¡Mero trámite!
Los Tuzos finiquitaron la semifinal de vuelta en Monterrey, al derrotar a los Rayados que se mostraron parcos y sin ideas ofensivas
La novela de Guillermo Almada al frente del Pachuca tendrá un segundo capítulo, con la esperanza de escribir el final con letras de oro. Esta vez, los Tuzos destruyeron la posibilidad de un milagro en el estadio BBVA y por segundo torneo consecutivo disputarán la gran final de la Liga MX.
El fuego pasó de las parrillas de Nuevo León a las gradas del Gigante de Acero; sin embargo, la flama que encendió a los aficionados regiomontanos que creían en la remontada se apagó mientras pasaron los minutos, y el equipo dirigido por Víctor Manuel Vucetich no convertía los goles necesarios para acortar la distancia en el resultado global.
Los Tuzos no tuvieron problema en descifrar el juego del Monterrey. El equipo de Guillermo Almada, que cerró el torneo regular como la tercera mejor defensa, resistió al único recurso que presentó Rayados en la primera mitad: los centros. El conjunto local no mostró ingenio en la creación de jugadas ni destellos en las individualidades.
El valor que marcó la diferencia en la eliminatoria entre un equipo y el otro fue la congruencia. Mientras el conjunto de Hidalgo mantuvo la misma idea en cuartos de final y semifinal, con un sistema claro y reconocible, el Monterrey improvisó en cada partido.
Al final, el tridente ofensivo compuesto por Rogelio Funes Mori, Germán Berterame y Rodrigo Aguirre, no pudo hacerle daño ni incomodar a un monumental Oscar Ustari, que fue figura en la ida y en la vuelta, con atajadas sobresalientes como el penal al delantero de la Selección Mexicana, y una serie de atajadas clave en el desarrollo de los 180 minutos de serie.
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Ahora, el Pachuca tendrá que enfrentar al Toluca en la final del futbol mexicano para darle a esta novela un final feliz.