Deja huella como espía
Colin Firth protagoniza Kingsman: El Servicio Secreto
Al igual que muchos actores británicos, Colin Firth, ganador del Oscar por El Discurso del Rey, soñó durante mucho tiempo interpretar a James Bond, pero se hizo mayor y se cansó de esperar.
En Kingsman: El Servicio Secreto, no es al Agente 007 al que interpreta, pero sí a un superespía con reminiscencias de aquél: impecablemente vestido, lleno de gadgets y más que dispuesto a utilizar su licencia para matar.
“Me parece recordar haber conocido a uno de los directores de Bond hace muchos años, pero nunca hubo alguna señal que se estaban fijando en mí, no realmente. “Ahora tengo esto en su lugar; creo que es una oportunidad de dejar mi propia huella aquí”, explica Firth en una entrevista de 20th Century Fox.
La película, que le significó a Firth más escenas de acción que las que ha rodado en toda su vida, es la adaptación del comic “Secret Service”, de Mark Millar, la dirige Matthew Vaughn, experto en el escritor, y quien ya llevó al cine su historia “Kick-Ass”.
Colin da vida a Harry Hart, espía que decide reclutar para el programa de entrenamiento de su agencia a un conflictivo chico (Taron Egerton), mientras un genio de la tecnología emerge (Samuel L. Jackson) y amenaza la paz mundial.
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El actor se puso en manos de un entrenador y especialistas en combate y armas, tres horas al día, durante seis meses.
El filme llega a México a 800 pantallas, costó cerca de 80 millones de dólares y ha acumulado 157 millones de billetes verdes hasta este momento.