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El México heroico 

La evidencia demuestra que ante las dificultades, los mexicanos sacan la casta y dan para adelante. En lo más duro de la tormenta, en lo más oscuro de la noche, emerge la chispa que como bujía enciende los ánimos para ir en busca de una salida o encontrar una solución. Así ha sido siempre, quizá por ello Agustín Yáñez llamó a México pueblo providencial. Ante los estragos del liberalismo decimonónico, hizo la primera revolución social del siglo XX; para pagar la expropiación petrolera, dio sus gallinas.

Ya en estos tiempos, ante la pandemia, todo el personal de salud se ha mantenido el pie del cañón sin importar riesgos, fatigas y sacrificios; ahora, ante el apagón del lunes, los trabajadores, empleados y personal ejecutivo y directivo de la Comisión Federal de Electricidad, trabajaron denodadamente en condiciones adversas para restablecer el suministro eléctrico en tiempo récord. Su entrenamiento les permitió maniobrar sin poner en peligro su vida, su integridad física en la tarea de llevar la luz a todos.

El México heroico 

Y qué decir de los trabajadores de las tiendas de alimentos que, rompiendo el hielo con sus zapatos y con paso apresurado, estuvieron en su lugar para que la gente pudiera comprar lo necesario para su alimentación y necesidades básicas, incluyendo velas y veladoras, unas para alumbrar las penumbras y otras para clamar el auxilio divino en circunstancias adversas que son poco frecuentes en estos rumbos. Y los gaseros y los distribuidores de insumos básicos, a lo que no importó el frío ni las dificultades.

Ante los malos tiempos, los mexicanos no sólo pusieron buena cara, sino su enorme contribución para beneficio de todos y el bienestar de los niños y los adultos mayores. Las temperaturas bajo cero grados y el congelamiento de las tuberías, agravados por la falta de energía eléctrica, no provocaron tragedias como las que se viven todavía en otros lugares cercanos. Formidable fue la acción de grupos solidarios que juntaron ropa abrigadora, frazadas y comida caliente para llevarla a las personas desamparadas.

En el registro de la historia quedará el 2020 como el año de la pandemia y el 2021 como el del apagón; sí, pero, también del heroísmo de médicos, enfermeras, químicos, asistentes, farmacéuticos, afanadoras y demás personal de clínicas y hospitales que no escatimó esfuerzo para acudir a auxiliar a la gente con problemas de salud; del gran esfuerzo que hicieron los trabajadores de la CFE para restablecer en pocas horas el servicio indispensable para la buena marcha del país. Y de la respuesta solidaria de los demás.

También habrá de recordarse como un baldón más para el régimen oprobioso que afectó tanto la soberanía energética en aras de proyectos demenciales para favorecer los oscuros intereses del hampa disfrazada de empresarios. Asegura una frase célebre de autor anónimo que: "México es tan grande que no se lo han podido acabar". Es cierto; pero, la frase debe completarse con que, lo es por sus gentes.

Para poner orden en el sistema eléctrico nacional, la Comisión Federal de Electricidad ha programado cortes parciales en varios estados del país en horarios específicos a efecto de que el fluido pueda ser distribuido de manera efectiva para garantizar el abasto equitativo sin perjuicio para los usuarios que, con el aviso oportuno, podrán toma todas las providencias necesarias para no verse afectados como ocurrió con el corte intempestivo debido al incumplimiento de contratos firmados con gaseras de Texas.

Precisamente, allá emitieron ayer un comunicado de prensa que dice: Las temperaturas cayeron en picada a un solo dígito tan al sur como San Antonio, y las casas que ya habían estado sin electricidad durante horas no tenían certeza de cuándo volverían a encenderse las luces y la calefacción, ya que la abrumada red eléctrica del estado se estranguló en apagones rotativos que normalmente solo se ven en veranos de 100F (38C). Más de 2.8 millones de personas en Texas se encuentran actualmente sin electricidad. El gobernador de Texas, Greg Abbott, describió la tormenta como "sin precedentes". 

Pero, además, se informó que: "Las turbinas congeladas han obstaculizado la capacidad de generación de energía del estado en un momento en que Texas está experimentando una demanda récord debido a las fuertes nevadas y las temperaturas extremadamente bajas. Las turbinas eólicas representaron casi una cuarta parte de la energía de Texas en 2020, lo que la convierte en la segunda fuente de energía más grande después del gas natural". El domingo, las turbinas que representan 12.000 megavatios se congelaron, confirmó el Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas, que administra la red eléctrica.