Flakka: la droga que convierte personas en zombies
Una pequeña dosis puede causar desde alteraciones en el corazón, agresividad y psicosis, hasta la muerte
En los últimos meses se han reportado varios casos de ataques brutales por parte de personas sin antecedentes que acaban por arrancarle la cara a sus víctimas con los dientes.
Uno de los más recientes ataques ocurrió en Florida, donde Austin Harrouff de 19 años, fue capturado in fraganti despedazando con sus dientes el rostro de un hombre tras haberlo matado a él y a su pareja a cuchilladas y haber herido a un vecino.
El alguacil de Martin, William Snyder, dijo que el “desconcertante e inexplicable” ataque había sido azaroso y que el joven probablemente deambulaba por la zona bajo el efecto de drogas sintéticas conocidas como sales de baño o flakka.
El flakka o las sales de baño, ambos estimulantes psicoactivos basados en la catinona, una sustancia presente en un arbusto de Medio Oriente llamado khat, según informa el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas.
Estas drogas de diseño producen un estado de delirio eufórico y alucinaciones.
“En nuestro trabajo sabemos que la gente bajo el influjo de flakka tiene este tipo de comportamientos”, dijo Snyder. “Atacan a la víctima, muerden e incluso remueven trozos de carne en los mordiscos”.
Harrouff hacía “ruidos como de animal”, narró el alguacil. “Rugía, gruñía”.
“Flakka es la marca de una de varias drogas estimulantes sintéticas, vendidas como estimulantes alucinógenos”, le dice a BBC Mundo James Hall, epidemiólogo en el Centro de Investigación Aplicada sobre Uso de Sustancias y Disparidades de Salud, de la Universidad Nova Southeastern, en Davie, Florida.
“Es un estimulante poderoso que se vende en las calles por sólo US$5 la dosis” afirma Hall.
Una pequeña dosis puede causar desde alteraciones en el corazón, agresividad y psicosis, hasta la muerte.
Pero no a todos les da por atacar con los dientes. Un reportaje de la BBC informó que tres hechos espeluznantes: Un hombre desnudo corre delirante de lado a lado en la mitad de un cruce vial a plena luz del día. Otro se empala en la estaca de una reja de seguridad tratando de huir de asesinos imaginarios. El tercero intenta tumbar una puerta de vidrio en una estación de policía mientras se defiende de lo que él cree que son huracanes. Los eventos ocurrieron en lugares y momentos distintos pero coinciden en dos cosas: todos pasaron en Florida y los tres hombres habían consumido flakka.
