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EL CÁRTEL DE JUÁREZ EN LA ENCRUCIJADA

Con la detención de Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, jefe del Cártel de Juárez, la organización delictiva enfrenta una crisis de liderazgo que puede acabar en una división o atomización del grupo, como ha ocurrido con otras bandas del narcotráfico.
  • Por: Por Jorge Carrasco y Patricia Dávila / Proceso
  • 12 / Octubre / 2014 -
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Las autoridades no identifican a nadie que de manera natural asuma el liderazgo y mantenga la hegemonía entre los dos líderes regionales de más peso que hay en el estado de Chihuahua.

Sólo señalan que son previsibles dos escenarios que pueden llevar a una lucha a muerte por el poder: el primero, una disputa interna entre los cabecillas locales por quedarse con el mando; el segundo, que alguno intente obtener su autonomía para crear una nueva organización, señalan informes de la Procuraduría General de la República (PGR).

Con la caída de El Viceroy, Ismael El Mayo Zambada es el último de los capos históricos del narcotráfico en México que sigue libre.

Por casi tres décadas sus nombres han sido sinónimos de los cárteles de Juárez y de Sinaloa, respectivamente.

Aunque El Mayo es mayor por 15 años, ambos quedaron como los jefes sobrevivientes de esas organizaciones delictivas que comenzaron trabajando juntas y terminaron como protagonistas de una de las confrontaciones más violentas por el control del mercado de la droga en la frontera con Estados Unidos, haciendo de Ciudad Juárez la ciudad más violenta del mundo durante la "guerra al narcotráfico" emprendida el sexenio pasado por Felipe Calderón.

Aunque se ha puesto énfasis en su carácter violento, El Viceroy desarrolló al Cártel de Juárez como una empresa a partir de las nuevas tecnologías de comunicación, según Guillermo Valdés Castellanos, quien fue director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en el sexenio de Calderón.

Tras la muerte de su hermano, Amado Carrillo, Vicente consolidó la relación con los cárteles colombianos, que en no pocas ocasiones le pidieron apoyo para refugiarse en México o en otros países.

Su liderazgo fue puesto a prueba a partir de 2008, cuando Calderón echó a andar el Operativo Conjunto Chihuahua.

El Cártel de Sinaloa, bajo el mando de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo -actualmente preso en el penal del Altiplano-, entró a disputarle la entidad, apoyado en los grupos armados Gente Nueva y Artistas Asesinos.

Vicente Carrillo Fuentes, a su vez, se apoyó en La Línea y Los Aztecas.

Al cabo de tres años de sangrientas disputas, la entidad prácticamente se dividió entre las dos organizaciones delictivas.

Antes de esa fecha, el Cártel de Juárez controlaba la siembra y el trasiego de mariguana y amapola en prácticamente todo el estado, y la introducía a Estados Unidos.

De acuerdo con informes oficiales, al entrar el Cártel de Sinaloa, El Chapo se apoderó de municipios como Guadalupe y Calvo, Namiquipa, Batopilas y Guachochi, entre otros que a la fecha conserva El Mayo bajo su mando.

El Cártel de Juárez se quedó con los sembradíos de mariguana y amapola en la parte de la sierra que colinda con el municipio de Cuauhtémoc y la frontera con Sonora, sobre todo en poblaciones como Creel y San Juanito, perteneciente a Bocoyna, situado en el punto más elevado de la Sierra Madre Occidental.

También se adueñó de Namiquipa, Urique, Guazapares, Uruachi, Moris, Maguarichi, Ocampo, Guerrero, Temosachi, Madera y Casas Grandes.

Todos ellos a cargo de La Línea, brazo armado del Cártel de Juárez.

Municipios como Guadalupe y Calvo, Guachochi y Batopilas, que se localizan en la zona serrana del sur de Chihuahua y que colindan con Durango, así como los ubicados hacia el oriente, incluyendo a la ciudad de Parral y por el norte hasta la capital de Chihuahua, quedaron bajo el control del Cártel de Sinaloa.

Según la información de la PGR, la organización encabezada por El Viceroy aún domina la distribución del narcomenudeo en Ciudad Juárez y en la capital chihuahuense a través de su otro brazo armado, Los Aztecas.

Para ellos, municipios como Guadalupe y Calvo o Guachochi no son relevantes en cuanto al autoconsumo de estupefacientes porque la distribución es mínima.

En el resto de los municipios tienen interés en el tránsito de la droga hacia la frontera.

Vicente Carrillo tuvo como operador en Ciudad Juárez a Juan Pablo Ledezma, El JL, quien fue detenido en julio de 2012.

El tercero al mando era José Antonio Acosta Hernández, El Diego, apresado un año antes, en julio de 2011.

A la caída de El JL, La Línea quedó en manos de Omar Javier Llamas Orta, El Harry Potter, quien manejaba la zona de Chihuahua.

En septiembre de 2013 también fue detenido Alberto Carrillo Fuentes, Betty La Fea, hermano de Vicente y Amado Carrillo.

Como miembro del clan familiar gozó de un lugar importante en la organización, pero nunca se destacó.

