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Deberá México ‘ajustar tuercas’. Llega el tiempo de reinventarse

Todo depende por ahora de lo que suceda con el TLC

gilberto.banda@elmanana.com

BALANCE. La Canacintra descarta que el TLC haya sido un fracaso para Estados Unidos.Deberá México ‘ajustar tuercas’. Llega el tiempo de reinventarse

El presidente norteamericano Donald Trump en camino a sus primeros 100 días de mandato, aligeró durante su primera presentación ante el Congreso Norteamericano el nivel expresivo o tono de sus posturas hacia México ya que conforme pasa el tiempo seguramente está viendo lo importante que es nuestro país para los Estados Unidos.

Sin embargo, advierte Federico Alanís Peña, dirigente de los industriales locales y consejero nacional de la Canacintra, no hay que estar confiados, ya que no hay que olvidar que si las negociaciones para preservar y modernizar el actual Tratado de Libre Comercio (TLC), no prosperan o cualquiera de los países integrantes al mismo, incluido México, decide o deciden abandonar el mismo, nuestro país deberá de reinventarse o adaptarse a las nuevas condiciones comerciales que surjan y ante ello tendrá que poner a trabajar aceleradamente su engranaje bajo las reglas que marca la Organización Mundial de Comercio (OMC).

México debe de considerar que las acciones y expresiones de Trump bien pueden utilizarse por los mexicanos en un “despertar” o en una “apertura de nuevas oportunidades” de acrecentar y fortalecer los negocios con otros países del mundo y una de las primeras de estas bien podría ser el lograr una mayor integración regional con todos los países de Latinoamérica; zona que ha sido “invadida” por productos asiáticos, y ya después bien podría negociar con algún otro país, incluido China, acuerdos o tratados comerciales que permitieran de forma definitiva fijar y establecer el “piso parejo” en materia de manufactura y comercialización internacional”, anotó.

Además, hay que tener siempre presentes y no olvidar que el mandatario estadounidense durante su presentación ante el Congreso Estadounidense, reafirmó en forma incisiva, intimidatoria, autoritaria, clara y contundente sus promesas de campaña de unidad y fuerza para reactivar la capacidad o motor productivo de su país y para ello, insistió en que favorecerá en todas las formas existentes a su alcance, la adquisición de productos fabricados en su país como el acero, hierro, aleaciones, etc., utilizados en las obras, gasoductos, oleoductos y proyectos de infraestructura; y también que, dará prioridad al empleo de la mano de obra norteamericana en sus contrataciones de personal por sobre la proveniente de ciudadanos originarios de otros países, incluida la de los mexicanos.

Todo esto indica y confirma – y habrá que entender- que si Trump no logra cambios significativos al actual TLC que magnifiquen el porqué de su elección, existe la amenaza de que Estados Unidos se retire del mismo.

Esto significa, añadió, que el programa “Buy American” que han ejercido los presidentes antecesores del actual sería fortalecido aún más bajo el principio de “Contrata mano de obra americana, compra producto americano”.

Ante estas declaraciones, se requiere de un México unido como un todo que habrá de trabajar en forma inteligente para salir de la zona de confort que históricamente nos estaba proporcionando el vecino país del norte y movernos ahora ante ellos con firmeza, dignidad, control y creatividad.

PRIMEROS 100 DÍAS

Pero ahora ubicándonos en la realidad más cercana, en el camino hacia los primeros 100 días del mandato del nuevo presidente de los EU, él ha enfrentado ya varios tropiezos por su estilo de dirigencia, lo cual hace conceptuar en muy poco tiempo una falta de aceptación y apoyo tanto nacional como internacional de sus “órdenes” y acciones que irónica y enfáticamente muchas de ellas, están dirigidas hacia nuestro país en forma por demás negativa e insistente e injustas por lo que se acaba de detallar respecto a la pérdida de empleos manufactureros en ese país.

Estos primeros “tropiezos” del actual presidente de los EU, tienen su parte aportadora de alguna manera en la revaluación o apreciación de nuestra moneda ante el dólar. 

Lo malo para México es que a pesar de que la Inversión Extranjera Directa (IED) que llega al país no ha sido impactada en forma drástica por las declaraciones de Donald Trump, lo que sí ha logrado es crear una incertidumbre para algunos inversionistas, que los pone a dudar o a ser más cautelosos en si incrementan sus proyectos de inversión en nuestro país en estos momentos o se esperan a la definición que arrojen las negociaciones del TLCAN que probablemente se inicien dentro del segundo semestre de este 2017.

DÉFICIT COMERCIAL

El actual presidente de los EU ha remarcado que la pérdida de empleos en su país, es originada por el déficit comercial registrado con México (8.7 por ciento) en el año 2016 y que alcanzó los 63 mil millones de dólares dentro del total de sus importaciones que fueron de más de cerca de 800 mil millones de dólares.

Este déficit comercial que tiene Estados Unidos con México, no es resultado de una práctica desleal o injusta o de haberse aprovechado del TLC de parte de nuestro país sino que, los EU necesitan llevar a cabo una mayor promoción de sus exportaciones a precios competitivos de mercado, es decir, se tienen que aplicar en sacar provecho de los mismos beneficios que ofrece el TLC a los tres países que lo firmaron ya que este Tratado no es un desastre como lo ha estado mencionando Trump; ya que, al respecto México sí se aplicó en aprovechar lo convenido y que está y estaba a disposición equitativa para los tres países firmantes. 

Y una prueba de que el TLC no ha sido un fracaso para los EU, está el ejemplo del sector autopartes; ya que a la fecha, los EU exportan más del 70 por ciento de estos componentes producidos dentro de los estados Unidos hacia los países socios Canadá y México

Algo que casi no ha enfatizado el actual gobierno norteamericano es que ante China su déficit es de un poco más del 47 por ciento con 347 mmdd lo que significa un déficit por más de cinco veces al que registraron con México y todo esto debido a que gran parte de las manufacturas norteamericanas migraron desde el año 2000 hacia China, porque este país acababa de ingresar a la Organización Mundial de Comercio y querían aprovechar la ventaja que les daba esta acción y además, la mano de obra barata de los asiáticos en ese momento.




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