Dejó gran legado
Luciano Pavarotti, un hombre que nació para cantar, que marcó un antes y un después en la ópera
La luz que irradiaba la ópera por muchos años, precisamente cuando Luciano Pavarotti aparecía en escena, se apagó el 6 de septiembre de 2007: el cáncer de páncreas acabó con el carismático tenor italiano, comunicó su representante, Terri Robson. El intérprete tenía 71 años.
A lo largo de su vida, Pavarotti hizo y deshizo lo que quiso. Vivió momentos felices al momento de formar a su familia, pero también conoció la tragedia de perder un hijo.
NACE UN DÍA
COMO HOY
Un 12 de octubre, en 1935, nació en Módena. Sus padres eran Fernando, un panadero muy aficionado a la ópera, y Adele, empleada de una cigarrera. Gracias a Fernando, el entonces pequeño Luciano tuvo contacto con los escenarios, reflectores y la atención del público. Con corta edad se involucró en el coro de la ciudad.
No tardó mucho para convencerse de que el arte era lo suyo; la decisión de encaminar su vida llegó luego de haber ganado un concurso de coros, en Gales.
Además de cautivar con su poderosa voz, también lo hacía con su actuación. Sus interpretaciones cautivaban a propios y extraños. Uno de sus éxitos fue interpretar a Rodolfo en La Bohéme, a comienzos de los 60. La audiencia cayó rendida a su talento.
CONQUISTA EL MUNDO
Luego de conquistar el continente europeo, Pavarotti cruzó el gran charco. Se fue a Estados Unidos en 1965 y debutó con la obra Lucia di Lammermoor, y dos años más tarde retomó su conocido papel en La Bohème.
Pavarotti ya vivía del aplauso cuando entre sus actuaciones deslumbró en la neoyorquina Metropolitan Opera, a partir de los años 70. Luego vinieron Tosca (1980), Un Ballo in Maschera (1984) y Aída (1985).
Lejos del escenario, entre sus pasatiempos se encontraba la convivencia con su familia, sus caballos y crear conceptos por medio de la pintura. Diversos cuadros de su autoría adornaban su casa, mismos que ahora sirven como legado artístico, dentro de la Casa Museo que adaptaron en su residencia tras su muerte; además, se incluyen fotografías y vestuarios utilizados por el artista.
Las mujeres, la comida, la cocina y el futbol se sumaban a los intereses del músico.
MULTIPREMIADO
Más de 500 galardones y condecoraciones dieron prueba de su legado en el bel canto. Numerosos Grammy, discos de Platino y Oro y hasta el Premio a la Excelencia en la Cultura, otorgado por el Gobierno de Italia, son un ejemplo.
Junto a Plácido Domingo y José Carreras creó el concepto de Los Tres Tenores. Se presentaron en lugares como la Torre Eiffel, Champ-de-Mars y el Mundial de futbol de 1998, todo ello en París, y ofrecieron shows en Estados Unidos, Japón y otros puntos de Europa.
Se calcula que vendió más de 100 millones de discos en el mundo, donde registró inmortales entregas de “Nessun Dorma”, “O Sole Mio” y “Ave Maria”, entre otros.
PELEAN SU HERENCIA
Muy joven, en 1961, el tenor contrajo matrimonio con Adua Veroni, con quien tuvo tres hijas: Lorenza, Cristina y Giuliana; su sólido matrimonio se hizo pedazos cuando en el 2000 se divorciaron, tras confirmarse una infidelidad del artista.
Pavarotti volvió a casarse en 2003, en esta ocasión con Nicoletta Mantovani, quien fuera su secretaria, 34 años más joven. Con ella tuvo mellizos, Riccardo y Alice, sin embargo, al momento del parto sólo sobrevivió la niña.
Tras el fallecimiento del ídolo comenzó una disputa legal entre las Veroni y Mantovani, su viuda, por la multimillonaria herencia, algo que solamente se solucionó gracias a un acuerdo privado.
