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La (des)ilusión del Tri

Se han exportado 54 jugadores a las ligas de 17 países, pero no ha redituado en mejores resultados para la Selección en cinco mundiales, por la falta de minutos en la cancha

CIUDAD DE MÉXICO

La (des)ilusión del Tri

Pese a que en los últimos 21 años el futbol mexicano ha exportado 54 jugadores a las ligas de 17 países de Europa, esto no ha redituado en mejores resultados para la Selección Nacional en cinco mundiales, debido, principalmente, a la falta de minutos en la cancha. Es decir, da lo mismo si pertenecen a un club importante o a uno de menor categoría porque están lejos de jugar en la cancha los minutos que en promedio tiene un titular.

Además, el número de fichajes de mexicanos en el extranjero aún es reducido en comparación con otros equipos, como Argentina y Brasil.

De esos 54 futbolistas mexicanos en el periodo mencionado, 26 han estado en las principales ligas europeas, es decir Inglaterra, España, Alemania e Italia. Otros 17 fueron contratados por algún club de ligas menos importantes, como Países Bajos, Portugal y Francia. Los 11 restantes han formado parte de ligas de países que no figuran entre los mejores, como Grecia, Escocia, Andorra, Finlandia, Turquía, Bélgica, Noruega, Chipre, Suiza y Gibraltar. 

En esa lista de 54 futbolistas no están incluidos nueve que, aunque son mexicanos, se formaron en equipos europeos: Nery Castillo (Olympiacos de Grecia), Giovani y Jonathan dos Santos (Barcelona), Juan Ángel Seguro (Osasuna), Javier Iturriaga (Athletic), Víctor Pérez (UE Engordany de Andorra), Armando Castañeda (CE Carroi de Andorra), Diego Nájera (Penya Encarnada de Andorra) y Alejandro Huerta (CE Carroi de Andorra).

A ellos habría que sumar los juveniles Marcelo Flores (Arsenal), Jonathan Gómez (Real Sociedad de España) y Nicolás Carrera (quien está en la Segunda División de Alemania, con el Holstein Keil). Caso especial es el de Santiago Muñoz, a quien el Newcastle lo fichó cuando tenía 19 años, proveniente de Santos Laguna.  

Pero todos los seleccionados que juegan en Europa no han marcado una diferencia. Después de que en México 86 el equipo tricolor clasificó por primera y última vez a los cuartos de final en una Copa del Mundo, en el futbol nacional nació la discusión de que la exportación de jugadores a Europa sería la respuesta para mejorar física, técnica y tácticamente, y así alcanzar el anhelado quinto partido. 

La premisa indica que si un mexicano migraba a un club europeo equivaldría a graduarse en la mejor universidad porque trabajaría con entrenadores de élite, contaría con preparadores físicos que los pondrían a punto para un mejor rendimiento, entrenaría y jugaría en un futbol más exigente y competitivo. Es decir, se generarían jugadores de mayor calidad que los existentes de la liga mexicana. 

Así, Rafael Márquez se convirtió en la punta de lanza. El Mónaco de Francia le abrió las puertas en 1999. Su altísima calidad causó que el Barcelona lo fichara en 2003. El zaguero michoacano se posicionó como uno de los mejores centrales del mundo e ilusionó a todos en México. 

Detrás de él tendría que irse una cascada de futbolistas en todas las posiciones, y así ocurrió… pero el aprendizaje adquirido en lo individual no cuajó en lo colectivo como para mejorar los resultados de la Selección Nacional. Dos décadas después el sueño de los cuartos de final sigue sin cristalizarse pese a que, por ejemplo, Javier Chicharito Hernández, el goleador histórico del Tri (56 tantos) fue fichado por dos de los mejores equipos europeos, el Manchester United y el Real Madrid.

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Rafael Márquez se convirtió en la punta de lanza.

Defensivos, los más activos

De acuerdo con el entrenador campeón mundial de la Selección Sub-17 en 2011, Raúl El Potro Gutiérrez, de nada sirve que se manden “legiones de jugadores” a Europa si no acumulan suficientes minutos de juego como para tener el ritmo que se necesita para encarar una competencia de alto nivel, como un mundial de futbol. 

