Llegan 100 mil cada año a N.L.

METRO CAÓTICO. Este sistema de transporte se ha visto rebasado por el flujo de migrantes en Monterrey.

Monterrey

En una imparable ola de migrantes, que colapsa el sistema de transporte, hospitales públicos, servicios, economía informal y educación, la metrópoli regia recibe cada año a 100 mil nuevos habitantes, provenientes en su mayoría del sureste del país y Centroamérica.

Los efectos del fenómeno poblacional se observan de manera predominante en la capital del estado, Guadalupe, Juárez, Apodaca, Juárez, al igual que en los poblados periféricos de Pesquería, Ciénega de Flores, Zuazua o Salinas Victoria.

De acuerdo con informes del Gobierno nuevoleonés, el alza récord en el flujo migratorio es dominada por familias de escasos recursos económicos, provenientes del norte de Veracruz y de la zona de la Huasteca, en los límites de dicho estado con San Luis Potosí e Hidalgo.

También, hay un arribo constante de connacionales, que huyen de la violencia en sus lugares de origen, de centroamericanos, y en menor medida de ciudadanos de países sudamericanos como Venezuela, Colombia y hasta de Asia, Europa y el Medio Oriente.

Para funcionarios del Gobierno estatal, parte del detonante migratorio a nivel local son las restricciones que impusieron autoridades de Estados Unidos, para el ingreso al vecino país.

“Otro aspecto que debemos ver, es que Nuevo León es tierra de oportunidades, tenemos una inversión extranjera récord, servicios de calidad, crecientes ofertas de empleo y posibilidad de vivienda propia”, expresaron.

Según un estudio de la Clínica Jurídica Migratoria de la UANL, que ofrece asesoría u orientación a migrantes extranjeros, el estado se ha convertido en los últimos años, en un polo de desarrollo para quienes buscan mejores oportunidades.

“El fenómeno migratorio es muy cambiante. La aspiración siempre del migrante indocumentado era atravesar a México para llegar a Estados Unidos, emplearse y mejorar su calidad de vida”, señaló el profesor de la institución, Mario Lino García.

Agregó que “debido a diferentes circunstancias, los migrantes cada vez más deciden quedarse en Nuevo León, una situación que hace años no pasaba”, aseguró el profesor de la UANL.

En la actualidad, dijo, hay extranjeros que viven y trabajan de forma regular en Nuevo León. Sin embargo, también se ha incrementado la cantidad de migrantes indocumentados que ven al estado como un atractivo para residir.

Destacó que “el fenómeno migratorio es imparable, nace con la humanidad. El querer abordar el tema migratorio desde un punto de vista prohibitivo, legalista, de cuotas o socialmente ver con desconfianza los flujos migratorios distintos no es el camino correcto”.

“El camino correcto es que se reconozca el problema y que se le atienda sus causas”, precisó el docente.

“Los mexicanos no podemos tener una doble moral. Nosotros exigimos respeto a los derechos humanos de nuestros migrantes en otros países, entonces nosotros tenemos que ser congruentes con eso”, indicó.

Reiteró que “no hay que criminalizar el fenómeno migratorio, ni discriminar a las personas migrantes. El tratamiento tiene que ser que la migración siempre abordada de manera correcta siempre es positiva, beneficia y enriquece a las sociedades”.

Informó que para atender la situación migratoria de personas que viven de forma irregular, la Universidad Autónoma de Nuevo León brinda asesoría y orientación para la regularización y defensa de los derechos humanos de los migrantes.

Explicó que por medio de la Clínica Jurídica Migratoria, la institución contribuye con los migrantes, quienes a nivel mundial representan el 3.3 por ciento de la población.

“En muchas ocasiones, con la asesoría y orientación se solventa la inquietud que tienen; en otras hay que instar algún trámite ante las autoridades migratorias o cualquier otra autoridad para darle solución a la problemática que presente”, refirió.

REDADAS. Las detenciones de migrantes centroamericanos son constantes en Nuevo León.