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Forma Santander a futbolistas del futuro

Entrenan todos los días en las instalaciones de la Universidad Marista y el Estadio de Momoxco, ubicado en Milpa Alta, es su sede

Cuando Cristina Santander decidió arriesgar su patrimonio familiar para rentar una franquicia de Tercera División y convertirla en Colegio Once México Olimpo, nunca imaginó cuántas historias de vida iban a cambiar bajo su mano.

Forma Santander a futbolistas del futuro

Sería bueno que hubiera más mujeres al frente de un equipo, porque somos muy organizadas y siempre estamos sensibles ante las necesidades de los jugadores. Tenemos chicos que han ido a la Segunda División de Croacia, Necaxa, Querétaro, Pumas y Cruz Azul; aquí se logran objetivos¨.

Cuando Cristina Santander decidió arriesgar su patrimonio familiar para rentar una franquicia de Tercera División y convertirla en Colegio Once México Olimpo, nunca imaginó cuántas historias de vida iban a cambiar bajo su mano.

Rescató a uno de los mejores formadores de Pumas, Miguel Salas Becerril; al primer Goyo, para que fuera su utilero Gerardo Arango, y a un exjugador de los universitarios que mantiene al equipo en inmejorable forma física, Eduardo Vargas.

La desilusión que le generó que un visor le quisiera cobrar por debutar a su hijo con Pumas la llevó a armar a este conjunto desde los cimientos, dándole cabida a todos los jugadores que quieren ser profesionales, sin que haya que darle dinero a nadie.

“Cuando me pidieron diferentes cantidades de dinero que hacían una suma fuerte para debutar a mi hijo en Pumas me decepcioné, pensé que así era el sistema, Pedro Solís fue el visor que quiso engañarme. Mi hijo sufrió terriblemente y sin saber absolutamente nada, se presentó la oportunidad de la franquicia y entré a la Tercera División”, explicó.

“Aprendí a base de golpes y me parece que es un poco egoísta porque llegas y siempre fui abierta el decir ‘no sé nada, ¿me ayudan?’, y la gente no lo hace”.

Entrenan todos los días en las instalaciones de la Universidad Marista y el Estadio de Momoxco, ubicado en Milpa Alta, es su sede.

“Mi mayor satisfacción es ver a los jugadores cumplir un sueño, verlos jugar. Siempre digo que el profe Salas hace jugar hasta las piedras y la verdad es que merecía tener mejor suerte, dirigir en Selecciones menores porque es un gran formador: los enseña a pegarle al balón, trabaja mucho en la técnica, y es que en muchos lugares ya quieren al jugador formado”, detalló.

 

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