buscar noticiasbuscar noticias

Enfrentan calvario para hallar a hijos

ORACIóN. Un grupo de mujeres ruegan afuera de un centro de procesamiento de la Aduana en McAllen, Texas.Enfrentan calvario para hallar a hijos

 El Paso, Tx.- En un edificio sin número ubicado a unas manzanas de la frontera de Estados Unidos con México, padres inmigrantes se aferran a las carpetas que contenían sus actas de nacimiento y sus documentos de solicitud de asilo mientras aguardan sentados en sillas plegables su turno para usar el teléfono.

Corren presurosos cuando son dicen sus nombres para darles la noticia de que un pariente o un trabajador del gobierno está en la línea, tal vez con noticias sobre sus hijos. 

Por días e incluso por semanas, algunos de los cientos de padres que han sido separados de sus hijos por el gobierno de Estados Unidos han tenido que enfrentarse a uno de los sistemas de inmigración más complejos del mundo para encontrar a sus hijos y poder reunirse con ellos. 

Para muchos ha sido una lucha desequilibrada, frustrante y desgarradora. La mayoría no habla inglés. Muchos no conocen el paradero de sus hijos. Y algunos dijeron que sus llamadas a la línea de información del gobierno no han sido contestadas. 

Ahora, al menos, tienen al sistema legal de su lado, dado que un juez federal en California falló el martes por la noche que el gobierno de Trump debe reunir a más de 2.000 niños con sus padres en máximo 30 días, o 14 en el caso de los menores de 5 años. 

En El Paso, Texas, más de una treintena de padres que fueron liberados el domingo de un centro de detención comenzaron la búsqueda de sus hijos utilizando el teléfono fijo de un albergue operado por Annunciation House. 

Algunos en el albergue corrieron para tomar los autobuses y dirigirse a Nueva York, a Dallas y a la Costa Oeste para vivir con sus familiares con la esperanza de que pudieran establecerse y que fuera más fácil tener a sus hijos de vuelta. Aquellos que viajaron a otras ciudades no llevaban más que unas bolsas de plástico con sándwiches y documentos. 

Digna Pérez, de El Salvador, dijo que la separaron de su hijo de 9 años y de su hija de 6 en la frontera el 29 de mayo. Habló con ellos el lunes por teléfono y se preocupó al escuchar respuestas letárgicas y distraídas de su hijo, quien suele ser hablantín. 

“Fue como si a la fuerza le sacaba las palabras, él no era así”, señaló Pérez. 

La salvadoreña tenía planes de viajar a Houston para quedarse con amigos de su familia e intentar recuperar a sus hijos demostrando que había un hogar adecuado esperándolos. 

Otro solicitante de asilo en Annunciation House, Wilson Romero, esperaba reunirse con su hija de 5 años, Nataly, en California, en la casa de su madre, quien inmigró recientemente. 

Romero, de 26 años, fue separado de su hija por las autoridades estadounidenses en El Paso en mayo. En Honduras trabajaba en una fábrica de textiles haciendo logotipos para marcas de Estados Unidos a las afueras de San Pedro Sula, una de las ciudades más peligrosas de Latinoamérica. Contó que dejó su tierra natal para que su hija tuviera la oportunidad de estudiar una carrera. Ahora, solo quiere verla otra vez. 

“Confío en Dios que sea muy pronto”, dijo Romero, quien tiene un tatuaje del nombre de su hija en el brazo derecho. 




DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD