Aventura en Sierra Mojada
Volaron los pavorreales/ Rumbo a la Sierra Mojada/ Mataron a Lucio Vázquez/ Por una mujer que amaba/.- Con seguridad que muchos de mis amables lectores y lectoras les ocurre lo que a mí me sucedió al leer este primer verso del corrido de Lucio Vázquez, que no ubican con precisión el punto geográfico donde se encuentra la Sierra Mojada. Puede pensarse que es en el centro de la República Mexicana en algunos de los Estados de Michoacán, Guanajuato o Querétaro o que es un lugar imaginario por su denominación tan poética "Sierra Mojada".Pues no, sucede que el autor del corrido de Lucio Vázquez, es el músico y compositor ya fallecido Felipe Valdés Leal. Originario de Saltillo, Coah., Felipe Valdés nació el 6 de agosto de 1899; estudió en el Ateneo Fuente de esa ciudad y en 1917 a la edad de 18 años compuso el famoso corrido. Lo ubica precisamente en un bello municipio denominado Sierra Mojada del Estado de Coahuila y localizado en la falda de la sierra del mismo nombre. Felipe Valdés es el autor de más de cien canciones, muchas de ellas grabadas por artistas famosos. Entre las más conocidas están: Échale un quinto al piano, Tú, sólo tú, Hace un año, Por una mujer casada, Entre suspiro y suspiro, Mis ojos me denuncian, Los Pavorreales, Entre copa y copa y muchas más. El asunto es que fuimos a dar allá, a casi el Paraíso, al Edén, al Nido de la Paz del Mundo como lo describiera tan poéticamente el también famoso autor de bellas canciones, Humberto Adolfo Galindo quien estuvo acompañándonos en una reunión de cronistas del Estado en ese paradisiaco lugar. A ese evento invitó el presidente de los Cronistas de Coahuila el profesor Matías Rodríguez Chihuahua, al presidente nacional de cronistas el ingeniero Clemente Rendón de la Garza y al que esto escribe.Ni siquiera imaginaba que fuera cabecera de un Municipio. En el mapa de carreteras de la República Mexicana que llevaba batallé para encontrarlo al noroeste, en las colindancias con Chihuahua. En Saltillo abordamos un autobús que llevaba el bello nombre de Transportes San Fernando y que fue alquilado por el escritor saltillense Homero Gómez Valdés, mejor conocido como el "Cronista del Desierto" quién organizó la expedición.TRAYECTOPoco antes de la una de la tarde arribamos a San Pedro de las Colonias donde comimos en el restaurante La Hacienda y esperamos otros importantes personajes de la Crónica Coahuilense. Continuamos nuestra aventura por terrenos propiamente desconocidos para muchos de nosotros por una carretera estatal pavimentada. Atravesamos el semidesierto durante varias horas hasta arribar cerca de las siete de la tarde a nuestro destino.El pequeño municipio abarca en total una población de aproximadamente cinco mil habitantes, tal vez unos dos mil quinientos en su cabecera que se denomina como ya se dijo, Sierra Mojada. Tiene dos calles principales que corren de norte a sur, cuesta arriba, y varias laterales todas ellas pavimentadas de concreto hidráulico el cual fue rayado para evitar que los vehículos patinen. El lugar de arribo, centro de hospedaje y alimentación fue una construcción que data del año de 1889 la cual se conserva en buenas condiciones y que se llama "Casa la Metalúrgica". Construida por la Compañía minera Metalúrgica Mexicana, pasó después a ser propiedad de la Hacienda Cerro Blanco de Don Francisco Armendáriz Donada posteriormente al Rev. Padre Jaime Lienert en febrero de 1912, se restauró en el año de 1999. El ingeniero Clemente Rendón de la Garza, el ingeniero Homero Gómez Valdéz y el que esto escribe fuimos alojados en unas habitaciones situadas en la parte posterior de la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio, patrona del lugar, situada en una loma de donde se observa una preciosa vista de la montaña Sierra Mojada y de donde proviene el toponímico del municipio. Hasta allí nos trasladó el cronista municipal Don Roberto González Aguilera en una Jeep pick up, quien siempre se mostró muy cordial y