Dan formal prisión a secuestradores. Cárcel para todos
Aún niegan los cargos pero no presentan pruebas que demuestren su inocencia
PRESOS. José Eduardo Chávez Pérez, Félix Efraín García Oyervides y Wilbert Pérez Medina
Las autoridades judiciales dictaron auto de formal prisión a los cuatro jóvenes y un adulto implicados en el secuestro y asesinato del anciano Francisco Antonio González Ramos, de 72 años, quien era empresario transportista y miembro de una logia masónica.
Inicialmente los detenidos intentaron hacer pasar los hechos como una detención-secuestro realizada por agentes federales en un supuesto retén, pero durante las investigaciones efectuadas por los agentes antisecuestro salió a relucir que los presuntos responsables eran civiles, destacando entre ellos el hijo de un compañero de logia de la víctima.
Poco después de las 19:00 horas de ayer, en las instalaciones de la penitenciaría local, a los estudiantes universitarios José Eduardo Chávez Pérez, de 20 años y Félix Efraín García Oyervides, de 20, así como el pensionado Wilbert Pérez Medina, de 42, le fue notificado del auto de formal prisión por parte de autoridades judiciales.
Un día antes, a los albañiles Osvaldo Martínez Bugarín, alias “El Güero”, de 23 años, quien confesó ser el asesino material, y Juan José Ríos Olvera, alias “El Chapapote”, de 20, les había sido notificado lo mismo por personal del Juzgado Tercero de lo Penal.
Sonia Infante Barrientos, titular del Juzgado por ministerio de ley, informó que al vencerse el término legal y no presentar la defensa de los acusados pruebas que desvirtuaran los cargos levantados en su contra, se determinó resolver su situación jurídica con el auto de formal prisión.
Los dos estudiantes y el pensionado se concretaron a negar los cargos, pero no presentaron pruebas contundentes que hicieran suponer su presunta inocencia, pues a los cinco acusados se le ubica en tiempo y espacio en los hechos, tanto por sus propias declaraciones, como por evidencias y las investigaciones realizadas por agentes antisecuestros.
Los dos albañiles prácticamente confesaron su participación en los hechos e incluso ratificaron ante la autoridad judicial las declaraciones que rindieron ante la agencia del Ministerio Público Especializado en Secuestros.
Ambos indican a los estudiantes y al pensionado como las personas que planearon el secuestro, que derivó en homicidio al reconocer la víctima a García Oyervides, como hijo de uno de sus compañeros de logia.
La funcionaria judicial explicó sigue el periodo de instrucción, durante el cual la defensa y Fiscalía Adscrita al juzgado presentarán elementos de cargo y descargo, iniciando posteriormente el proceso penal, al término del cual se dictará la sentencia que corresponda a cada cual según su nivel de participación en los hechos.
La penalidad que alcanza el delito de secuestro, agravado con el asesinato de la víctima, oscila de 80 a 140 años de prisión.
LOS HECHOS
El miércoles 27 de enero, la esposa de González Ramos recibió un telefonema donde éste le comunicaba que había sido detenido en un retén por agentes federales, quienes le exigían la entrega de los documentos originales de la camioneta que manejaba (una Equinox, modelo 2011, de color arena) y 7 mil pesos a cambio de dejarlo en libertad.
Luego de una negociación que se prolongó casi una hora, uno de los secuestradores -fingiendo acento chilango en la voz- aceptó la entrega de cinco mil pesos y los documentos, ordenando a la mujer que los dejara dentro de una bolsa de plástico, en la banqueta de su casa que se ubica en la colonia La Cañada, ya que luego pasaría alguien a recoger dicha bolsa, lo cual así sucedió, más no la liberación de la víctima, quien días después apareció asesinada en una brecha ubicada en la carretera Ribereña, entre los centros recreativos Doña Lita y Club Campestre.
RELATO
En sus declaraciones, los albañiles manifestaron que los estudiantes y el pensionado les habían informado que González Ramos era el último en abandonar las instalaciones de la logia, ubicada en el bulevar Las Fuentes de la colonia del mismo nombre y que lo podrían atrapar cuando estuviera cerrando el portón. Para ese efecto utilizaron una pistola de verdad y cuatro de juguete, similares a las reales.
En efecto, relataron que cuando todos los miembros de la logia se retiraron, González Ramos se dirigió al estacionamiento por su camioneta Equinox y al salir de las instalaciones se bajó de la unidad para cerrar el portón, siendo en esos momentos cuando entre todos los agarraron y lo maniataron con cinta plástica, con la cual también le vendaron los ojos, para luego subirlo al asiento trasero de la camioneta y llevarlo hasta la brecha.
En ese lugar, con el teléfono de la víctima hicieron las llamadas a la esposa, de donde posteriormente dos partieron a bordo de un automóvil para recoger la bolsa de plástico con los cinco mil pesos y los documentos de la camioneta.
Fue un joven con chamarra o sudadero negra con figura roja, quien recogió la bolsa y se echó a correr, reveló la esposa de la víctima.
En ese paraje rural, ya con el botín en sus manos, los participantes acordaron asesinar a González Ramos, también supuestamente acordaron entre todos que Martínez Bugarín, alias “El Güero”, lo matara de un balazo, con una pistola calibre 22.
POR CINCO MIL PESOS
Por cinco mil pesos pueden pasar 80 años o más en la prisión.
Al enterarse que la camioneta Equinox, valuada en más de 100 mil pesos, era buscada por la policía, ya no la pudieron vender, aunque días antes estuvieron ofreciéndola en venta con todo y papeles.
Decidieron dejarla abandonada en una brecha ubicada entre la carretera Ribereña y el río Bravo, cerca de donde posteriormente fue encontrado el cuerpo de la víctima.
“Por cinco mil pesos echaron a perder sus vidas” los estudiantes implicados en el secuestro-homicidio, sin tener necesidad, ya que tenían una situación económica holgada, cómoda y no les hacía falta nada porque sus familias les proporcionaban todo, comentaron los investigadores.
Los otros dos “que se dicen albañiles, ya eran malandros”, acostumbrados a delinquir, agregaron.
La relación entre los implicados data de hace cuatro años, cuando los dos estudiantes cursaban la preparatoria en el mismo plantel que Ríos Olvera, alias “El Chapapote”.
Quisieron sentirse malos juntándose con malos, pero las cosas les salieron mal como era de esperarse y ahora pueden pasar toda una vida en prisión, subrayaron las autoridades.
Puede haber autoría intelectual, porque los malandros no podían conocer a detalle la vida y hábitos de la víctima, como lo sabía el hijo del masón, puntualizaron los investigadores.
PRÓFUGOS
Otro hombre y una joven, novia de “El Güero”, se encuentran prófugos, ya que presuntamente también participaron en los hechos e incluso ella hasta quería que se filmara el asesinato de la víctima.
La víctima presentaba seis heridas de arma punzocortante, al parecer de machete o hacha, así como un golpe de 12 centímetros de diámetro en la nuca y un balazo en el tórax. Fue asesinado con saña, por sus victimarios que se encontraban drogados y, entre otras cosas, habían consumido pastillas Rocher Rivotril.
AL PENAL. Juan José Ríos Olvera, alias “El chapapote”, y Osvaldo Martínez Bugarín, alias “El Güero”.
EN VIDA. Fotografía en vida de Francisco Antonio González Ramos, puesta por sus familiares durante su sepelio, junto a la urna que contenía sus cenizas.
BOTÍN. La camioneta que despertó la ambición de los secuestradores
UNIDAD. Uno de los vehículos utilizados en el secuestro propiedad de uno de los estudiantes.
