Reynosa celebra 273 años de su fundación
La historia refiere que inundaciones causadas por tormentas y ciclones en el siglo XVIII inspiraron a los pobladores originales a movilizarse hacia la parte alta de la región
El Mañana / Staff..- Este lunes 14 de marzo, se conmemoran 273 años de la fundación de Reynosa, la historia refiere que inundaciones causadas por tormentas y ciclones en el siglo XVIII inspiraron a los pobladores originales a movilizarse hacia la parte alta de la región, que entonces fue llamada las Lomas de San Antonio. Posteriormente, cambió a su nombre por la Nuestra Señora de Guadalupe de Reynosa y finalmente solo a “Reynosa”.
En el Poblado de Reynosa Díaz, antiguo casco origen de la ciudad, parece que el tiempo ha encapsulado a la comunidad, el tiempo parece haberse detenido las calles y caseríos se mantienen intactos con algunos cambios.
Las casonas y construcciones se mantienen altivas y orgullosas, resisten como las batallas libradas en la región en tiempos pasados a caer y desean seguir de pie frente al cambio que poco o casi nada se percibe en esta tierra.
Las familias son muy reservadas, miran con curiosidad desde las ventanas y pórticos de sus casas a los intrusos visitantes que cada víspera del 14 de marzo, arriban con maquinaria e insumos para dar una “manita de gato” para el evento de cada año.
El Cine México frente a la plaza principal está en abandono absoluto, se pintan y retocan algunas casas alrededor, como preparando un escenario de fondo para las fotos y videos de las autoridades e invitados que vendrán y después de unas horas se marcharán para no volver el resto del año.
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Los pobladores ya se acostumbraron y con cierta resignación, toleran que cada 14 de marzo vengan a sus cuadras de la comunidad, una pléyade de intrusos, fuereños que solo vienen por las fotos y videos ocasionales y después se van sin dejar un solo beneficio.
La única calle pavimentada con cierta modestia es la 5 de mayo que hace esquina con la Tamaulipas, fuera de esta ninguna otra calle se encuentra en similares condiciones.
El polvo se alza con el mismo ímpetu que años y décadas atrás, y el tiempo parece tener como rehén a todos aquí, en donde la fisionomía muy poco ha cambiado.
Así será el escenario, el mismo de siempre de algarabía ajena y extraña en la plaza de Reynosa Díaz, colocar ofrendas frente al busto de José de Escandón y Helguera, develar alguna placa, emitir un discurso festivo y servir una comida y al cabo de unas horas, todo vuelve a la misma tranquilidad y ausencia de siempre.
Solamente quedan ruinas de lo que fuera el Cine México en el Poblado de Reynosa Díaz.
El tiempo parece haberse detenido y tolerar muy poco los cambios en la comunidad.