Los balean en Estados Unidos; piden más armas
Tras cada una de las peores matanzas con armas de fuego (en Newtown, Connecticut; Aurora, Colorado; Orlando, Florida, y Columbine, Colorado), los defensores de un control más estricto de las armas se unieron para exigir leyes más rigurosas en Estados Unidos.
Pidieron, por ejemplo, revisiones de antecedentes más estrictas, limitar la capacidad de los cartuchos, prohibir las armas de asalto a ciudadanos comunes y mayores controles en las ferias de armas y los portales que venden armas en línea.
En cada una de esas ocasiones, sin embargo, sus esfuerzos no dieron frutos.
Para la sorpresa general, en las semanas posteriores al ataque más reciente, el 14 de junio pasado, contra un grupo de legisladores republicanos durante un juego de práctica de béisbol, la reacción al incidente fue distinta.
Legisladores conservadores, algunos de los cuales estuvieron cerca de ser víctimas, presionan para relajar los controles de armas.
En las últimas dos semanas, los legisladores presentaron a la Cámara de Representantes tres proyectos de ley que permitirían a los congresistas portar un arma oculta casi todo el tiempo.
Un cuarto proyecto de ley haría que se reconocieran en el Distrito de Columbia (donde está el Capitolio) los permisos de portación de armas ocultas reconocidos en otros estados.
Uno más eliminaría los controles federales sobre los silenciadores.
La mayoría de estos proyectos de ley llevan meses o años desarrollándose. Sin embargo, el incidente en el campo de béisbol del Congreso en Alejandría, Virginia, en el que resultó gravemente lesionado un congresista, les dio un nuevo impulso.
Para los defensores republicanos de un control más laxo de las armas se trata ahora de una cuestión personal, en referencia a una lista con nombres de congresistas que habría realizado el agresor de Alejandría, identificado como James T. Hodgkinson.
"¿Alguna vez les han disparado varias veces a una corta distancia mientras intentan salvar a alguien sin ninguna forma de defenderse?", preguntó el representante Barry Loudermilk, quien estaba en la práctica de béisbol, a defensores de un mayor control de las armas.
"Cuando lo hayan experimentado, quizá podamos tener un debate", añadió Loudermilk, un republicano representante de Georgia.
La Ley de Reciprocidad de Portación Oculta, que exigiría que cada estado reconociera los permisos de portación ocultos de otro estado, llegó a los 200 copatrocinadores.
"Creo que lo que pasó en Alejandría agudizó la determinación de la gente de asegurar el derecho a estar protegido", consideró el representante republicano de Carolina del Norte Richard Hudson, quien había presentado ese proyecto en enero.
Antes, los políticos del Distrito de Columbia habían tenido que lidiar con los esfuerzos republicanos en el Congreso para relajar las leyes de control de armas de la ciudad, pero nunca bajo estas circunstancias.
"Washington D.C. es el último lugar en donde alguien quisiera permitir la portación oculta de armas", aseguró la representante demócrata Eleanor Holmes.
"No triunfarán si puedo evitarlo", añadió.
La representante explicó que no sólo se oponía a las legislaciones, sino al momento.
"Dice mucho sobre mis colegas que usen una tragedia que pasó a uno de nuestros miembros para presentar al día siguiente uno de estos proyectos de ley", opinó Holmes Norton.
En cada una de esas ocasiones, sin embargo, sus esfuerzos no dieron frutos.
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Para la sorpresa general, en las semanas posteriores al ataque más reciente, el 14 de junio pasado, contra un grupo de legisladores republicanos durante un juego de práctica de béisbol, la reacción al incidente fue distinta.
Legisladores conservadores, algunos de los cuales estuvieron cerca de ser víctimas, presionan para relajar los controles de armas.
En las últimas dos semanas, los legisladores presentaron a la Cámara de Representantes tres proyectos de ley que permitirían a los congresistas portar un arma oculta casi todo el tiempo.
Un cuarto proyecto de ley haría que se reconocieran en el Distrito de Columbia (donde está el Capitolio) los permisos de portación de armas ocultas reconocidos en otros estados.
Uno más eliminaría los controles federales sobre los silenciadores.
La mayoría de estos proyectos de ley llevan meses o años desarrollándose. Sin embargo, el incidente en el campo de béisbol del Congreso en Alejandría, Virginia, en el que resultó gravemente lesionado un congresista, les dio un nuevo impulso.
Para los defensores republicanos de un control más laxo de las armas se trata ahora de una cuestión personal, en referencia a una lista con nombres de congresistas que habría realizado el agresor de Alejandría, identificado como James T. Hodgkinson.
"¿Alguna vez les han disparado varias veces a una corta distancia mientras intentan salvar a alguien sin ninguna forma de defenderse?", preguntó el representante Barry Loudermilk, quien estaba en la práctica de béisbol, a defensores de un mayor control de las armas.
"Cuando lo hayan experimentado, quizá podamos tener un debate", añadió Loudermilk, un republicano representante de Georgia.
La Ley de Reciprocidad de Portación Oculta, que exigiría que cada estado reconociera los permisos de portación ocultos de otro estado, llegó a los 200 copatrocinadores.
"Creo que lo que pasó en Alejandría agudizó la determinación de la gente de asegurar el derecho a estar protegido", consideró el representante republicano de Carolina del Norte Richard Hudson, quien había presentado ese proyecto en enero.
Antes, los políticos del Distrito de Columbia habían tenido que lidiar con los esfuerzos republicanos en el Congreso para relajar las leyes de control de armas de la ciudad, pero nunca bajo estas circunstancias.
"Washington D.C. es el último lugar en donde alguien quisiera permitir la portación oculta de armas", aseguró la representante demócrata Eleanor Holmes.
"No triunfarán si puedo evitarlo", añadió.
La representante explicó que no sólo se oponía a las legislaciones, sino al momento.
"Dice mucho sobre mis colegas que usen una tragedia que pasó a uno de nuestros miembros para presentar al día siguiente uno de estos proyectos de ley", opinó Holmes Norton.
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