Los héroes no descansan los domingos

Jairo comía con su familia a kilómetros de donde un joven se desangraba. El deber lo llamó. Acudió a controlar la hemorragia y no se despegó hasta que una hora después una ambulancia llevó a un hospital a la víctima colateral de una balacera y persecución. La intervención de Jairo hizo la diferencia entre la vida…y la muerte.

”El riesgo para la vida de esta persona era la abundante hemorragia”.* Jairo García Vázquez, paramédico.

Jairo comía con su familia a kilómetros de donde un joven se desangraba. El deber lo llamó. Acudió a controlar la hemorragia y no se despegó hasta que una hora después una ambulancia llevó a un hospital a la víctima colateral de una balacera y persecución. La intervención de Jairo hizo la diferencia entre la vida…y la muerte.

Jairo García Vázquez, de 37 años, voluntario en grupos de radio brigadistas, salvó así a un hombre con dos heridas de bala durante hechos de violencia registrados ayer en la colonia Benito Juárez.

La víctima recibió un impacto en la muñeca del brazo derecho y otro en el hueso fémur del muslo del mismo lado, a la altura de la cadera.

El balazo en la muñeca causó fractura y exposición de hueso, presentando mayor hemorragia.

Una hora después de los hechos la víctima seguía tirada en la calle, desangrándose profusamente, sin recibir auxilio de las corporaciones de emergencias.

Jairo al enterarse por medio de un grupo de radio brigadistas que el auxilio aún no llegaba para la víctima colateral, un hombre de entre 45 y 50 años, decidió dirigirse al lugar de los hechos acompañado de su familia. 

Jairo es ingeniero ambiental, durante siete años ejerció como paramédico (Técnico en Urgencias Médicas) en Protección Civil, y actualmente colabora como voluntario en la Coordinación de Grupos de Brigadistas Voluntarios de Reynosa.

Aiempre porta en su camioneta un botiquín de primeros auxilios.

El lugar de los hechos ya era resguardado por elementos de la Policía Estatal Fuerza Tamaulipas. Jairo solicitó entrar a auxiliar al herido de bala.

Pero los agentes dudaron en dejarlo pasar, en acatamiento a los protocolos que guardan en hechos de violencia de ese tipo.

Tras pedirle identificación y confirmar que tenia conocimientos como paramédico lo dejaron pasar.

En cinco minutos Jairo ya había contenido la hemorragia en ambas heridas de la víctima, aplicando medidas de taponamiento y vendaje.

Alrededor de 15 minutos después arribó al lugar una ambulancia con paramédicos, quienes  trasladaron al lesionado al hospital.

Las heridas de bala no eran mortales, pero se pudo haber registrado un desenlace fatal por lo prolongado del tiempo del tiempo de respuesta de las corporaciones de emergencias.

“Por fortuna los policías me dejaron pasar para auxiliar al lesionado, ya que en situaciones de riesgo de alto impacto ellos aplican un protocolo”, agradeció Jairo.

“Estaba comiendo con mi familia, conviviendo en domingo, cuando a través del grupo me enteré de la situación de riesgo y que una persona herida de bala estaba tirada en la calle, que ya tenía varios minutos de estar así”, comentó el voluntario.

Antes de ir a auxiliar al joven procedió a cubrir la cuenta del restaurante.

“Hoy tuvimos la oportunidad de brindar la atención a una persona para poder ayudarlo a salir adelante”, indicó.

“El riesgo para la vida de esta persona era la abundante hemorragia que tenía, por el prolongado tiempo de espera”, subrayó.

“Esta experiencia, como muchas otras, nos deja una satisfacción al poder ayudar a las personas cuando se requiere, pero también hay hechos que nos marcan, que nos afectan, como los casos donde menores resultan lesionados o mueren. Esos casos nos trauman, nos llegan a impactar grandemente”, concluyó.