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Encuentran nuevos cráteres en el norte de Rusia

El más importante de ellos se ha fusionado a partir de varios pequeños agujeros hasta formar un lago. Investigadores rusos ya planean nuevas expediciones, pese al riesgo de las emisiones de gas

En 2014 se encontró una gran fosa de unos 80 metros de profundidad en la península de Yamal (Rusia), cuyo nombre significa, precisamente, fin del mundo. Hasta ahora sólo se conocían tres grandes cráteres en el norte de Rusia, pero han aparecido cuatro más. Dos de ellos, además, se han convertido en lagos.

Encuentran nuevos cráteres en el norte de Rusia

El análisis de imágenes de satélite ha permitido deducir que estos cráteres están más extendidos de lo que originalmente se pensaba, con uno grande rodeado de veinte diminutos, algunos de tan sólo dos metros de diámetro.

Desde que apareciera el famoso agujero en verano de 2014, se ha especulado sobre su posible origen. Probablemente fuera debido a que la superficie se calentó, a la vez que en el interior se liberaron hidratos de gases, de los que Rusia es productor en esas zonas.

Bogoyavlensky considera primordial la investigación de estos cráteres, que pueden suponer un riesgo para la seguridad de estas regiones: "Estos objetos deben ser estudiados, pero son bastante peligrosos para los científicos", asegura, debido a las emisiones de gas que pueden producirse en cualquier momento. A pesar de ello, asegura que ya planean una expedición.

En 2014 se encontró una gran fosa de unos 80 metros de profundidad en la península de Yamal (Rusia), cuyo nombre significa, precisamente, fin del mundo. Hasta ahora sólo se conocían tres grandes cráteres en el norte de Rusia, pero han aparecido cuatro más. Dos de ellos, además, se han convertido en lagos.

"Son comparables a los champiñones", explica a The Siberian Times el director del Instituto de Investigaciones del Gas y el Petróleo, Vasily Bogoyavlensky, "tenemos la localización concreta de cuatro de ellos pero estoy seguro de que podría haber veinte o treinta más, sólo hay que buscarlos".

El análisis de imágenes de satélite ha permitido deducir que estos cráteres están más extendidos de lo que originalmente se pensaba, con uno grande rodeado de veinte diminutos, algunos de tan sólo dos metros de diámetro.

Desde que apareciera el famoso agujero en verano de 2014, se ha especulado sobre su posible origen. Probablemente fuera debido a que la superficie se calentó, a la vez que en el interior se liberaron hidratos de gases, de los que Rusia es productor en esas zonas.

Bogoyavlensky considera primordial la investigación de estos cráteres, que pueden suponer un riesgo para la seguridad de estas regiones: "Estos objetos deben ser estudiados, pero son bastante peligrosos para los científicos", asegura, debido a las emisiones de gas que pueden producirse en cualquier momento. A pesar de ello, asegura que ya planean una expedición.



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