Asume Evo Morales su tercer mandato
El Presidente de Bolivia posó con su Gabinete tras asumir para un tercer mandato consecutivo, entre ovaciones de indígenas y campesinos.
El Presidente de Bolivia, Evo Morales, asumió hoy un tercer mandato hasta 2020 con un importante apoyo popular y un dominio del Congreso que le permitirá acelerar su proceso de cambios, pero con el fantasma de la crisis económica exterior que amenaza a la región latinoamericana.
Morales recibió de manos del presidente de la Asamblea Legislativa, Álvaro García, a su vez Vicepresidente de Bolivia, las insignias patrias: un medallón y la banda presidencial, que lleva desde 2010 junto al escudo nacional una bandera "whipala", que simboliza a los pueblos indígenas.
La crisis del petróleo
En sus primeros nueve años de Gobierno, Morales nacionalizó las riquezas naturales, entre ellas los hidrocarburos, y dio al Estado el control de las principales empresas de carácter estratégico como las telecomunicaciones o la electricidad.
Favorecido por el precio del gas -que exporta a Brasil y Argentina-, el Estado boliviano percibió cuantiosos recursos que permitieron mejorar la distribución del ingreso en beneficio de los sectores populares.
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"Ahora tendrá que gobernar en el marco de la caída del petróleo y por ello de baja de precios del gas, es decir, que tendrá que hacerlo ya no en condiciones del boom económico de los nueve años anteriores", dijo el analista independiente Carlos Toranzo.
Fue el propio Morales el que llamó a su equipo de Gobierno a demostrar su capacidad y prepararse para la crisis.
"Vamos a seguir creciendo, porque los precios internacionales ayudan, pero no son una condición suficiente ni necesaria", aseguró su Ministro de Economía, Luis Arce.
Bolivia prevé para este año un ritmo de crecimiento económico del 5.9 por ciento, muy parecido al de 2014, cuando su PIB alcanzó los 30 mil millones de dólares.
La tentación de un cuarto mandato
Con el dominio absoluto del Congreso, el gobernante tendrá autonomía para, por ejemplo, hacer reformas a la devaluada justicia boliviana o, eventualmente, modificar la Constitución y abrir la posibilidad de un cuarto mandato.
La confirmación a los temores de la debilitada Oposición pareció darla el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, al afirmar que el rito del miércoles en Tiwanaku tenía el objetivo de mostrar un liderazgo continental y anticipar un liderazgo planetario de cara a 2025.
Sin embargo, el mandatario, de 55 años, sostuvo el lunes en rueda de prensa que nunca había pensado modificar la Constitución para una posible reelección.