Fallan contra obesidad desde presupuesto
El Gobierno mexicano ha fracasado en contrarrestar la epidemia de obesidad porque los fondos asignados para la prevención y el control no han llegado al 1 por ciento del presupuesto en salud, reveló un estudio publicado este miércoles en la revista científica Obesity
"Los fondos para este rubro, que se reducen año con año, ilustran la falta de voluntad de México para lidiar de manera efectiva con la obesidad y con las comorbilidades que la acompañan", advirtieron los autores del estudio titulado "Tratar la obesidad en México con seriedad: La comprensión, tardía, de la necesidad de acción inmediata".
Simón Barquera y Mariel White del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública y autores del estudio explican que el presupuesto nacional de salud ha recibido recortes desde el 2013.
El gasto en salud para ese año constituía 3.1 por ciento del presupuesto, pero ha decaído hasta tan sólo 2.3 por ciento en 2018, lo que equivale un recorte de 5.1 mil millones de dólares.
Asimismo, los autores alertan sobre la interferencia de la industria de alimentos y bebidas azucaradas en el diseño e implementación de medidas como un etiquetado frontal entendible y la adecuada regulación de la publicidad de alimentos no saludables dirigida a la infancia, así como de la venta de productos chatarra en escuelas
Todo esto no ha permitido que las medidas sanitarias sean realmente efectivas para lograr un mayor impacto en la salud de los mexicanos. Además, es imprescindible que las políticas públicas estén libres de conflicto de interés.
Los autores también señalan que para tratar y manejar la obesidad, la estrategia del sector salud debe mejorar drásticamente.
A la mayor parte de los profesionales en este ramo no se les enseña cómo indicar una dieta correcta, cómo promover la actividad física y las modificaciones al estilo de vida que son necesarias para evitar y controlar la obesidad, la diabetes y otras enfermedades no transmisibles.
Además, el seguimiento del índice de masa corporal, el diagnóstico y el tratamiento no son procedimientos estandarizados en los centros de atención primaria; los criterios para el tratamiento de la obesidad están desactualizados y no incluyen de manera homogénea recomendaciones basadas en la evidencia ni fármacos aprobados por la Secretaría de Salud, lo cual genera confusión entre los profesionales.
Incluso más inquietante que lo anterior es que no se exija por ley a las clínicas de atención primaria en México a que contraten nutricionistas titulados, y si se les llega a contratar es en lugar de personal de enfermería o de trabajo social, lo cual mina la capacidad de ofrecer un abordaje integral al tratamiento, subrayan los autores.