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Fueron en busca de trabajo… y desaparecieron masivamente en el norte de Veracruz

“Hombres armados llegaron, los encañonaron y rápidamente los obligaron a subir a una camioneta. Vi como ocho jóvenes subidos a la fuerza, pero luego supe serían seis los levantados. Desde ahí no sé nada de mi hijo”, narra Elba Gutiérrez, madre del desaparecido Brayan de Jesús Hernández

La señora, quien hoy vive a “salto de mata” por la serie de amenazas recibidas en casi cuatro años de búsqueda de su hijo, sospecha que la Policía Intermunicipal tuvo participación en la posterior desaparición masiva, en pleno centro de este municipio petrolero.

Fueron en busca de trabajo… y desaparecieron masivamente en el norte de Veracruz

A través de volantes publicitarios se enteraron de una propuesta de trabajo de 400 pesos diarios por atender un puesto de hamburguesas en Poza Rica, al norte de Veracruz.

Elba Gutiérrez es madre soltera. Ese día decidió acompañar a su hijo Brayan de Jesús a la atractiva propuesta laboral, en una región donde pulula el desempleo. Mientras su hijo aguardaba con los otros jóvenes candidatos, ella decidió ir a una mercería por hilos y estambre, pero cuando salió solo escuchó el rugir de una camioneta que arrancó con los jóvenes en cautiverio.

Desde ahí, Gutiérrez es la única madre que busca de forma pública a Brayan de Jesús, el resto de los padres de familia, lo hace de forma discreta, pues las amenazas del crimen organizado han sido constantes para hacerlos desistir de la búsqueda.

Una fiscal regional -cuyo nombre es confidencial–, ha renunciado por amenazas a su familia, mientras que agentes del Ministerio Público local se han declarado incompetentes para atraer el caso, pues argumentan que el caso corresponde al fuero federal.

En entrevista, Elba explica que un par de semanas después de la desaparición de su hijo y los otros muchachos, tres jovencitas fueron levantadas de igual forma en una camioneta, en el mismo municipio, cuando éstas acudían a una cita de trabajo, que presuntamente había convocado Telcel y que resultó ser un engaño.

“El triple levantón apenas apareció perdido (publicado) en un periódico local”, externa Elba Gutiérrez.

El terror se adueña del norte

En esta región que confluye Poza Rica, Papantla, Coatzintla, Tihuatlán, Tuxpan, entre otros municipios ubicados en el Totonacapan y la Huasteca veracruzana, al norte de la entidad, el terror se ha apoderado de la población, pues primero fueron Los Zetas, luego el Cártel del Golfo, posteriormente los Z-35, y ahora el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de nuevo “los del Golfo”, con su nueva modalidad, el “Grupo Sombra”.

De estas tierras son originarios Raúl Hernández Barrón, “El Flander 1”, fundador de Los Zetas y exmilitar desertor de la Secretaría de la Defensa Nacional; también de esta región es Efraín Teodoro Torres, “Z-14”, líder delincuencial en el Golfo de México y sureste mexicano, quien fue abatido en marzo de 2007 en una narcocarrera de caballos ocurrida en Villarín.

“El Nene”, figura clave

El 31 de diciembre de 2016, el entonces gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, presumió la detención de 37 probables adscritos a Los Zetas, en una casa de seguridad en Poza Rica. Entre los capturados se encontraba el menor de edad, José Jair Cárdenas Castillo, “El Nene”, exnovio de Cielo Cristal Guzmán, otra de las jóvenes desaparecidas en el Parque Juárez de Poza Rica.

En conferencia de prensa, Yunes Linares denominó a ese operativo “El golpe del estado” contra la delincuencia, pues se trató de una detención masiva para liberar a una persona que mantenían secuestrada, además del decomispo de armas de fuego, cinco taxis con reporte de robo y tres motocicletas.

En dichas detenciones también participaron elementos de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), y dependencias del gobierno estatal, así como una cuadrilla de élite del entonces fiscal general del estado, Jorge Winckler Ortiz, prófugo de la justicia desde hace más de cuatro meses.

“Fueron varios días de trabajo de inteligencia, se utilizaron sistemas modernos para detectar la presencia de este grupo, se utilizaron drones por parte de la Secretaría de Seguridad Pública, y logramos detener a 37 personas, sin que hubiera un solo disparo”, vanaglorió Yunes.

Hoy, esa célula delictiva, con sendos amparos bajo el brazo, espera por trámite obtener su libertad condicional, alegando falta de contundencia en las pruebas imputadas.

Elba Gutiérrez ha apelado a ministerios públicos poder hablar con “El Nene”, pues al ser exnovio de Cielo Cristal, ella cree que él podría ser clave en la desaparición de la joven y, por ende, del joven Brayan de Jesús. Incluso, en la sábana de llamadas del hijo de Elba Gutiérrez, aparecen varios cruces de llamadas entre Cristal y Brayan de Jesús, antes y después de la desaparición de los seis jóvenes.

Sin embargo, como “El Nene” fue detenido cuando aún era menor de edad, la ley penitenciaria le ha impedido a Elba Gutiérrez hablar con el infractor, quien hoy permanece recluido en el Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes (CIEPA) de Palma Sola, en Veracruz.

En su lucha, Gutiérrez tiene claro que para levantar a seis jóvenes en pleno parque central de Poza Rica hubo participación, por omisión o complicidad, de la Policía de la Fuerza Civil.

“Yo exigí un cateo de la camioneta de Fuerza Civil. La corporación me dijo que no le comprobé nada, pero extrañamente de un día a otro mi carpeta pasó de desaparición a desaparición forzada. Mi carpeta me la envían a Tuxpan con el fiscal especializado; desconozco por qué la mueven de Poza Rica”, sostiene.

En otras inconsistencias y rarezas de esta séxtuple desaparición ocurrida en el norte de la entidad en 2016, la primera fiscal regional que llevó el caso renunció por amenazas de muerte, y la siguiente fiscal asignada desistió de darle seguimiento, acusando incompetencia.

“Y ahora veo búsquedas imaginarias que hacen. La fiscalía está buscando en la nada”, lamenta Elba.

Hoy con un nuevo gobierno, la madre de Brayan de Jesús insiste en que aunque la fiscalía da “palos de ciego” en la búsqueda de fosas clandestinas, ella, en sus propias diligencias, tiene un punto que quiere explorar: un predio en la colonia Cahuatzi, una de las más violentas y de mayor índice delincuencial del municipio de Coatzintla, pero hasta el momento, la autoridad ministerial local se ha negado.



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