buscar noticiasbuscar noticias

Gasto en ciencia 2022: nada que presumir

Más tardó el Congreso en aprobar el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2022 que el Gobierno en presumir el aumento ahí perfilado para ciencia, tecnología e innovación (CTI)

En su conferencia matutina del 22 de septiembre pasado -dos meses antes de que pasara el PPEF-, el Presidente Andrés Manuel López Obrador así lo diría: "Para 2022 se fortalecerá el sector de ciencia, tecnología e innovación", afirmó, antes de usar como estandarte al Conacyt, cuyo presupuesto para este año asciende a 29 mil 564.2 millones de pesos; un incremento nominal de 11.26 por ciento respecto al 2021, pero sólo 7.3 por ciento de crecimiento real.

Gasto en ciencia 2022: nada que presumir

El aumento en todo el presupuesto de CTI es un 4 por ciento mayor que el año pasado, pero simplemente si lo comparas con la inflación, que va a ser mayor al 7 por ciento, pues ya vamos en caída", apunta el astrofísico Fabián Rosales. Con 93 mil 544 millones de pesos en recursos fiscales -113 mil 277 millones junto con recursos propios-, se trata de la mayor cifra para el sector en el último semestre; pero como porcentaje del PEF es el más bajo en 10 años, con apenas 1.3 por ciento del mismo, tal como expone Rosales en un análisis que miembros de la Red ProCienciaMx llevaron a legisladores en busca de un reajuste, sin éxito.

No está demás recalcar que el presupuesto del sector CTI este año representa apenas 0.33 por ciento en recursos fiscales del Producto Interno Bruto (PIB), porción muy por debajo del 1 por ciento que ordena otorgar la actual Ley de Ciencia y Tecnología. Donde Rosales, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE), ve un indicador del nulo avance y un estancamiento del sector es en lo asignado al Ramo 38, correspondiente al Conacyt, cuyo gasto permanece en 0.42 por ciento del PEF, el nivel más bajo en los últimos 11 años. "El verdadero problema que yo veo, basado en mis observaciones del presupuesto federal año con año, es que hay un continuo debilitamiento del Conacyt como cabeza del sector de ciencia y tecnología", estima, a su vez, el economista Carlos Alberto Ríos Arteaga, en referencia a que desde 2018 la Secretaría de Educación Pública (SEP) -el Ramo 11- es la entidad que recibe el mayor porcentaje del gasto sectorial.

Este año, por ejemplo, contará con 45 mil 222.2 millones de pesos. "No solamente es importante enfocarse en aumentar el presupuesto", zanjaría en 2019 la titular de Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, "sino también enfocarse en cómo se utilizan estos recursos. La convicción de esta Cuarta Transformación es utilizarlos, primordialmente, en la ciencia de frontera y los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces), y al apoyo a los jóvenes investigadores".

MERMAN INVESTIGACIÓN Y BECAS ¿Un aumento de presupuesto significaría mayor apoyo a proyectos de investigación? Según el análisis, no necesariamente, pues el Pronaces, proyecto prioritario del Conacyt, acapara los recursos. De hecho, es el de mayor incremento de la dependencia, con mil 263.1 millones de pesos -aumento del 67 por ciento- para atender, según las autoridades, "problemas nacionales prioritarios como la salud, la alimentación, la energía, el agua, la seguridad y otras". Otra parte del incremento va al pago del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), con 7 mil 277 millones de pesos -27 por ciento más que el año anterior- para, a decir de Rosales, subsanar un déficit que se venía arrastrando ante la constante adición y promoción de académicos. Esto limita aún más las oportunidades del gremio científico para conseguir financiamiento, en medio de la drástica caída en el apoyo que Conacyt ha dado a proyectos de investigación en años recientes. "Pasamos de unos 2 mil 700 proyectos a finales de 2017, a únicamente 108 proyectos financiados el último año", expone Rosales, haciendo referencia a datos tomados directamente del Tercer Informe de Gobierno. "La tendencia, al parecer, es que sólo serán financiados proyectos que estén en línea con la ideología de Conacyt".

En el otro extremo, dos áreas vitales pero con los aumentos menos significativos son el programa de becas de posgrado, que tendrá 12 mil 442 millones de pesos, y los Centros Públicos de Investigación (CPI), cuyo gasto asignado será por primera vez menor al del SNI. "En términos de la demanda por el crecimiento de la matrícula de las universidades, pues es un aumento muy marginal", considera Ríos Arteaga, ex analista de proyectos estratégicos del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT). "Desde mi punto de vista, no es como para decir que el apoyo a los científicos se va incrementando". En particular, las becas de Conacyt para formarse en el extranjero son las que más han disminuido en los últimos seis años, al decaer de un máximo de 5 mil 406 en 2015 a tan sólo 2 mil 521 en 2021, el nivel más bajo desde 2007, tal como recupera Rosales en su análisis. "Las políticas de la actual Administración tendrán como consecuencia un retraso histórico de 10, 15 años, incluso una generación", lamenta Rosales.

PREOCUPA OPACIDAD Y DESVÍO DE RECURSOS Aunado a la crisis presupuestal, la investigadora Brenda Valderrama teme que el retraso de dos años en la publicación del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Investigación (Peciti) afecte la aplicación y seguimiento del presupuesto. Esto porque en el portal de Transparencia Presupuestaria de la Secretaría de Hacienda no aparece el anexo 12, correspondiente al cumplimiento del Peciti.

Además, dice, al analizar la distribución total del presupuesto por las diferentes funciones de Gobierno, solamente algunas de las dependencias con participación en el Peciti registraron 55 mil 833.05 millones de pesos en la función Ciencia, Tecnología e Innovación. "Eso significa que, de los 113 mil millones de pesos (asignados al sector), las secretarías que reciben el presupuesto reetiquetan en otras funciones 58 mil millones, que son recursos a los que ya no podemos darles seguimiento", detalla. "Algunas dependencias etiquetan correctamente sólo un porcentaje, como la Secretaría de Energía, con el 10 por ciento de 9 mil 900 millones recibidos. Otras no etiquetan correctamente ni un solo peso, como la Comisión Federal de Electricidad, con 2 mil 300 millones de pesos extraviados". No es, subraya Valderrama, que los recursos no vayan a entregarse a las diferentes instancias en las que se reparte el gasto del sector, sino que al haberse etiquetado sólo la mitad del mismo, será eso lo único que se pueda rastrear.

"Es una mala práctica que te lleva a la reasignación discrecional de recursos. Pero por otro lado, y más grave, (las dependencias) no están obligadas a reportar ningún avance; ni Turismo, ni Hacienda, ni Fiscalía, nadie tiene ya obligación de reportar logros al Consejo General de Ciencia y Tecnología, que preside el Presidente (López Obrador)". Para Valderrama, se trata de una crisis institucional detonada por la demora de dos años que tomó a Conacyt tener listo el Peciti, publicado apenas el 28 de diciembre pasado, y por la austeridad aplicada a rajatabla por parte de María Elena Álvarez-Buylla, titular del Conacyt. "Lo que te transmite es la parálisis y la limitada competencia de Conacyt como cabeza de sector. Desde el punto de vista presupuestal, quien realmente dirige la investigación en México es la SEP, que recibe el 41 por ciento del presupuesto nacional para ciencia, tecnología e innovación", zanja.



DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD