MAL ASPECTO. El edificio del antiguo hospital de la Merced permanece abandonado desde hace poco más de 15 años.
De la bonanza a la oscuridad
Queda hospital convertido en nido de drogadictos y malvivientes
El edificio donde se escribieron tantas historias de “milagros” médicos y donde por más de 20 años operó el antiguo Hospital de la Merced, está convertido en un sitio lúgubre que “oscurece” el desarrollo de todo el vecindario y que es además un “nido” de drogadictos y malvivientes.
“Ya estamos hartos de que nadie nos haga caso, que las autoridades municipales ignoren los problemas que ha causado este edificio abandonado por más de 15 años”, dijo Norma García, una vecina de la cuadra 800 de Galveston.
El gigantesco inmueble de casi 300 mil pies cuadrados, propiedad del millonario Chendo Carranco, fue la sede el Hospital de la Merced hasta que en 1999 se convirtió en Laredo Medical Center y ocupó un nuevo y moderno edificio en la cuadra 2300 de East Saunders.
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“Cuando el hospital estaba en operación las cosas eran muy distintas, había mucho movimiento, había luz por todas partes, gente transitando, policías y mucho desarrollo comercial alrededor”, dijo Juan Martínez, vecino de 30 años en el sector cercano a la cuadra 1500 de Logan, donde se localiza el “Viejo” Hospital de la Merced.
Recordó que alrededor había consultorios de varios médicos, compañías de seguros, oficinas de diferentes negocios y esto ayudaba a que el antiguo vecindario también floreciera y las propiedades subieran de valor.
“Me acuerdo que las personas solían caminar alrededor del edificio porque siempre había mucha seguridad, mucha luz, ahora es un riesgo tremendo porque está sombrío, casi nadie pasa y hay muchos ladrones y drogadictos merodeando”, indicó.
Denunció que casi todas las noches hay un intenso movimiento de personas entrando al añejo edificio para drogarse y para hacer otras cosas, inclusive se rumora que se celebran misas negras y situaciones relacionadas con brujería.
“En una casa abandonada frente al hospital unas personas arrojaron una gallina negra muerta, el olor ha durado por días y aunque pedimos ayuda a la autoridades, nadie ha venido a encargarse del problema”, dijo García.
PROBLEMA CRECIENTE
Martínez mencionó que poco a poco, con el paso de los años desde 1999, los problemas para los vecinos del “viejo” Hospital de la Merced han ido en aumento y para colmo, parece que el progreso se detuvo y el barrio comenzó a deteriorarse.
“Muchas casas fueron abandonadas también, la mayoría de los negocios alrededor cerraron, el vandalismo creció y también los robos a las casas del vecindario, todo debido al abandono de este edificio”, indicó.
En un recorrido realizado por EL MAÑANA por la calle Logan, de Garfield a Galveston y luego por la calle Hendricks, a espaldas de la propiedad, se pudo constatar que hay más de 10 casas y edificios comerciales abandonados, algunos de ellos con un anuncio de “For Sale”.
“El problema con las casas abandonadas es que son utilizadas por vagos y drogadictos para reunirse y esto es un peligro para nuestros hijos”, advirtió García.
Por su parte, Eloísa Ayala, vecina de más de 10 años en el sector, consideró lamentable que las autoridades hayan ignorado por tantos años los problemas causados por el deteriorado y abandonado edificio del antiguo hospital.
“Al parecer el dueño goza de muchas influencias porque nadie lo ha obligado a mantener bien la propiedad, limpia y a tener seguridad para que los delincuentes no lo usen para esconderse y drogarse”, señaló.
Señaló que un estacionamiento que era usado por los clientes y empleados del hospital, se ha convertido en un corredor lleno de maleza y basura, donde muchas personas van y tiran llantas, colchones y todo tipo de desechos.
“Los niños no pueden salir a jugar en esta área porque es peligroso para su salud, el hijo de una vecina sufrió una impresionante cortada hace poco”, reveló.
POSIBLE DEMOLICIÓN
Entrevistado al respecto, el alcalde Pete Sáenz dijo que en la junta de cabildo del 20 de julio se tomará una decisión acerca del edificio abandonado y se pedirá al dueño, Chendo Carranco, formular un plan para convertir el lugar en algo positivo para el vecindario y de no ser así, se le obligará a demolerlo.
“La decisión estará en el cabildo para ver qué hacemos con esta propiedad, no podemos permitir que siga obstaculizando el desarrollo de todo el vecindario afectando a muchas personas que viven alrededor”, indicó.
Sáenz mencionó que ya habló del problema con el regente municipal Jesús Olivares y éste está de acuerdo en hacer algo ya para poder motivar e incentivar el desarrollo económico de ese sector de la ciudad que ha estado en el olvido por más de 15 años.
El regidor Alex Pérez, quien es el representante de la zona ante el cabildo, consideró necesario transformar el vecindario para que la gente alrededor se anime para invertir en mejorar sus casas e instalar negocios.
“Hay muchas quejas de vandalismo, de la proliferación de delincuentes y por eso necesitamos hacer algo para atender estas denuncias”, señaló.
El alcalde Sáenz refirió que en caso de llegar al punto de obligar a Carranco a demoler el inmueble, el cabildo determinará si debe pagar los cuatro millones de dólares que se estima puede costar este trabajo.
El dueño del edificio ha intentado en varias ocasiones venderlo al gobierno del condado, al gobierno municipal, al Distrito Escolar Independiente de Laredo y de manera más reciente al Colegio Comunitario de Laredo, sin concretar algo.
Carranco declaró que para reparar y remodelar el inmueble se necesitan de 40 a 50 millones de dólares y se podría utilizar para muchas cosas positivas si alguien lo comprara.
QUE HAGAN ALGO
García, quien tiene su casa muy cerca del edificio abandonado, se pronunció a favor de acciones inmediatas y enérgicas por parte de las autoridades municipales, para frenar lo antes posible los basureros clandestinos alrededor de la propiedad.
“Necesitamos que la Policía pase más seguido y que se castigue a quien arroje basura, llantas y muebles, también necesitamos que arresten a quienes se droguen o usen el edificio para situaciones malas”, afirmó la mujer.
Para Eloísa Ayala el lugar es un nido de delincuentes que debe destruirse o al menos obligar al dueño a tener vigilancia privada y que limpie todo alrededor y si no lo hace él, que lo haga el gobierno de la ciudad y luego le cobren.
“Definitivamente se necesita demoler el edificio para regresarle la vida al vecindario, necesitamos un parque en este sector y esta propiedad es ideal para hacerlo, lo único que se necesita para lograrlo es que nuestras autoridades tengan los pantalones para hacerlo”, afirmó.