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Checo Pérez: de hacer postres para sobrevivir a alcanzar la élite de la Fórmula 1

El piloto mexicano, único representante de Latinoamérica en la competición, se estrenará con la escudería Red Bull

Foto: El PaísCheco Pérez: de hacer postres para sobrevivir a alcanzar la élite de la Fórmula 1

La temporada 2020 fue una montaña rusa para Sergio Checo Pérez (Guadalajara, 31 años). Se perdió dos fechas del campeonato tras infectarse de la covid-19 en septiembre pasado, su antigua escudería, Racing Point, le cortó del grupo. “Lo más duro que ha vivido Sergio fue el despido de Racing Point pese a que haya salvado al equipo y a todos los trabajadores”, cuenta a EL PAÍS Antonio Pérez, el padre del piloto. Salvo esos momentos de incertidumbre, el único latinoamericano en la Fórmula 1 cerró su mejor temporada al terminar en el cuarto lugar de pilotos con dos podios, entre ellos la victoria en Sakhir.

Red Bull Racing tenía en la mira a Checo Pérez y al finalizar la campaña le anunciaron como su nuevo piloto. “Trabajó 20 años para este momento, será el episodio más importante de su vida y le he aconsejado que lo disfrute”, agrega su padre. El piloto mexicano comenzó su carrera en los go karts en Guadalajara. El deseo de ser un piloto profesional lo llevó a convertirse en uno de los talentos del futuro de la Escudería Telmex, un proyecto automotriz del magnate Carlos Slim. Con 15 años hizo las maletas para mudarse a vivir solo en Alemania para escalar en las divisiones del automovilismo. “Es un niño que empezó a trabajar en un restaurante de lunes a viernes. Él hacía postres y los fines de semana corría”, rememora Antonio Pérez.

Tras superar las categorías inferiores, Checo Pérez se estrenó en la Fórmula 1 con Sauber en 2011. Con tan solo dos años en las pistas, McLaren le fichó para ser el reemplazo de Lewis Hamilton, aunque no pudo brillar en la escudería. Sus ocho temporadas en Force India/Racing Point le valieron para subirse al podio diez veces: el triunfo en Sakhir, tres segundos lugares (Malasia e Italia en 2012, y Turquía en 2020) y seis terceros lugares (Canadá, en 2012; Bahréin, en 2014; Rusia, en 2015, Mónaco y Bakú en 2016 y 2018).

Antes de firmar por un año con su nueva escudería, Checo Pérez estaba en una encrucijada. Al no tener equipo ni una gran oferta, el mexicano había anunciado que prefería retirarse del automovilismo. Su gran temporada en 2020 fue un giro brutal que lo situó en el escaparate de la escudería de la bebida energética. “Checo se lo planteó así: ‘O consigo algo para adelante o nada para atrás”, recuerda Antonio Pérez.

El piloto mexicano Checo Pérez, durante la pretemporada con Red Bull. El casco que utilizará este año está modificado con una bandera mexicana.

“De todos los equipos de Fórmula 1 que me puedes poner, nunca me pasó la mente que podía llegar a Red Bull. Normalmente están apoyando a los jóvenes de su academia. Llegar por fuera es especial”, dijo Pérez al equipo de comunicación de su escudería. Las expectativas sobre Checo Pérez se han elevado en México. Sin embargo, el piloto sabe cuál es su papel en el equipo: será el fiel escudero de Max Verstappen, conductor principal. “Sergio no fue contratado para llegar a pelear con Max”, resume Carlos Jalife, analista de la Fórmula 1 en la revista FastMag. “Al ser el número dos, eso puede llevar a que si Sergio llegara a estar adelante, no sería impensable que entraran en juego las órdenes de equipo y tuviera que ceder el sitio a su coequipero, que es el elegido para pelear por la corona”, suma Jalife.

Verstappen y Checo Pérez tienen la meta de destronar a Mercedes, constructora campeona del mundo en los últimos siete años. La estrategia se basará en cómo atacar directamente a Valtteri Bottas y a Lewis Hamilton y cómo alejarse de los Ferraris de Leclerc y Sainz Jr.

El día que el jefe de la escudería del toro, Chris Horner, llamó a Sergio Pérez para confirmarlo como su piloto, el mexicano invitó a sus padres a una comida en su casa. Sobre la mesa había un pastel de cupcakes que formaban el logotipo de Red Bull y varias latas de la gaseosa energética. México, que se encomienda a Checo, ya tiene una nueva bebida favorita.



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