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Padece Ecuador escasez de víveres; nuevo sismo de 6.1 grados

Pedernales. Casi cuatro días después del potente terremoto de 7.8 grados que dejó 525 muertos y mil 700 desaparecidos, un nuevo sismo de magnitud 6.1 golpeó la costa de Ecuador, informó el Instituto de Estudios Geológicos de Estados Unidos (USGS). En tanto, los sobrevivientes empiezan a notar los efectos de la escasez de agua y víveres, que se suman a los frecuentes cortes de luz.

Padece Ecuador escasez de víveres; nuevo sismo de 6.1 grados

El epicentro del temblor, que se produjo a las 08H33 GMT a una profundidad de 15.7 kilómetros, se ubicó a 25 km de Muisne y a 73 km de Propicia, indicó el USGS. Las autoridades no activaron la alerta de tsunami.

Según un equipo de AFP sobre el terreno, el sismo fue muy prolongado y generó alarma entre el personal que participa de las tareas de rescate de Pedernales, considerado el epicentro del terremoto del sábado, sin que por ahora se hayan reportado nuevos daños.

Más de 400 réplicas de diferente magnitud se han sentido tras el sismo del sábado, y los expertos esperan que continúen en los próximos días en este país declarado "en estado de excepción".

“No tenemos agua, ni alimentos”

"No tenemos agua, ni alimentos. Las tiendas o están cerradas o venden muy caro. Algunas pasaron los precios de uno a cinco dolares", reclama a la AFP Andrés Mantuano, en la ciudad de Manta (en la provincia de Manabí, oeste, de lejos la más afectada).

En este puerto pesquero, como en casi toda la costa del Pacífico ecuatoriano, el mal estado de las carreteras (que dificulta la distribución), el temor a saqueos y la inestabilidad de los edificios han llevado a cerrar las puertas de muchos comercios, e incluso algunos pasan las horas protegidos por las fuerzas de seguridad.

Y la ausencia de lo básico, sobre todo agua y alimentos, comienza a irritar a la población.

"En 25 minutos nos llegan miles de raciones más. Un poco de paciencia", respondió megáfono en mano el presidente Rafael Correa ante las quejas de los ciudadanos en una visita a esta localidad que más parece una zona de guerra.

El ministro coordinador de la Producción, Vinicio Alvarado, dijo tener información de que "por acción desesperada se llega a medidas de invasión de la propiedad privada y eso obligó a que muchos negocios tengan que cerrar".

Mientras tanto, más de 900 socorristas, bomberos, médicos y especialistas de 20 países, entre ellos Colombia, Chile, México, Venezuela y España, continúan buscando -sin descanso y con perros adiestrados- señales de vida entre los escombros.

Sin embargo, muchas veces los familiares se desesperan por la demora en la remoción de restos mientras el olor de los cuerpos en descomposición se vuelve más intenso.



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