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Casi 11 millones de personas vulnerables a abusos laborales

Los inmigrantes trabajaban en condiciones muy peligrosas, como las que propiciaron el incendio del Triangle Shirtwaist de Nueva York en 1911

California

La empresa G & D Investments, Inc., que opera los restaurantes Fresh de Los Ángeles fue acusada de rotar a sus empleados para que trabajasen turnos dobles, sin pagarles horas extras.Casi 11 millones de personas vulnerables a abusos laborales

Los inmigrantes trabajaban en condiciones muy peligrosas, como las que propiciaron el incendio del Triangle Shirtwaist de Nueva York en 1911. El edificio quedó envuelto en llamas y 146 personas murieron, incluidas 125 mujeres y niñas inmigrantes. Trabajadores airados exigieron leyes que los protegiesen y regulasen el trabajo de menores de edad, y le dieron impulso a la adopción de un salario nacional mínimo. Cuando se aprobaron finalmente estas reformas, la inmigración había disminuido como consecuencia de políticas nativistas, con cuotas y restricciones.

Esas políticas fueron hechas a un lado en 1970 y la inmigración repuntó. Entre 1990 y el 2007 la población de inmigrantes sin permiso de residencia se triplicó. Esto generó un bloque de casi 11 millones de personas que eran más vulnerables a los abusos laborales.

Debido a las denuncias de abusos, las autoridades laborales obtuvieron una orden judicial en agosto que prohíbe al dueño de una panadería de Danbury, Connecticut, “tomar represalias o cualquier medida adversa, o amenazar con tomar medidas adversas” contra sus empleados. El Departamento del Trabajo dice que la panadería Padaminas NY Bakery advirtió a sus empleados que los despediría o los denunciaría a los agentes del servicio de inmigración si hablaban con funcionarios del Departamento del Trabajo que investigaban a la panadería. La persona que contestó el teléfono de la panadería colgó cuando se le preguntó por ese tema.

En California, las autoridades laborales federales ordenaron en mayo a un contratista del condado de Los Ángeles que produce indumentarias para la firma Anna Bella que pagase a diez empleados 5.846 dólares en sueldos atrasados. También le aplicó una multa de 3.485 dólares por violar “a sabiendas” normas de contaduría y pagar a sus trabajadores en efectivo únicamente.

Ruben Rosalez, director regional de la unidad encargada de hacer cumplir las leyes salariales del Departamento del Trabajo en California, dijo que, si bien las autoridades no averiguan el status inmigratorio de los empleados, sus investigaciones a menudo los conducen a empresas que contratan “muchas personas de color, de poblaciones mayormente inmigrantes”.

“Estamos en el 2021”, declaró Rosalez. “No debería haber violaciones a las leyes salariales en el sector de confección de ropa. Pero las hay. De hecho, son bastante comunes”. 

Las autoridades laborales hacen cumplir el pago de un salario mínimo de 7,25 dólares la hora. Si un estado o municipalidad tiene sueldos mínimos más altos, les corresponde a las autoridades locales hacerlos cumplir. Ambos hacen pagar una hora y media de sueldo por cada hora extra trabajada después de las 40 horas semanales de rigor.

Las autoridades descubrieron hace poco una supuesta maniobra para privar a empleados de una cadena de restaurantes del pago de horas extras. Empleados de locales de Baja Fresh en la zona de Los Ángeles contactaron un Centro de Oportunidades en Restaurantes (Restaurant Opportunities Center) que defiende sus intereses y que ayudó a su personal, mayormente latinoamericano, a lanzar una investigación.

La investigación se completó en marzo, en que el comisionado del trabajo acusó a la empresa G & D Investments, Inc., que opera los restaurantes de Baja Fresh de Los Ángeles, y a otras siete firmas involucradas y sus CEOS, de rotar a sus empleados entre sus restaurantes para que trabajasen turnos dobles, sin pagarles horas extras. Dijo que las empresas y sus CEOs debían a 188 empleados 375.800 dólares en sueldos mínimos, horas extras, multas y daños. Las empresas apelaron y el proceso sigue su curso. Baja Fresh y G & D Investments no devolvieron numerosas llamadas telefónicas e emails pidiendo comentarios.

Cuando los trabajadores contemplaron la posibilidad de quejarse, “algunos tenían mucho miedo”, dijo la exempleada Rocío Martínez, de 30 años. Afirmó que los jefes a menudo le pedían que trabajase dobles turnos y que a veces decían cosas que hacían que los empleados se sintiesen indefensos.

“Cosas como ‘no puedes tomarte un descanso. Estás en el país ilegalmente’”, manifestó. “Lo decían como si fuese una broma, pero no lo era”.



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