Aun cuando se asegura que se replegó a la llegada del Chapo, el liderazgo del Cártel de Juárez siempre recayó en El Viceroy hasta que la Policía Federal lo detuvo en Torreón, Coahuila, lo que se confirmó el jueves 9.

Los Carrillo aprenden a volar

Vicente Carrillo nació en el municipio de Navolato, Sinaloa, el 16 de octubre de 1962.

Fue el cuarto de ocho hermanos: Angélica, Amado, Cipriano, Vicente, Guadalupe, Alberto, Rodolfo y José Cruz.

Sus padres fueron Vicente Carrillo y Aurora Fuentes.

Su sobrino es Vicente Carrillo Leyva, el hijo mayor de Amado Carrillo, arrestado en la Ciudad de México el 1 de abril de 2009, acusado de pertenecer al cártel.

Tras la caída de JL, El Diego y El Harry Potter, la PGR identificó el liderazgo de Jesús Salas Aguayo, El Chuyín, oriundo de Villa Ahumada.

En 2008, cuando fue detenido Pedro Sánchez Arras, El Chuyín tomó el control del trasiego y narcomenudeo en este municipio y en Ciudad Juárez; hasta la fecha es la figura más importante y visible del narcotráfico en esa región.

Salas Aguayo ha ido consolidándose y extendiendo su influencia.

Antes sólo controlaba Villa Ahumada, su tierra natal, y al traer a líderes de otras regiones ha ampliado su dominio.

De acuerdo con un informe de la PGR, operadores de varios municipios de las zonas centro y noreste del estado reconocen su liderazgo.

Otro operador que está cobrando influencia en la zona noroeste (Nuevo Casas Grandes, Casas Grandes, Benito Juárez y Galeana) es Socorro Vázquez Barragán, El Cachorro, quien reemplazó al Tiburón Armendáriz, ejecutado recientemente.

Este cabecilla estuvo relacionado con la violencia que se desató en el municipio de Galeana cuando fueron asesinados Benjamín Lebaron y su cuñado Luis Widmar, miembros de la comunidad mormona.

De acuerdo con la PGR, Salas Aguayo y Vázquez Barragán podrían entrar en conflicto por el control de las redes de sicarios y operadores que se encargan del trasiego, la producción y la venta al menudeo de drogas, atomizando a la organización.

Ninguno parece tener el perfil para suceder a Vicente Carrillo.

A diferencia del Cártel de Sinaloa, en el que El Chapo y El Mayo se manejaban como uno solo, por lo que la detención de Guzmán Loera no implicó ningún cambio en la estructura de la organización, en el de Juárez se prevé un resquebrajamiento por la disputa entre los dos grupos, que al no lograr imponerse pueden optar por la autonomía.

Con la detención de El Chapo Guzmán en febrero pasado y la supuesta muerte de Juan José Esparragoza, El Azul, en junio siguiente (Proceso 1963), El Viceroy e Ismael Zambada son los últimos capos sinaloenses que en la segunda mitad de los ochenta se concentraron en Juárez y Sinaloa tras el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena en 1985.

El gobierno de Estados Unidos y el de México achacaron el crimen al Cártel de Guadalajara, que encabezaban Rafael Caro Quintero; Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, y Miguel Ángel Félix Gallardo, El Padrino.

Los dos últimos siguen en la cárcel, condenados a 40 años por ese homicidio, mientras que Caro Quintero es prófugo de la justicia luego de que en noviembre del año pasado se revirtió la liberación que le concedió un Tribunal Colegiado de Guadalajara tras cumplir 28 años de prisión (Proceso 1919).

Carrillo Fuentes es sobrino de Don Neto, mientras que El Chapo y El Mayo trabajaron para Caro Quintero.

Con el aval de El Azul, el hermano mayor de Vicente, Amado Carrillo Fuentes, se estableció en Ciudad Juárez para asegurar el trasiego de cocaína desde Colombia hacia el entonces floreciente mercado de esa droga en Estados Unidos.

El Chapo estaba en la cárcel.

En su libro Los capos, Ricardo Ravelo asegura que Amado Carrillo Fuentes era hechura del narcotraficante Pablo Acosta Villarreal, de quien fue amigo y socio durante largo tiempo, cuando éste era dueño de la ruta Ojinaga- Chihuahua y tenía amplias conexiones en Colombia.

Sus proveedores de aquel país le tomaron gran confianza por su efectividad en el negocio.

Acosta fue capaz de garantizar el paso mensual de cinco toneladas de cocaína a Estados Unidos en aviones de turbohélice desde Colombia hasta Ojinaga, ya fuera en el aeropuerto municipal o en pistas de tierra en los ranchos de río arriba.

Acosta Villarreal fue asesinado en abril de 1987, durante una incursión transfronteriza que la policía federal mexicana realizó con helicópteros desde el pueblo Río Grande de Santa Elena, Chihuahua.

Aguilar Guajardo ocupó el lugar de Acosta, pero murió poco después.

Amado Carrillo Fuentes heredó el mando de la organización.

