Reynosa

1568 y 1569. La historia fantástica del pirata David Ingram

Algunos de los 114 ingleses botados del barco ‘Minion’ en las costas tamaulipecas, pudieron regresar a Europa y dieron testimonio de al menos cuatro etnias que encontraron
  • Por: Martín Salinas
  • 07 / Agosto / 2016 -
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1568 y 1569. La historia fantástica del pirata David Ingram

¦ LA TEMPESTAD. Obra de William Shakespeare basada probablemente en historias de David Ingram.

Cronista Municipal de Reynosa

El 8 de octubre de 1568 después de un par de viajes en un bote o esquife,  114 ingleses fueron botados de la embarcación “Minion” en una sección de  la costa del actual Estado de Tamaulipas. 

Por varios días estos marineros vagaron desde el lugar del desembarco, a 16 millas al norte de la Barra del Tordo del río Carrizal,  hasta el río Pánuco.   

De los testimonios de algunos de los afortunados que lograron regresar a Inglaterra, años después, conocemos que en el trayecto encontraron por lo menos cuatro etnias indígenas que habitaban en el  sur de Tamaulipas.  

La primera fue encontrada al norte del río Carrizal, mientras que la segunda al sur y no muy lejos del  río.

Un tercer grupo étnico se encontraba a un día de viaje de este río, cuando los ingleses se habían reagrupado después de haberse dividido en dos. Un cuarto grupo de nativos  es mencionado por Hortop al sur de lo que es hoy el río Barberena. 

A los  grupos nativos les interesaba proteger sus territorios de intrusos además que fueron atraídos por las únicas posesiones de los ingleses, sus atuendos.   

Algo similar les había sucedido a los náufragos españoles en 1554, cuyas naves cargadas de oro y plata se habían estrellado a causa de un huracán  en lo que es ahora Puerto Mansfield, en el sur de Texas;  hombres y mujeres fueron desnudados por los indígenas  al cruzar el litoral costero entre los ríos  Bravo y Soto La Marina, 14 años antes. 

Según Miles Phillips  los grupos “chichimichi”  (chichimecas) acostumbraban el  pelo largo, algunos hasta sus rodillas; pintaban sus caras de verde, amarillo, rojo y azul, según los hacían para parecerse  feos y terribles al contemplarlos  para  atemorizar a sus enemigos. 

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, Fray Vicente de Santa María menciona atuendos similares para los nativos de esta región de Tamaulipas en actos de guerra.  

En esos tiempos, el lugar entre el desembarco y  el río Barberena,  estuvo ocupado por  grupos étnicos conocidos como moraleños (utilizaban el litoral costero al norte del río Carrizal), panguayes, aretines, caramagueyes (cultivaban en el Cerro el Chapote) y los anacanas (cultivaban  en las inmediaciones de las salinas cerca del río Barberena). 

VIAJE EXTRAORDINARIO

La mayoría de los marineros del “Minion”, que viajaron hacia el sur desde el desembarco, terminaron por ser capturados  en el río Pánuco y llevados a la ciudad de México. 

El destino, de los 23 ingleses que decidieron viajar hacia el norte es poco conocido.  Solamente se sabe que casi un año después del desembarco en las playas de Tamaulipas, David Ingram, Richard Brown y Richard Twide viajaron hasta el río de Saint John en New Brunswick en Canadá, cerca de 60 leguas al poniente del Cabo Bretón.

De acuerdo con David Ingram habían viajado 2,000 (en realidad más de 3 mil) millas  sin permanecer más de tres o cuatro días en un mismo lugar.    

En el río Saint John se toparon con  el capitán Monsieur Champion (Champaign), quien los llevó en su barco “Gargarine” hasta New Haven, de donde viajaron posteriormente a Inglaterra en 1569.

A pesar de que se desconoce la ruta precisa seguida por los tres ingleses,  es muy probable que hayan cruzado la mayoría del estado de  Tamaulipas. 

La única historia que existe de este viaje hacia el norte fue recogida por Sir Francis Walsingham (Secretario de Estado de la Reina Isabel I) del propio  David Ingram en  1582,  13 años después del episodio. 

La Corona Británica buscaba información sobre el territorio que supuestamente había visitado Ingram; estas pesquisas les podían ser útil espara la colonización de esas regiones.  

La narración fue publicada al año siguiente.    

