Mezquitas que fueron atacadas en Nueva Zelanda son reabiertas
Christchurch, Nueva Zelanda.
Muchos de los sobrevivientes oraron por las víctimas.
En la
de Al Noor, donde más de 40 de las víctimas fueron asesinadas por un supremacista blanco, se reanudaron las
con la presencia de policía armada, pero sin recordatorios gráficos del peor
en la historia de Nueva Zelanda.
Aden Diriye, quien perdió a su hijo de tres años en el atentado, regresó a la
mezquita
con sus amigos.
"Estoy muy feliz", dijo después de orar. "Alá es lo máximo para nosotros".
La mayoría de las víctimas del tiroteo, que la Primera Ministra Jacinda Ardern calificó como un
ataque
terrorista, eran migrantes o refugiados y sus
impactaron al mundo islámico.
El príncipe jordano El Hassan bin Talal, quien visitó la
mezquita
de Al Noor, dijo que este atentado fue un
ataque
a la dignidad humana.
"Este es un momento de profunda angustia para todos nosotros, para toda la humanidad", sostuvo.
La cercana
mezquita
de Linwood, la segunda atacada durante las
oraciones
del viernes de la semana pasada, también fue reabierta.
Nueva Zelanda ha estado bajo alerta de seguridad desde el
ataque
y Ardern incluso presentó una nueva ley que prohíbe algunas de las armas utilizadas en el tiroteo del 15 de marzo.
Ashif Shaikh, quien se encontraba en la
mezquita
de Al Noor el día de la masacre en la que murieron dos de sus amigos y regresó el sábado al lugar, dijo que su fe no se verá afectada.
"Es el lugar donde rezamos, donde nos reunimos, sí, volveremos", afirmó.
Brenton Tarrant, un australiano de 28 años de edad, fue considerado por la Policía neozelandesa como el único responsable del
ataque
y permanecerá en prisión provisional por asesinato, hasta su comparecencia ante el juez en abril próximo.