Acosan escándalos de corrupción a presidenciales en Argentina
Los principales candidatos presidenciales de Argentina, el oficialista Daniel Scioli y el opositor Mauricio Macri, terminarán las campañas rumbo a las elecciones del 25 de octubre envueltos en escándalos de corrupción.
Scioli, el candidato elegido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para continuar su proyecto político, fue denunciado por enriquecimiento ilícito, y aunque la justicia desestimó los cargos, su declaración de bienes generó múltiples dudas.
A pesar de que es gobernador de Buenos Aires, la provincia más grande del país, Scioli no presentó informes oficiales de sus bienes durante siete años, pero tuvo que hacerlo ahora ante la Oficina Anticorrupción, obligado por su candidatura presidencial.
Scioli reportó bienes por 13.6 millones de pesos, lo que representa un crecimiento patrimonial de más del mil por ciento desde la última declaración que presentó en 2007, cuando era vicepresidente del fallecido ex mandatario Néstor Kirchner, y en la que reconoció una fortuna de 1.2 millones de pesos.
Esto significa que el candidato oficialista que lidera las encuestas con una intención de voto del 40 por ciento se enriqueció de manera abrupta durante el gobierno que inició en la provincia de Buenos Aires en diciembre de 2007 y que todavía encabeza.
El caso de Macri, quien cuenta con simpatías electorales de alrededor del 30 por ciento, es todavía más extremo, ya que hace años que está procesado por haber participado del armado de una red de espionaje ilegal en la ciudad, cuando ya era jefe de gobierno.
Durante las últimas semanas, el velo de protección mediática del que había disfrutado el empresario se corrió luego de que el diario Tiempo Argentino revelara que su gobierno había beneficiado con contratos al comentarista deportivo Fernando Niembro.
Además de ser amigo personal de Macri, Niembro era hasta el mes pasado su principal candidato a diputado, pero fue tal el escándalo que tuvo que renunciar para no afectar todavía más la campaña del jefe de gobierno que quiere ser presidente.
El problema es que hay otros casos de empresarios amigos de Macri favorecidos con contratos del gobierno capitalino, a lo que se suma la distribución de millonarios e irregulares pagos por publicidad oficial.
Al igual que a Scioli, la declaración jurada de bienes resultó ser un dolor de cabeza para Macri, ya que presentó dos informes que se contradicen en cifras, uno como jefe de Gobierno y otro como candidato.
Las inconsistencias le valieron que la diputada Gabriela Cerruti lo denunciara penalmente por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública, acusación que seguirá su curso mientras llega el día de las elecciones.