De todo se vale para vender los volovanes
Con una vistosa cesta y un gran sombrero, Manuelito Torres recorre las calles con sus panes
ALEGRA. Manuelito alegra a sus clientes mientras vende sus volovanes.
Su singular estilo para ofrecer sabrosos “volovanes” le ha ganado buenas ventas a Manuelito Torres, como lo conocen en la ciudad.
Ataviado con un enorme sombrero, este hombre recorre las principales calles de la ciudad para realizar su trabajo, vender pan.
“Ya me conoce la gente, me compran mucho y hasta saben a qué hora paso por cada calle, me esperan porque saben que vendo producto bueno”.
Comenta que acostumbra sorprender a sus clientes con carteles que él mismo elabora y donde les deja un mensaje simpático.
“Recuerde señora: Si su niño llora, déle dos volovanes cada media hora” dice el cartel.
Además, la canasta donde lleva sus productos tiene refranes y mensajes que sus clientes observan con atención y provocan sonrisas.
“Los volovanes les gustan mucho, aunque también vendemos pan siempre recién hecho por eso tenemos muchos clientes y nos gusta que además de probar nuestros productos, se queden alegres, contentos con los mensajes que les dejamos”.
