La culpa no lo dejó

DECESO. Las autoridades acudieron a dar fe de los hechos a las 10 y media de la noche.

Hace 8 meses que su bebé murió por broncoaspiración, por lo que el elotero se sentía culpable de su muerte, ya que lo habían dejado a su cuidado, es por lo que cayó en una fuerte depresión y ya no tenía ganas de nada, asegurando que quería morir y así se los dijo a sus hermanos, quienes se turnaban para cuidarlo pero, en un descuido se les ahorcó.

El ahora occiso se llamó en vida Martín Quezada Abundis, quien contaba con 40 años de edad y tenía su domicilio en la colonia Los Pinos, por la calle Sauces número 48.

Durante 17 años vivió en unión libre con su mujer Lucía Méndez -como la artista- con quien procreó cuatro hijos, tres de los cuales ya son adolescentes.

Sin embargo hace un año llegó a su vida un niño y debido a que su mujer salió a trabajar se lo dejó a su cuidado.

Tenía 4 meses cuando se lo dejaron a su cuidado y el infante se le ahogó con su propia leche cuando dormía, por lo que se sintió culpable de su deceso, ya que aseguraba que debería de estar a su lado, de velar su sueño y esa tragedia no hubiera pasado.

Por ello decía una y otra vez que nunca se iba a perdonar ese gran descuido de su parte y por ello aseguraba a los cuatro vientos de que se quería morir.

Fue tal la depresión en que cayó que sólo se la pasaba dormido y no le daban ganas de ir a trabajar.

Por ello la mayor parte del día se le pasaba dormido y casi no comía.

Tenían que rogarle para que probara bocado y nada más se le pasaba encerrado.

No tenía vicios, ya que nunca fumó ni tomó y ni en esos momentos de culpabilidad probó el licor.

Claudia Quezada Abundis, hermana del ahora occiso, es quien acudiera a identificarlo y dijo que debido a la misma presión en la que cayó, decidieron que se fuera a vivir a la casa de su otro hermano, que se encuentra a unos 20 metros de su residencia, con la finalidad de cuidarlo y más que nada para evitar que la depresión se las fuera a contagiar a sus hijos adolescentes.

Fue así como durante estos últimos 8 meses todos se preocupaban para cuidarlo y evitar que se fuera a ahorcar como ya se los había dicho.

Si no era una hermana, era la otra y el hermano y su mujer o algún cuñado. Todos estaban pendientes de él.

Sin embargo, este domingo, todos sin excepción se ocuparon y lo dejaron solo.

Fueron dos horas más que suficiente para llevar a cabo sus mortales deseos.

A las tres de la tarde se dieron cuenta de que no se encontraba y pensaron que había salido al centro de la ciudad.

Sin embargo a las 5 de la tarde en que se preocuparon más por él, acudieron a buscar entre sus cosas y ahí se encontraron todo lo que se llevaba cuando salía al centro, entre ellos su cartera.

Fue cuando toda la familia se unió para buscarlo y una de sus hermanas llegó a la finca en construcción y lo buscó por afuera y le llamó varias veces, pero no respondió a su llamado.

Le dio cosa meterse a buscarlo en ese lugar y de rato le dijo a uno de sus cuñados sus temores y que no había buscado bien en ese lugar, por lo que a las nueve de la noche regresaron a la casa en construcción y ahí lo encontraron.

Se encontraba colgado de una de las varillas de la casa, por lo que dieron aviso al agente del Ministerio Público, quien acudió a dar fe de los hechos, este domingo a las 10 y media de la noche.