Impiden lagunas paso de peatones

La pesadilla que viven familias de las calles 19, 18 y Enrique Canseco, en la colonia Pedro J. Méndez, aún no termina y ha arreciado con las recientes lluvias.

Aguas negras y de lluvia han llegado a formar enormes lagunas a las puertas de quienes habitan las referidas arterias, por lo que demandan urgentemente la intervención de la Comapa, en el caso de las residuales, y del municipio también, para ordenar el desagüe de lo que ellos consideran está inundado.

Diana Laura León Vásquez, una de las residentes afectadas, insiste en la necesidad urgente de que alguna autoridad municipal haga acto de presencia en ese lugar, para que se dé perfecta cuenta del grave problema que enfrentan y también para que ordenen los trabajos que demandan las circunstancias.

“No podemos seguir así, con calles inundadas, como es el caso de la 19 y demás aledañas. La gente que anda a pie no puede salir de sus casas sin mojarse y enlodarse los zapatos y hasta una parte de los pantalones”, sostuvo.

Hay mucho malestar entre las familias que están afectadas con esa situación y demandan una inmediata solución al problema que padecen, concluyó.

Y la Aquiles Serdán no se queda atrás

Entre lagunas de aguas verdosas y pestilentes viven familias de la calle Felipe Ángeles, de la colonia Aquiles Serdán, desde hace más de dos meses.

“El problema está presente desde que pavimentaron la calle Rovirosa, que desemboca precisamente en la arteria que permanece inundada y en la que se hace urgente la intervención de cuadrillas de la Comapa para que desazolven la tubería de drenaje sanitario, que debe estar llena de basura y, por tanto, no deja circular el agua de lluvia”, dijeron Mario Manuel Vidaurri Morales y Javier Arroyo Gutiérrez.

Ambos viven exactamente frente al lugar donde se ha formado una laguna de agua maloliente, pues refieren que tal situación afecta por lo menos a una veintena de familias, así como a automovilistas que prefieren buscar vías alternas para llegar a sus domicilios o salir de ellos para dirigirse a sus fuentes de empleo.

Algún vecino se dio a la tarea de levantar la tapa del pozo de visita de drenaje sanitario o alcantarilla, pero el agua sigue estancada.

Otras arterias más están igualmente inundadas por las recientes precipitaciones pluviales en ese mismo asentamiento humano, pero como no tienen salida, así seguirán, hasta que se evaporen por efectos del sol.