“Eso va a depender de si juegan o no, porque el entrenamiento que tienen en Europa es muy bueno, pero no está tan lejano del que se hace en México. ¿Qué marca la diferencia? Los minutos de juego. El futbolista que está en Europa, si no tiene participación no va a hacer una gran diferencia respecto del que juega en la Liga MX y que es titular. El único plus que tienen los mexicanos que militan en Europa es el ritmo, y para tener ritmo necesitas participación”, asegura. 

Por posición, los futbolistas mexicanos que han migrado a Europa en estas dos décadas se distribuyen de la siguiente manera: dos porteros, 20 defensas, 15 mediocampistas y 17 delanteros. Quienes más juegan, según los registros, son los defensas, con un promedio de 7 mil 622 minutos. En lo individual Rafael Márquez (Mónaco, Barcelona y Hellas Verona) es quien más estuvo en la cancha, con 31 mil 452 minutos en 395 partidos durante 12 años. 

Por el contrario, Eugenio Pizzuto (llegó al Lille de Francia en 2020) tuvo cero minutos de juego en dos años. Pese a brillar con la Selección Sub-17 en el Mundial de Brasil 2019, ahora está en el Braga B de la segunda división de Portugal, luchando por mantenerse en Europa. En el futbol mexicano sólo jugó un partido de la Liga MX, con el Pachuca. 

En esta posición de juego las esperanzas se renuevan con el central Johan Vásquez, quien acumula 2 mil 401 minutos en 28 partidos desde que alineó por primera vez con el Genoa de la Serie A el 17 de octubre de 2021. Ese mismo día anotó el único gol que ha marcado hasta ahora.

Los mediocampistas mexicanos en Europa promedian 6 mil 831 minutos. Andrés Guardado (Deportivo La Coruña, PSV Eindhoven, Valencia, Bayer Leverkusen y Betis) es el líder, con 36 mil 470 minutos en 486 partidos durante 15 años. 

En contraste, Orbelín Pineda (Celta de Vigo de España) acumula 51 minutos en cinco partidos en tres meses. Pineda se fue de México como la estrella del Cruz Azul, a quien ayudó a conseguir su noveno título, el primero en 23 años, y como figura del Tricolor. Ahora está apagado por completo. 

En la posición de porteros Guillermo Ochoa (Ajaccio de Francia, el Standard de Lieja de Bélgica, Granada y Málaga de España) sumó 23 mil 662 minutos en 260 partidos, y Raúl Gudiño (Unión de Madeira de Portugal y APOEL de Chipre) mil 215 minutos en 14 encuentros. Ambos promedian 5 mil 827 minutos, pero la diferencia es abismal con todo y que Gudiño es el único arquero mexicano que ha jugado en la Champions League (en 2017 estuvo en un partido de fase de grupos del APOEL, de Chipre, contra el Borussia Dortmund). 

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Guillermo Ochoa sumó 23 mil 662 minutos en 260 partidos.

ARIETES SIN GOL

Los delanteros mexicanos que han emigrado a Europa en estos últimos 21 años promedian 5 mil 661 minutos. Jesús Manuel El Tecatito Corona (Twente de Países Bajos, Oporto de Portugal y Sevilla de España) es quien más minutos ha jugado, con 23 mil 191 en 355 partidos. El futbolista de esta posición con menos tiempo en la cancha es Carlos Ochoa (Osasuna de España), con 62 minutos en apenas tres partidos. 

Estas cifras son dramáticas si se comparan con el número de partidos (40) y minutos (3 mil 600) que juega en promedio un futbolista de una liga de élite de Europa en un año. Un jugador de una liga de menor nivel acumula en promedio 30 partidos, que se traducen en 2 mil 700 anuales. 

“El impacto que van a tener (los mexicanos en Europa) en la Selección tiene que ver con que estén jugando o no; es una realidad. Son buenos jugadores, por eso están en Europa, pero necesitan ese ritmo de juego del que tanto se habla y que, a veces, es intangible hasta que los ves en la cancha y te das cuenta que no tienen ritmo de juego”, añade Gutiérrez, campeón Sub-17 en el Mundial de 2011.

–¿Realmente se ha visto una diferencia en los mundiales gracias a los jugadores mexicanos que están en Europa?

–Cada jugador se ha desempeñado de manera distinta. Cuando, como entrenador, cuentas con esos jugadores siempre será un plus. Sí se ha notado su peso en los mundiales, en el cómo han jugado desde 2002 hasta 2018; se ha ido marcando esa diferencia. Sin embargo, no nos ha alcanzado.