amable. Después de alojarnos en las habitaciones asignadas, nos dedicamos a recorrer parte de la ciudad mientras los cronistas de Coahuila tenían la asamblea privada donde atendieron sus asuntos. Estábamos tomando fotografías del hermoso paisaje del atardecer escuchando los melodiosos trinos de las aves que daban su postrer adiós al día, cuando de repente, oímos la sonorosa voz de un burro perdido entre la maleza e inmediatamente Clemente me dijo: Espérate, Gárate, que otro asno va a contestar. Y efectivamente, le contestó otro animal solípedo doméstico en otro tono un poco más alto. Y en seguida, otro, y otro y aquello nos pareció un verdadero concierto vespertino. Admirados quedamos de la despedida eufónica con que los irracionales agradecen a la vida. Posteriormente, asistimos a una deliciosa cena de antojitos mexicanos servida por las generosas manos de las mujeres pueblerinas y nos retiramos a nuestras habitaciones. Subimos caminando la empinada cuesta hacia la parroquia, ya de noche, admirando la belleza del cielo tachonado de estrellas, la quietud del ambiente, la calidez de las familias que sentadas en sus sillones en las puertas de sus casas, nos saludaban cordialmente como si nos conocieran de toda la vida. Aquello nos parecía increíble. No había comunicación por celulares pues no recibían la señal. Tampoco teléfono, radio ni televisión en el hospedaje. Podíamos transitar libremente por en medio de las calles. Estuvimos tres días prácticamente aislados de la "civilización". No lo podíamos creer.Después del desayuno en el comedor de la Casa La Metalúrgica, nos trasladamos caminando al Teatro Apolo donde el Presidente Municipal médico veterinario Porfirio García García dio las palabras de bienvenida a los asistentes e inauguró los trabajos históricos.El cronista local señor Roberto González Aguilera, realizó una reseña de la fundación de la villa. Narró el cronista que el gambusino Néstor Arreola en el año de 1879, realizó una expedición en unión de otros amigos habiendo campeado por las agrestes y desoladas regiones del desierto hasta arribar a un arroyo generado por un ojo de agua que se encuentra al occidente de la actual población, y al que bautizaron con el rimbombante nombre de "Nueva York". El señor Arreola, seguramente experimentado minero y muy observador, notó que una reciente descarga eléctrica producida por un rayo había descubierto una veta en el cerro que hoy se conoce como "La Blanca" y que al examinar las piedras, éstas mostraban signos de contener mineral de plata. Con ésta presunción, regresó de inmediato al mineral de Mapimí, en el Estado de Durango donde los análisis demostraron la existencia de plata en las muestras proporcionadas. De inmediato realizó el denuncio de la veta descubierta a la que bautizó como "La Carolina". Esto suscitó un conflicto de intereses territoriales entre los Estados de Coahuila y Durango quién había otorgado permisos para la explotación de las minas que se fueron descubriendo. Para zanjar el pleito, el gobierno federal declaró territorios federales los minerales de Sierra Mojada y Sierra Rosales, siendo resuelto el problema hasta que el Estado de Coahuila demostró haber expedido un decreto el año en que se descubrió el mineral, declarando como Villa el asentamiento de Sierra Mojada. Muy importante y de gran trascendencia para la región fue el hallazgo del mineral que descubrió el señor Néstor Arreola, pues con el paso del tiempo y la habilidad de otros exploradores se encontraron vetas de minerales conteniendo óxido de hierro, minerales cobrizos y en partes con cloruro de plata, con mezclas de manganeso y plomo. También, junto con los metales se han hallado numerosas petrificaciones o fósiles de animales marinos. La noticia del descubrimiento del nuevo mineral se extendió por toda la República, y pronto la villa fue invadida por toda clase de personas deseosas de sacar provecho de la prosperidad.Para el año de 1895, la villa tenía como jefe político al señor