Elaboran alumnos gorros oncológicos

Se sienten muy contentas y satisfechas de haber donado el primer gorro oncológico a una menor con cáncer.

Con el propósito de apoyar a las personas que por diversas enfermedades han perdido el cabello, principalmente menores con cáncer, un grupo de seis jóvenes estudiantes del Conalep Reynosa llevan a cabo la elaboración de gorros, sombreros y boinas especiales que aparentan la presencia de pelo.

La alumna Reyna Elizabeth Galindo Ortiz, quien cursa el quinto semestre en el Conalep Reynosa refirió que junto a cinco compañeras más, se dieron a la tarea de investigar las casusas por las cuales las personas han perdido el cabello y encontraron que el mayor porcentaje es a raíz de las quimioterapias a las que se someten en su lucha contra el cáncer.

Mencionó que en su escuela llevan la materia Formación Empresarial y a raíz de un proyecto que tenían que presentar surgió la idea de elaborar gorritos oncológicos en beneficio principalmente de los menores que han perdido el cabello a raíz del cáncer.

Señaló que en este proyecto, estuvieron siempre acompañadas, guiadas y orientadas por su maestra Beatriz Salinas, quien a la fecha les brinda su apoyo para que este proyecto que inició en una materia de clase continúe como un programa social en la comunidad.

“Nos dimos a la tarea de investigar las posibles causas por las que las personas han perdido el cabello y nos dimos cuenta que mas que nada es por el cáncer, debido a las quimios a las que se someten y así fue como nos dimos a la tarea de empezar a realizar los gorritos” dijo.

Señaló que el equipo de jóvenes que integran dicho proyecto además de ella son Frida Ávila, Gemma Galot, Yuliana Hurtado, Yuliana Morales, Nayeli Parrilla, quienes pasaron al sexto semestre en el Conalp Reynosa.

Refirió que la pérdida de cabello es una de las consecuencias más comunes que enfrentan los niños que padecen cáncer, situación que provoca en muchos de los menores procesos depresivos y de baja autoestima.

Destacó que también lograron corroborar que en esta frontera no se comercializan pelucas para niños, de ahí también la idea de poder ayudar a aquellos que han perdido el cabello a consecuencia de quimioterapias o radioterapias entre otros tratamientos para combatir el cáncer infantil.

La joven estudiante dijo que en promedio logran realizar unos seis gorros en el lapso de una semana, proceso que les lleva varias horas en el tejido del caballo y la elaboración manual de los gorritos, boinas o turbantes.

Explicó que para logar el objetivo de que los gorritos simulen que los menores tienen cabello, utilizan un bastidor en donde atan en tres clavos unos pedazos de listón y de ahí van tejiendo en forma de M pedacito por pedacito del cabello y posteriormente se pasa a una máquina de coser para poder incorporar un pedazo de tela y ponerle los broches de presión. Precisó que la fabricación de estas prendas permite intercambiar de gorro además de que es lavable tanto el pelo como el accesorio.

Indicó que actualmente cuentan con 35 gorritos en existencia, mismos que serán donados a igual número de menores que han perdido el cabello a consecuencia de las quimioterapias.

Señaló que uno de los pasos siguientes es realizar una visita a la Fundación Iluminando Corazones a niños con cáncer a fin de donar los gorritos oncológicos a aquellos menores que actualmente no tienen cabello.

NIÑOS ENFERMOS

Motivan a menores

El presidente de la Fundación Iluminando Corazones a Niños con Cáncer, Jorge Mar Gea, señaló que actualmente atienden en Reynosa a unos 64 niños que enfrentan esta enfermedad.

Precisó que en la Fundación se dan a la tarea de colectar cabello a través de las redes sociales y en esta ocasión lo donarán a las seis jóvenes estudiantes para que les ayuden con la elaboración de gorritos oncológicos.

Mencionó que a través de la elaboración de los gorros que simulan cabello se logra motivar a los menores, quienes en ocasiones son víctimas de burlas o críticas por la ausencia de cabello.

Precisó el entrevistado que el propósito de la fundación es ayudar a los menores con medicamentos, traslados locales y foráneos a los hospitales, alimentos, panales, artículos escolares y ropa así como festejarlos en Navidad, cumpleaños y Día del Nino, entre otras fechas.

Además de proporcionarles la ayuda psicológica y nutricional para que lleven de una mejor manera el proceso de la enfermedad que enfrentan y en donde la motivación y autoestima elevada son parte importante.