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Entre fantasmas y escupitajos

Eduardo Lillingston se topó con todo tipo de personajes en su carrera

Guadalajara, Jalisco

Entre fantasmas y escupitajos

Eduardo Lillingston fue un delantero persistente, con olfato de gol, pero que tuvo la mala fortuna en sus inicios de coincidir con José Cardozo en el Toluca, y luego con Jared Borgetti en Santos, por lo cual batalló para ser titular. Su última etapa la vivió con los Tecos, en donde fue dirigido por el singular José Luis Sánchez, el ‘Chelís’; y en el Necaxa se encontró con un fantasma.

Debut y despedida 

“Debuté en el 96 con el Toluca a los 17 años en un partido de Copa, entro de cambio, primera jugada y anoto gol. Poco después busco un remate y toco al portero, y me sacan la amarilla. Al siguiente minuto vuelvo a meter gol, viene otro centro y choco de nuevo con el portero, otra vez me amonestan y expulsión. En 5 minutos hice todo. Cuando debuto en Liga, el técnico Juan Manuel Álvarez me dice: ‘¿te la avientas de medio izquierdo?’, y dije ‘¡por supuesto!’, pero cayó una tormenta y la verdad entré a remar entre puros charcos”.

La casa de los espantos 

“Se decía que donde se concentraba el Necaxa, en el cuarto 2 se aparecía un niño, y a mí nunca me había tocado ahí, y un día me tocó junto a (Alberto) Padilla. Estábamos en el cuarto, yo creo eran las 2 de la mañana, y de pronto abrí los ojos, y al fondo del cuarto enfrente de mí estaba un niño, me levanta la mano, me saluda y yo también, él caminó hacia la ventana donde estaban las canchas, y se desvaneció. Pero no me asustó, me dio calma y me volví a dormir. Nunca me había tocado ese cuarto, y me tocó verlo”.

Escupitajo de Terrazas 

“En un partido Toluca contra América en el Estadio Azteca, yo tenía 18 años. Antes de empezar el partido, me dice (Isaac) Terrazas: ‘Lillingston, ven’, y ahí voy de obediente, me saluda, me da la mano y me escupe a la cara, ah pues no lo solté, me valió que yo estuviera joven y ante su sorpresa también le escupí. Así, durante todo el partido se la pasó dándome de patadas, era parte de su juego, aunque no hubiera una rivalidad de por medio. Dije, ‘bueno, así es esto’, porque yo no buscaba los golpes, pero tampoco le sacaba a nadie”.

Aventuras en París 

“Andábamos con la Selección juvenil en París, nos subimos a un autobús, queríamos bajarnos en una parada como en México donde nos diera la gana y allá sí respetan, buscábamos dónde apretar para bajar en el museo de Louvre, y a uno se le ocurre apretar el botón rojo de emergencia, se empieza a enojar la conductora, por suerte no traíamos el uniforme. En cuanto se abrió la puerta nos bajamos porque ya le había hablado a la policía, pero nos dejó a 500 metros del museo, pero ahí no había parada. Era el primer mundo, y nosotros bien jóvenes”.

La locura del ‘Chelís’ 

“ Jugando con los Tecos en el Apertura 2011 íbamos perdiendo con el Toluca 4-0 al final del primer tiempo. Al llegar al vestidor, el ‘Chelís’ (José Luis Sánchez Solá) entra y nos mete una regañada que hasta las lágrimas se le salieron, y se le notaba el nerviosismo. Entramos, yo anoto 2 goles, casi meto el tercero, pero fue autogol (de Edgar Dueñas), y al ‘Cheto’ (Juan Carlos Leaño) le tocó hacer el cuarto del empate. Terminamos muy emocionados, y el ‘Chelís’ corrió, brincó, y me abrazó, y dije: ‘órale, qué loco’, fue todo muy eufórico”.



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