El nuevo capo reprodujo y superó el método de los narcotraficantes colombianos para meter cocaína a Estados Unidos por Miami.

El trampolín colombiano

Orlando Sánchez Cristancho, operador de los hermanos Rodríguez Orejuela, del Cártel de Cali, fue quien inició el uso de aviones para transportar grandes cargamentos de cocaína.

Conocido como Martín en el Valle -región del norte de Colombia, donde están Cali y Buenaventura, en la costa del Pacífico, y que da nombre al Cártel del Norte del Valle (CNV)-, Sánchez Cristancho llegó a utilizar aviones Caravelle, Antonov y DC-3, en los que cargaba entre cuatro y nueve toneladas de cocaína del Cártel de Cali con destino a diversos aeropuertos mexicanos.

Según el exnarcotraficante Andrés López López, autor del libro El cártel de los sapos -publicado en 2008 y que dio origen a la serie de televisión colombiana del mismo nombre-, Sánchez Cristancho llegó a utilizar jets 727 de una línea aérea comercial en los que trasladó hasta14 toneladas de droga en vuelos directos al aeropuerto internacional de Cancún, Quintana Roo.

El gobernador de Quintana Roo entre 1993 y 1996 era el priista Mario Villanueva Madrid, actualmente preso en Estados Unidos por lavar dinero para el Cártel de Juárez.

En 1996, Sánchez Cristancho se convirtió en objetivo del CNV y solicitó la protección de Amado Carrillo, quien para entonces ya era conocido como El Señor de los Cielos y también transportaba droga del CNV.

En 1997, cuando se reportó oficialmente que Amado Carrillo murió durante una cirugía plástica, los colombianos comenzaron a mandar cocaína no sólo para el Cártel de Juárez, sino también para Ignacio Coronel -abatido por militares en 2010-, El Azul y los hermanos Beltrán Leyva.

En aquel tiempo estos últimos eran aliados del Cártel de Sinaloa, pero ahora su organización está casi totalmente desplazada.

Alfredo, El Mochomo, fue detenido en 2008 por una alegada traición del Chapo que llevó a la confrontación entre sus organizaciones; Arturo, El Barbas, fue muerto por la Marina en diciembre de 2009; y Héctor, El H, fue detenido el reciente miércoles 1.

Muerto su hermano, Vicente Carrillo asumió el liderazgo del Cártel de Juárez y le imprimió su propio sello: un carácter más violento y la franca confrontación con sus viejos aliados y paisanos de Sinaloa.

Con el auxilio de Ricardo García Urquiza, El Doctor, el capo le dio a la organización "una clara visión empresarial, gracias a la cual incorporó la tecnología de punta disponible, como sistemas satelitales de comunicación encriptada", dice el exdirector del Cisen, Guillermo Valdés Castellanos, en su libro Historia del narcotráfico en México (2013).

El Doctor fue detenido en 2005, pero salió libre en enero de este año.

No le tocó la confrontación con El Chapo.

En cambio, fue testigo de los años en los que los colombianos consideraban al Viceroy uno de los jefes del narco más poderosos de México y no sólo hacían negocios con él, sino también recurrieron a él para que protegiera a narcos del país sudamericano tras la Operación Milenio.

De acuerdo con Andrés López, entre los narcos colombianos que buscaron el apoyo del Viceroy se encuentra Miguel Solano, cercano a Diego Montoya, uno de los jefes del CNV.

Carrillo Fuentes lo recibió en México cuando estuvo a punto de entregarse a la DEA.

Otro fue Hernando Gómez Bustamante, Rasguño, uno de los principales cabecillas del CNV.

Cuenta el autor que al verse perseguido por miembros de su propia organización, entre ellos Montoya, Rasguño llamó a Carrillo Fuentes desde Venezuela para pedirle que le hiciera llegar de inmediato un pasaporte y una credencial de elector:

"Por aquellos días, el capo mexicano se perfilaba como el mejor aliado de Rasguño.

Sin embargo, Carrillo frecuentaba con más intensidad los enlaces de Diego Montoya, quien le proveía grandes cargamentos de cocaína.

Fue precisamente uno de esos enlaces quien supo que Carrillo había obtenido una identificación falsa para Rasguño con el nombre de Arturo Sánchez Covarrubias.

Esos datos no tardaron en llegar a la policía colombiana.

"

En junio de 2004, Gómez Bustamante salió de Maracaibo, Venezuela, a La Habana.

Pero a petición de la Interpol fue detenido en Cuba días después, en el Aeropuerto Internacional José Martí, cuando se disponía a viajar a Cancún en un vuelo de Mexicana de Aviación.

El régimen de Fidel Castro se demoró dos años en deportarlo a Colombia.

En 2003 la administración antinarcóticos de Estados Unidos, la DEA, acusó al CNV ante la justicia de su país de introducir más de 500 toneladas de cocaína por un valor de 10 mil millones de dólares entre 1990 y ese año.

Según la agencia, el contrabando se realizó vía México, mediante lanchas rápidas, así como barcos pesqueros y mercantes.

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