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Amor y traición

El filme de Martin Scorsese está basado en la matanza de indios Osage

Mollie (Lily Gladstone)Amor y traición

Ciudad de México

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"(En una escena, Mollie le dice a Ernest) ´Tú quieres dinero´. ´Sí claro, quiero dinero, pero quiero pasármela bien también´. Lo admite, quiere dinero. ¿Cuál es la atracción entre estas dos personas?" MARTIN SCORSESE, DIRECTOR

¿Quién orquestó la matanza de esos indios Osage, millonarios sin trabajar, dueños de tierras vastas en petróleo, hace 100 años en Oklahoma? Como si fuese un misterio, con ese enfoque construyó David Grann su libro de investigación "Los Asesinos de la Luna de las Flores".

En su adaptación cinematográfica, Martin Scorsese tomó un camino distinto, menos formulaico y con más matices. El thriller lo convirtió en una retorcida historia de amor y traición, cuyo resultado, según la crítica, es una seria contendiente al Óscar.

"Cuando leí el libro, pensé: ¿Importa quién lo hizo? ¡Quién no lo hizo! Todos lo hicieron. Incluso si solo volteaste la cara para otro lugar, fuiste cómplice", reflexionó el cineasta hace unos días en su visita a CDMX.

Al empezar Los Asesinos de la Luna, el espectador no tarda en entender que el supuesto benefactor y amigo de los Osage, William Hale (Robert De Niro), y su sobrino, Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio), tienen algo que ver con los crímenes. Destilan avaricia.

El primero, persuade al segundo de lo beneficioso que sería para la familia emparentarse con Mollie (Lily Gladstone). Está soltera, es inmensamente rica y es débil, pues padece diabetes.

Pero en la línea sucesoria por la herencia de los derechos petroleros de su familia, hay algunas piezas en el tablero enfrente de ella. Algo se puede hacer al respecto, con los contactos necesarios, maquina Hale.

Lo de Ernest con Mollie, sin embargo, no es tan reduccionista como hablar de un villano y su víctima. Lo descubrió el propio Scorsese al viajar a la actual Nación Osage y descubrir cómo sus habitantes se referían a esa extraña relación.

"Ernest hizo todo por su propio bien, pero amó realmente a Mollie y amó a la cultura Osage, y Mollie lo amó también. ¿Qué había entre ambos?", se preguntó el autor de El Irlandés.

No aclara el filme de Scorsese el misterio de la relación entre ambos personajes. En pantalla se les ve compartiendo bautizos de sus hijos, intercambiando gestos cariñosos.

Pero también a Ernest mezclando veneno con la insulina que le inyectaba a su mujer para su enfermedad. Y a ella decirle a él, directamente: ´Coyote´.

Muchas situaciones de su vida conyugal quedan a interpretación del espectador, por decisión de Scorsese. Por ejemplo, ambos tienen constantes diálogos en idioma Osage, que el realizador prefirió no subtitular.

"¿Cuál es el problema con (no entender) los diálogos? Sabes a grandes rasgos lo que está pasando, puedes verlo en sus ojos. Ella es una actriz brillante. Sabe lo que pasa con él. Está frustrado. Pensé: quitemos los subtítulos".



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