Juan Castillón, secretario del ayuntamiento a Melchor L. Mariscal; cuatro regidores, un síndico, dos jueces locales, tesorero municipal, recaudador de rentas, juez del registro civil, jefe federal de armas, agente del Ministerio de Fomento, agente del timbre, administrador de correos. La gendarmería municipal estaba integrada por dos comandantes, un cabo y trece gendarmes. Había, además, agentes fiscales del Estado en impuesto de minería en las congregaciones, minas y haciendas mineras. Existían en la villa tres boticas, tres billares y siete montepíos. EL TEATRO APOLODe acuerdo con el adelanto y la civilización de los pobladores de la villa que arribaron de todas partes de México y del extranjero, se requería de manera imperiosa la edificación de un teatro que sirviera de esparcimiento y distracción de los trabajadores habitantes de la comunidad. Así fue como el señor Alberto Valdés, se dio a la tarea de construir un edificio que llenara los requisitos de un buen teatro moderno y funcional. De acuerdo con los datos de la crónica, las dimensiones del foro son de treinta por treinta pies, y la luneta treinta y seis de ancho por noventa pies de fondo. Posee dos telones de magnífica tela, un principal y otro de aviso obra del ameritado pintor don Alberto Sué. Cuenta con cinco decoraciones de excelente pintura, un piano marca "Stenrey", y el alumbrado está integrado por cuatro grandes lámparas "Rochester". El teatro se inauguró el 10 de marzo de 1897 con el drama "Amor de Madre" y la zarzuela "Sensitiva" traídas por el empresario teatral don Gumersindo Gutiérrez. De acuerdo con los informes de historiadores, en éste teatro se presentó Ángela Peralta.Además del teatro, la villa contó con una escuela en la que se podían albergar hasta doscientos niños; una logia masónica, una plaza de toros y el templo católico dedicado a la advocación de Nuestra Señora del Refugio. En el ramo de los profesionistas, la villa contaba con los servicios de dos abogados, cuatro médicos, dos notarios, siete ingenieros mineros, seis ingenieros químicos y dos ingenieros mecánicos. En el año de 1894, la tesorería municipal manejó la extraordinaria cantidad de 58 mil 627.56 pesos. Continuando con el programa establecido y después de escuchar al cronista de Sierra Mojada don Roberto González detallar con minuciosidad la interesante historia de su fundación, pasamos a otro tema distinto, pero no por ello menos interesante: Fito Galindo, originario de Zaragoza, Coahuila, ha sido un prolífico compositor de canciones todas ellas de gran calidad artística. Sus composiciones han trascendido las barreras de nuestras fronteras y se conocen tanto en los Estados Unidos, como en países sudamericanos como Colombia, Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, etc. Su primera grabación la hizo Amalia Mendoza y a partir de entonces le han grabado sus melodías infinidad de artistas contándose en más de cien las canciones y trescientos los intérpretes tanto nacionales como extranjeros. Fito Galindo tiene más de quinientas composiciones registradas y se le considera como uno de los mejores compositores nacionales. Oscar Flores dijo al respecto: Yo admiro y reconozco a dos compositores de México a Humberto Galindo y a Martín Urieta. De sus composiciones, a Fito Galindo la que más le gusta es Pablo del Norte, porque dice que refleja al pueblo de México en su sentir, en su pesar, en su modo de ser. Escuchamos con mucho interés y sentimiento las canciones de Fito, no cantadas, sino declamadas con la manera tan expresiva y particular de cómo él lo hace. Terminamos nuestra aventura a Sierra Mojada con un recorrido que hicimos a los lugares de interés circunvecinos como La Esmeralda, varias minas cercanas y el cementerio municipal donde encontramos la tumba del norteamericano Ambrose Gwinnett Bierece, que por sospecha de ser espía fue fusilado y sepultado en éste lugar en 1914 durante la Revolución Mexicana.
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