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Migrantes varados

Pasan por tres países en las últimas 24 horas, ninguno de los cuales era su patria

Karla Leiva se sentó el jueves en el patio de un albergue para migrantes cerca de la frontera de Guatemala con México con su hija de 5 años, Zoe. Habían estado en tres países en las últimas 24 horas, ninguno de los cuales era su patria. 

Zoe, de 5 años, sostiene la mano de su madre el jueves 12 de agosto de 2021 en el albergue “Casa del Migrante”, en El Ceibo.Migrantes varados

Leiva, de 32 años y oriunda de Yoro, en el centro-norte de Honduras, llegó al albergue ubicado en la localidad de El Ceibo el miércoles. Ella y su hija habían despertado ese día 1.600 kilómetros (1.000 millas) al norte, en Brownsville, Texas, donde fueron subidas a un avión por el gobierno estadounidense junto a decenas de otras madres y niños sin saber a dónde iban. 

Se corrió el rumor entre los migrantes que los estaban mandando a California. Eventualmente, mientras volaban, les informaron que el avión aterrizaría en Villahermosa, capital del estado de Tabasco, en el sur de México. Allí, las autoridades mexicanas los subieron a unos autobuses que los condujeron durante más de tres horas hacia la frontera guatemalteca.

Leiva y su hija se vieron envueltas en el plan más reciente del gobierno estadounidense para evitar que los migrantes y solicitantes de asilo lleguen a su frontera sur. Aunque sigue enviando a algunos migrantes en vuelos directos a sus países centroamericanos, el gobierno estadounidense ha empezado a complementar eso con vuelos a ciudades en el sur de México, como Villahermosa y Tapachula, donde las autoridades mexicanas los llevan a la frontera con Guatemala, incluso si no son guatemaltecos. 

Desde el año pasado, Estados Unidos no ha permitido que los migrantes soliciten asilo en la frontera sur del país al amparo de un decreto relacionado con la pandemia de coronavirus. 

SIN PREGUNTAS

Leiva dijo que ni las autoridades estadounidenses ni las mexicanas le preguntaron si temía regresar a su país natal. 

En la frontera entre México y Guatemala, les dijeron que caminaran hacia el territorio guatemalteco y buscaran el albergue. Nadie registró su entrada a Guatemala. No les pidieron una prueba negativa de Covid-19, la cual se exige a todos los extranjeros que ingresan a la nación centroamericana. 

“Nadie me dijo nada. Nunca escucharon mi caso y por qué yo me fui a Estados Unidos”, dijo Leiva. “No pude decirles que me estaban extorsionando y que amenazaron con secuestrarme a mi hija pequeña y con llevarse a mis hijos adolescentes para que integraran las maras. Por eso hui de mi país”, comentó. 

El jueves, mientras respondía las preguntas de los reporteros, el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, hizo el primer reconocimiento público de su agencia de que está expulsando a los centroamericanos en vuelos con destino al sur de México. El gobierno mexicano no ha comentado públicamente al respecto. 

Mayorkas dijo que Estados Unidos estaba coordinando con el gobierno mexicano los vuelos que incluyen centroamericanos y asegurándose de que cumplen con el derecho internacional para proporcionar protección humanitaria cuando se justifica. No dio más detalles.

Los vuelos al interior de México forman parte de las labores para desalentar el retorno de los migrantes detenidos en la frontera suroeste de Estados Unidos, comentó Mayorkas durante una visita a la región de Rio Grande Valley. 

ES FÁCIL  REGRESAR

“Si de hecho son devueltos y enviados al norte de México, es muy fácil, demasiado sencillo para ellos regresar y volver a intentar una entrada ilegal”, señaló. “Y por eso, en respuesta a esa reincidencia, los estamos expulsando más al interior de México, donde es mucho más difícil que lo vuelvan a intentar”. 

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| Migrantes deportados llegan el jueves 12 de agosto de 2021 a El Ceibo, Guatemala, en la frontera con México.



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