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Las presiones de la industria automotriz

Al gobierno federal le urge acelerar el paso para reactivarse

Ciudad de México.

Las presiones de la industria automotriz

En el momento más difícil de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, con más de 45 mil casos de covid-19 acumulados al cierre de esta edición, al gobierno federal y a la industria automotriz mexicana les urge acelerar el paso para alcanzar la reactivación económica, pues las cadenas de valor en Estados Unidos y Canadá ya reabrieron y la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre los tres países (T-MEC) está programada para el 1 de julio.

Sin apoyos fiscales ni otro tipo de ayuda del gobierno de Andrés Manuel López Obrador durante la contingencia sanitaria que implicó el cierre de fábricas y puntos de venta, la fabricación de equipo de transporte, la industria de la construcción y la minería fueron consideradas actividades esenciales en el plan de reapertura económica publicado el jueves 14 en el Diario Oficial de la Federación.

El impacto para la industria automotriz es devastador: en el mercado interno las ventas de vehículos nuevos ya venían con freno de mano y en picada desde 2017, pero el impacto del coronavirus profundizó el desplome, de manera que en abril las ventas cayeron 64.5% y para mayo se prevé que lo hagan en 80%.

En la producción y exportación el panorama es peor: en abril, la fabricación disminuyó 99%, en tanto que las ventas al exterior (80% a Estados Unidos) se redujeron 90.2% respecto al mismo mes de 2019.

“La decisión de cerrar en primera instancia provino de la propia industria, por necesidades logísticas de que se interrumpieron las cadenas de suministro; la etapa más cruda de la pandemia afectó de manera muy fuerte y sobre todo ante el desconocimiento general de lo que se estaba enfrentando en China, Europa, Estados Unidos y posteriormente a México. Esto fue lo que provocó, repito, una interrupción de las cadenas de suministro que llevó a que las plantas tuvieran que parar”, explica el director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Guillermo Rosales Zárate.

A más de un mes de que se declarara la cuarentena, el directivo considera que en la medida en que han ido recuperándose las cadenas de producción de autopartes y las plantas armadoras, México ha tenido tiempo para tomar la decisión de alinear la cadena de producción de Norteamérica.

“Estos momentos son vitales. Se puede regresar de inmediato o el día 18 o hasta el 1 de junio, pero de nueva cuenta nos dicen que a partir del 18, siempre y cuando se cumplan los requisitos. Eso genera incertidumbre y desconcierto. Sí se han perdido días muy valiosos en términos de producción y que tienen consecuencias en los rendimientos de las empresas, de los trabajadores, y afectan la cadena de suministro, no nada más de México, sino de toda la región.”

Rezago en las reglamentaciones

El presidente del Consejo de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación en Nuevo León, Carlos Valdez Andrade, enfatiza la necesidad de una apertura homologada con la industria estadunidense.

“Estamos totalmente a favor de la política económica del gobierno federal, porque debemos cuidar la salud de todos; sin embargo, la apertura de la industria mexicana en tres etapas pone en riesgo la inversión extranjera y la generación de empleos, simplemente porque los tiempos de apertura no estarían homologados con la industria estadunidense, donde están los principales clientes de la industria manufacturera de exportación”, señaló Valdez al diario El Economista.

Agregó que “las cadenas de suministro son complejas y los insumos que lleva un producto final pueden provenir de diferentes partes del mundo. Gran parte de la proveeduría automotriz se encuentra en la región del T-MEC, por lo que al no operar de manera coordinada habrá pérdida de contratos, ventas, inversiones y hasta empleos”.

De acuerdo con Óscar Albin, presidente de la Industria Nacional de Autopartes, 85% de los componentes de los vehículos fabricados en México se exportan principalmente a Estados Unidos y Canadá, por lo que “no es posible fabricar un automóvil o un tractocamión en estos tres países sin autopartes hechas en México”.



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