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Trump, ¿amable?

En el régimen hegemónico de gobiernos priistas del siglo XX

En el régimen hegemónico de gobiernos priistas del siglo XX al cual se le llegó a denominar la dictadura perfecta, el desmedido poder autocrático del cual gozaba el presidente en turno, hacía que quienes trabajaban a su servicio se encargaran de lisonjearlo y la frase “Como usted mande, señor Presidente” era mucho muy común. 

A la sociedad se le decía lo que el Presidente quería aun cuando la realidad en la cual el pueblo vivía, distaba mucho de lo vertido por las palabras del gobierno. Ese fue el modelo de gobierno de los años 1900’s con la excepción del mandato del último presidente de la república priista de ese siglo, el doctor Ernesto Zedillo Ponce de León.

Trump, ¿amable?

La alternancia en el poder público federal llegó con el nuevo milenio, Vicente Fox Quezada encantó a la población mexicana y se convirtió en el primer Presidente de un partido distinto al PRI después de 71 años ininterrumpidos de gobiernos priistas. 

El escenario cambió, la apertura en la libertad de expresión se fue dando paulatinamente, la sociedad comenzó a ser más crítica, su voz poco a poco fue creciendo y se hizo más participativa, ahora en el nuevo esquema y durante los gobiernos panistas que gobernaron el país por 12 años, el poder ejecutivo federal mostró un cambio, aunque no del cien por ciento si uno que mostraba a una retórica que se pretendía acercar más a la realidad.

La sociedad mexicana volvía a desear un cambio en la elección presidencial del 2012, y el PRI mostraba el rostro joven y aguzado de Enrique Peña Nieto lanzando el mensaje, al menos en figura, de que era un PRI renovado, adaptado a el nuevo escenario político del siglo XXI, esperaba que el modelo de gobierno y sus formas fueran muy distintos a los vistos durante el pasado siglo, y la decepción llegó pronto.

El nuevo gobierno priista de Peña Nieto tomó exactamente el mismo patrón de ejecución de los gobiernos priistas del siglo XX, fue más de lo mismo.

Ahora tenemos un claro ejemplo con la relación que México está teniendo con un beligerante y ofensivo Donald Trump quien ha sido electo como el nuevo presidente de Estados Unidos. De todos es sabido, no sólo en México, sino en el mundo entero, de la personalidad irrespetuosa, grosera, arrogante, soberbia y petulante de Trump, lo cual lo ubica como una que raya en el desequilibrio mental, y ahora, el Secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray Caso ha salido a declarar que Trump es “un hombre negociador y extraordinariamente amable”.

Negociador no tenemos la menor duda, es un hombre de negocios exitoso, pero aun ahí, en su habilidad para negociar, no es lo mismo negociar en los negocios que negociar en la política y por lo que Trump ha mostrado hasta ahora, en la política luce como un pésimo negociador. ¿Amable el señor Trump? Por favor señor Videgaray, no sea usted sarcástico, tal pareciera que su formación en la política se dio en el siglo XX o con maestros políticos del siglo XX con sus mismas formas y modos obsoletos para una sociedad mexicana que ha evolucionado y demanda seriedad, y congruencia entre sus gobernantes.

¿A quién le quiere usted ver la cara señor Videgaray? ¿Cómo es posible que usted diga que Trump es un hombre extraordinariamente amable cuando de primera intención nos quiere poner un muro? Sí, el muro de la ignominia, que con el solo hecho de que lo quiera hacer ya ofende en gran manera a la sociedad mexicana toda, si a esa sociedad que usted representa y la cual paga su sueldo.

Se quedó en el siglo XX señor Videgaray, si en el cual el gobierno mentía y la sociedad, en su mayoría, callaba. Bienvenido a la segunda década del siglo XXI, ahora la sociedad opina, critica y no es pasiva con respecto a las mentiras del gobierno, ahora sin temor a equivocarme, si se levantara una encuesta en la cual se le pidiera a la gente si está de acuerdo con su comentario acerca de que Trump es “extraordinariamente amable”; la gran mayoría, por no decir que el cien por ciento diría que no está de acuerdo con ese comentario desafortunado.

Estas declaraciones no muestra más que a un representante de la sociedad mexicana que al menos con el poder estadounidense se muestra agachón y servil; no se está sugiriendo el que se lance a la ofensiva de una manera beligerante contra Trump, eso definitivamente sería caer en el juego podrido del magnate, solamente se le pide que por lo menos no se exceda en echarle flores a alguien que no lo merece y menos cuando el hecho está a la vista de todos, y más aún, sus actitudes y declaraciones no ha hecho más que ofender al pueblo mexicano, sí a ese que usted representa.

Por favor; Trump, ¿Amable?

Hasta la próxima, primeramente Dios.

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