Basta recordar el 2-1 contra Argentina en el Mundial de Alemania 2006, donde una genialidad de Maxi Rodríguez definió el partido de octavos de final, por más que México se mostró muy competitivo y tenía a tres jugadores “europeos”: Jared Borgetti (Bolton), Rafael Márquez (Barcelona) y el argentino naturalizado mexicano Guillermo Franco (Villarreal). 

En Sudáfrica 2010, aunque la Selección –que dirigía Javier Aguirre que ya tenía camino andado dirigiendo en España al -Atlético de Madrid y al Osasuna– venció a Francia (2-0), volvió a caer con Argentina. Un error de Ricardo Osorio, del Stuttgart (Alemania), marcó el destino del encuentro, que perdió 3-1. 

El representativo nacional tenía a más figuras en Europa: Francisco El Maza Rodríguez y Carlos Salcido (PSV), Héctor Moreno (AZ Alkmaar, de Países Bajos), Giovani dos Santos (Galatasaray, de Turquía), Andrés Guardado (Deportivo La Coruña), Guillermo Franco (West Ham, de Inglaterra) y Rafael Márquez.

Ni qué decir sobre Brasil 2014, cuando el Tricolor cayó ante Países Bajos con una entrada polémica de Rafael Márquez sobre Arjen Robben, que el árbitro sancionó como penalti cuando México ganaba 1-0 a dos minutos del final del tiempo reglamentario. Los “europeos” de ese equipo –así son conocidos los mexicanos que juegan en dicho continente– eran: Guillermo Ochoa (Ajaccio), Diego Reyes y Héctor Herrera (Oporto). Héctor Moreno (Espanyol), Guardado (Bayer Leverkusen), Javier Aquino y Giovani dos Santos (Villarreal) y Chicharito Hernández (Manchester United). 

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Nery Castillo (Olympiacos de Grecia).

SUPERADOS POR CANADÁ

Eduardo Yayo de la Torre, exauxiliar técnico de la Selección Nacional, considera que es pobre la cifra de jugadores que se va a Europa, así como el nivel de los clubes que los contratan. 

Quien fuera el brazo derecho del entrenador José Manuel Chepo de la Torre en el ciclo rumbo a Brasil 2014, explica que para dar el salto de calidad que se necesita, México debe tener un plantel completo de “europeos” y no sólo 11, cifra máxima con la cual se compitió en el Mundial de Rusia 2018. Hace cuatro años, si bien se obtuvo un triunfo histórico ante Alemania (1-0), los verdes perdieron 2-0 ante Brasil en octavos de final. 

“Está bien si hay uno, dos, tres, cuatro o hasta ocho jugadores en Europa, (pero no tiene tanto valor) si no están en los equipos más importantes. En un mundial te vas a enfrentar a selecciones que tienen 15 o 20 y que compiten en la más alta categoría. Todavía no estamos a ese nivel. Cuando se pasa de fase de grupos el grado de dificultad crece exponencialmente. No digo que no se pueda lograr, pues con los planteles que se han tenido estuvimos a punto de conseguir algo más. 

“Para aspirar genuinamente a calificar a los cuartos de final o semifinales hay que darnos cuenta que, mínimo, hay 10 selecciones que nos superan en plantel.”

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Giovani y Jonathan dos Santos (Barcelona).

VOLVER AL SUR, ES LA SOLUCIÓN 

El Potro Gutiérrez asegura que los futbolistas mexicanos que están en Europa son necesarios para la Selección porque los resultados serían peores, pero está consciente de que generaría un mayor beneficio que la Selección y los clubes mexicanos regresen a jugar en torneos de la Confederación Sudamericana de Futbol, como ocurrió entre 1993 y 2016. 

“En mis tiempos no había muchos jugadores de México en Europa, por ahí Hugo Sánchez y Luis García, pero el buen nivel que adquirió la Selección fue gracias a las participaciones que tuvimos en Copa América y Copa Libertadores. Hoy no se da ese escenario de competir a nivel club y Selección en Sudamérica. Así que en la actualidad lo que mantiene el balance son los jugadores que están en Europa.”

Jugando en Sudamérica México obtuvo el mismo resultado en los mundiales: llegar a octavos de final. (Con información de Diego Kerlegand). 



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