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'Positivo negativo': cultura y arte contra el sida

La defensa del placer y del deseo, con el arte como aliado, se impusieron al temor y al miedo en la lucha contra el sida en México, como destaca la exposición Positivo negativo, inaugurada ayer en el Centro de la Imagen

"Sin haber sido premeditada, fue una alianza muy eficaz (a través de la pintura, de la música, de la danza), porque generó una visibilidad positiva (de la homosexualidad) que no se tenía. Antes era únicamente lo oscuro, lo malo, la degeneración o el vicio", contrasta Juan Jacobo Hernández, fundador y director de Colectivo Sol, cuyo acervo aporta a la muestra diversos materiales editoriales y audiovisuales.

Positivo negativo: cultura y arte contra el sida

 "Ya no éramos únicamente los señalados, los vituperados, los fotografiados en (el periódico) Alarma, en Alerta, o las víctimas de crímenes de odio, sino que ya había otra faz.

 "Hubo poetas como Juan Carlos Bautista, uno de los más connotados entonces, o escritores como Rafael Calva, creador de Utopía gay; Luis Zapata, quien escribió El vampiro de la colonia Roma, y José Joaquín Blanco, autor Ojos que da pánico soñar. Fue como una explosión muy interesante, muy diversa, muy dispareja también, pero muy rica", pondera.

 La exposición, curada por César González-Aguirre, pretende contrarrestar la historia oficial del arte, a la vez que destaca la lucha contra el sida como una movilización clave de finales del siglo 20 e inicios del 21 y reconoce trayectorias excluidas de las grandes narrativas.

 Una de ellas es Josefina Reyes, Militante del Grupo Homosexual de Acción Revolucionaria (GHAR), protagonista del cartel "Vestida para la ocasión", que tenía como propósito promover el condón entre la comunidad trans, pues en los años 80 se antepuso el miedo al contagio de VIH.

 El referido cartel es un emblema de la lucha contra el sida en México y se exhibe en el núcleo "Transerótica" de la muestra.

 "A nosotros nos pagaban para que no lo usáramos (el condón), pero también teníamos miedo y no aceptábamos", evoca sobre aquella época, cuando se dedicaba a la prostitución; ahora tiene una estética.

 Hasta recibieron golpes, ella y sus compañeras trans, recuerda.

 "Nos golpeaban porque no querían que lo usáramos y teníamos que pelearnos o retirarnos".

 A veces Josefina, quien fue integrante de la Casa de la Mema, en Nezahualcóyotl, colocaba hábilmente el condón sin que su cliente se percatara de inmediato, pero, cuando la descubría, había reclamos.

 Polo Gómez, director del Condomóvil, enfrentaba hace 25 años, cuando repartía condones en las esquinas, el rechazo de la gente, indignada porque les regalaran preservativos, relata.

 "La gente decía: '¿¡De qué me ve cara!?', y lo tiraban. No estamos hablando de 1950, eran los años 90", recuerda.

 "Hoy, al paso del tiempo, creo que hay una conciencia del uso del condón, sobre todo en los mayores de 25 años; en la gente muy jovencita, que está iniciando su vida sexual, sí y no, porque de acuerdo a como ven a la persona lo usan o no, cuando sabemos que debemos usarlo siempre".

 Gómez, también performer, considera que el sector poblacional que se ubica entre los 15 y los 23 años es el más renuente a usarlo y en el que surgen enfermedades de transmisión sexual y embarazos.

 Condomóvil ha trabajado con grupos de población habitualmente desatendidos, como los trabajadores de los basureros, por ejemplo del Bordo de Xochiaca, o los migrantes en la frontera sur del País.

 "Me atrevería a decir que somos el único proyecto que ha caminado al lado de 'La Bestia', desde Guatemala hasta Lechería, repartiendo condones a las y los migrantes", subraya Gómez, quien acude a la entrevista en reluciente traje de drag.

 "Mi imagen de drag queen es una manera lúdica, divertida, cachonda y sugestiva de dar a conocer el mensaje de manera interactiva", explica, "porque no sólo llevamos condones, sino que hacemos pruebas de VIH, de sífilis, de hepatitis C".

 En la exposición aparecen fotos de Gómez en diferentes caracterizaciones, por ejemplo como Virgen de Guadalupe cuando fue la marcha de las familias diversas o como quinceañera, cuando se celebraron 15 años del movimiento lésbico gay.

 La exposición constituye un homenaje a la sociedad civil, pondera González-Aguirre.

 "Es un homenaje a la gente que ganó derechos humanos para las generaciones más recientes. La lucha contra el sida generalmente se ve como un capítulo bastante oscuro, porque mucha gente falleció por la falta de acceso a la medicación, pero. en general. es una lucha por la vida y, como dice Juan Jacobo Hernández, por una vida alegre.

 "Se luchó para que la gente fuera más feliz, para que tuviera más libertad en su casa, en su trabajo, en la calle, en todas partes. En ese sentido es un homenaje, pero también es un recordatorio a no quitar el dedo del renglón, porque mucha gente sigue, desafortunadamente, muriendo de sida.

 "Para mí es importante saber que desde el arte podemos generar memoria hacia el presente y que el arte nunca está ubicado fuera de una realidad social: siempre está implicada", enfatiza el curador.

Sobre la muestra...

  •  - Positivo negativo es una revisión histórica de la lucha contra el sida, situada específicamente en la Ciudad de México durante las décadas de los años ochenta y noventa.
  •  - En ella se explora la cultura visual producida desde el arte y el activismo como respuesta a los primeros años de la pandemia del sida en nuestro País.
  •  - La fotografía destaca en el recorrido, del que también forman parte el bordado, la pintura, lo documental, lo audiovisual y lo radiofónico.
  •  - Se exhiben más de 200 piezas, entre ellas obras de Yolanda Andrade, Carlos Arias, Ron Athey, Ana Barreto, Abigael Bohórquez, Maris Bustamante, Pedro y Nahum B. Zenil, entre muchos otros.
  •  - La exhibición se llama Positivo negativo, título que refiere, por un lado, a la fotografía analógica y, por otro, al estado serológico de una persona infectada con VIH.
  •  - La temporalidad que abarca comprende de 1978 a 2022, concentrándose en los años 80 y 90.
  •  - Condomóvil dispone de un espacio en Peralvillo 62, interior 106, Colonia Morelos. Tels.: 55 5782 2893 y 55 1479 6185. Oficina: 55 2838 0070.



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