Dan último adiós
México, D.F.
“Mi padre dejó una huella en una manera de hacer noticiarios, noticiarios hechos por periodistas, formatos originales con ambición internacional de medirse con los más grandes. Su trayectoria debe ser revisada objetivamente, pues es uno de los grandes periodistas del siglo XX y XXI de México, sin duda alguna", consideró su hijo.
Ante la prensa, Abraham destacó que Jacobo Zabludovsky fue un “hombre de mucho trabajo, de gran cultura y muy respetuoso de los demás. Vino de orígenes modestos y nunca olvidó de dónde venía, ni quién era. Fue leal a su barrio, a su tribu y a su clan".
VACÍO IRREPARABLE
En su familia, tras la muerte de Zabludovsky, quedará un vacío irreparable:
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“Para mis hermanos, mis sobrinos, mis hijos, los nietos de mi papá, los bisnietos, es un vacío irreparable. Hay en el corazón una tristeza inmensa, siempre es sorpresivo (la muerte)”.
Compartió que hace algún tiempo le preguntó a su padre: “'¿Cada cuándo piensas en tu papá?' y me dijo: ‘todos los días'. Yo también así lo haré y el homenaje que se le va a rendir yo se lo rendiré todos los días".
Aseguró que no quedó nada pendiente por decirle a su padre, pues siempre se dijeron todo y con todo el amor posible.
“Yo hablaba todos los días con él a las 7 de la mañana. Teníamos la primera conversación a esa hora y a veces había otras dos o tres conversaciones en el día”, recalcó.
LO TOCAN POR ÚLTIMA VEZ
Como la tradición judía indica, el comunicador fue enterrado a pocas horas de su deceso.
Los hermanos Ari y Jack Borovoy, como parte del grupo Jevrah Kadisha, que en hebreo significa Amigos Sagrados, fueron los encargados de preparar el cuerpo de Zabludovsky antes de que fuera sepultado.
Una persona allegada al integrante de OV7 profundizó en el proceso que siguieron los Borovoy, como parte del ritual que procura la brigada a la que pertenecen desde hace ocho años y a la que se sumaron luego del fallecimiento de su padre.
Sus manos, señaló el informante, son las últimas que tocaron al difunto y ni siquiera la familia o alguna persona cercana a Zabludovsky podía, incluso, darle un beso, según la tradición judía.
Este ritual dura alrededor de una hora con 15 minutos y consiste en limpiar el cuerpo para alistarlo hacia el sepulcro.
Emilio azcárraga y adela micha.