caminé durante siete días”.

Amina Osman, una mujer visiblemente demacrada natural también de Saakow, dijo que dos mujeres que hacían su mismo trayecto a la capital murieron de hambre en el camino.

“Hemos pasado muchas dificultades, como la falta de agua y comida”, explicó esta madre de cuatro hijos. “Caminamos desde nuestra aldea a este asentamiento. Pasamos ocho días en la carretera”.

Al hospital Martino de Mogadiscio llegan cada vez más pacientes con desnutrición severa, y algunos de ellos fallecieron, dijo su director, el doctor Abdirizaq Yusuf. A este tipo de pacientes se les atiende gratis, añadió.

“Debido al aumento de casos de desnutrición severa, el hospital tiene ahora nutricionistas y médicos especializados que ayudan a los más afectados”, añadió. “Un gran numero de ellos son de regiones remotas de Somalia y ahora viven en campamentos” para personas desplazadas.



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