Esta seria republicada por Richard Hakluyt  en  “The principal navigations, voyages, traffiques and discoveries of the English nation”  en 1589; pero escepticismo surgió por  lo  exagerado de la historia,  quitándola este último de las reediciones que le siguieron a finales del siglo XVI.   

Ingram adornó su historia para impresionar  al lector con extravagantes descripciones de tierras con plata, oro y rubíes, creando dudas sobre la validez de su narración; mientras que él describe personas luciendo brazaletes y collares de grandes perlas, puede que solamente estuviera observando ornamentos fabricados con hueso y concha de los nativos de la Llanura Costera del Golfo de México.

Probablemente  la mayor confusión acerca de su narración provenga al no presentar el texto con una cronología ordenada de su historia.  

David Ingram muestra impresiones de eventos al azar a lo largo de su viaje por el Continente de América del Norte, incluyendo observaciones de la costa de África o del Continente de América del Sur, de mucho antes que fuera puesto por John Hawkins en las costas de Tamaulipas. 

ANOTACIONES  SOBRE TAMAULIPAS

Solamente tres de las anotaciones narradas por Ingram se pueden atribuir al territorio de Tamaulipas; éstas están relacionadas con atuendos indígenas, palmas y frutos de guayaba. 

En la parte sur de estos países narra que  todos los hombres van desnudos, guardando sus partes privadas con el cuello de un guaje y las mujeres con tejidos de fibra de palma. 

Durante los siglo XVII y XVIII,  el cronista del Nuevo Reino de León (Alonso de León) así como José de Escandón describen en total desnudez  a los hombres cazadores y recolectores del noreste de México; mientas que las mujeres cubrían sus partes íntimas con tejidos de plantas. 

Algunas veces estas vestían sobre los tejidos  dos piezas de piel de venado,  hasta la espinilla o a un palmo del piso. 

En estas piezas de piel se les colgaba cuentas de frutas secas, trabajos en concha y dientes de animales que sonaban al caminar.   

A mediados del siglo XVIII, una de las unidades étnicas del río Bravo llevaba el nombre de “perpapug”,  que en el idioma nativo (comecrudo) de la región significaba “los que se amarran  sus  partes con una bolsita.”

El sobreviviente inglés menciona los usos que le daban los nativos a diferentes partes de  la palma: con las fibras de las hojas los nativos preparaban mecates y cordones para sus camas y otros enseres;  preparaban un tipo de vino que se obtenía de la raíz de la palma cerca de dos pies por debajo del suelo; obtenían también un aceite rojo como remedio para heridas causadas por flechas envenenadas.  

De la parte superior se obtenía pulpa cruda como alimento después de pelar el tronco de la palma.  

Los boscajes de palmeras fueron exuberantes en los ríos Soto La Marina, San Fernando y Bravo durante el siglo XVI. 

El río Bravo es el límite septentrional de la palma; la especie “Sabal mexicana” se extiende hasta estas latitudes desde el trópico “

En su viaje Richard Ingram menciona la guayaba, una de las frutas tropicales de Tamaulipas.  

Con este fruto preparaban los nativos una bebida alcohólica que mantenían en recipientes de madera.  

En 1523, el gobernador de Jamaica Francisco de Garay encontró un asentamiento en las inmediaciones del río Soto La Marina donde mantenían  guardada esta fruta para su consumo.

Otras observaciones del marinero inglés fueron sobre la construcción de casas, instrumentos musicales, ornamentos y creencias  pueden ser atribuidas a Tamaulipas o cualquier otra parte del itinerario de su viaje continental. 

Las narraciones de los piratas  ingleses (Phillips y Hortop) que desembarcaron del “Minion” de John Hawkins en la costa de Tamaulipas  dejaron un valioso registro histórico; sus observaciones nos muestran el primitivo escenario de  Tamaulipas  y del centro de México durante el siglo XVI. 

Al contrario de estas versiones, David Ingram deja una visión en su narrativa donde se entremezcla la realidad y la fantasía.  Algunos académicos dudan de su dilatado viaje, sugieren que probablemente él y  sus acompañantes hayan sido rescatados en las costas de la Florida.

Autores contemporáneos (como Robert Bromber de la UC de Santa Bárbara)  proponen que la historia de David Ingram fue la inspiración para la obra de teatro de  William Shakespeare “La Tempestad”.  Esta fue la última obra de teatro que escribió este escritor inglés por sí solo, entre 1610 y 1611.  En ella se presenta la magia, lo sobrenatural y la fantasía,  donde incluye al personaje amerindio, Caliban.

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