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Libertad a cualquier precio

La donación de órganos es un proyecto humano que siempre ha sido un tema que por prejuicios sociales, religiosos o simplemente porque ahora vivimos más o ya no somos tan sanos, simplemente no termina de consolidarse. 

En Estados Unidos la ciencia médica avanza, pero la facilidad de obtener órganos no lo hace de igual modo... así que considerando que la donación de órganos es permitida en prisioneros federales, siempre y cuando quien lo recibe sea un familiar directo; surge la propuesta para permitir que los presos de Massachusetts donen órganos y médula ósea para reducir el tiempo de su sentencia.

Libertad a  cualquier precio

El proyecto de ley, plantea interrogantes sobre si las prisiones podrían cuidar adecuadamente la salud de los reclusos que pasan por el quirófano para entregar órganos y cómo hacerlo. Los críticos califican la idea de coercitiva y deshumanizante; incluso cuando uno de los patrocinadores del proyecto de ley plantea la medida como una respuesta al encarcelamiento excesivo de hispanos y negros y la necesidad de igualar los donantes en esas comunidades.

El proyecto de ley crearía un Programa de Donación de Médula Ósea y Órganos dentro del Departamento de Corrección del estado para permitir que las personas encarceladas reciban una reducción de su sentencia hasta en un año.

Sin duda, la necesidad de órganos para salvar vidas es grande: hay más de 4600 personas en Massachusetts, un 28% de ellos son de raza negra o hispanos; y casi 106 000 personas en los EE. UU., en espera de un trasplante de órganos: pero los críticos dicen que la medida aborda el problema de manera equivocada.

Especialistas en ética y Derechos Humanos aseguran que ofrecer sentencias reducidas a cambio de órganos no solo no es ético, sino que también viola la ley federal.

El representante estatal demócrata Carlos González, defendió la propuesta, calificándola de programa voluntario. También dijo que está abierto a establecer una política que permita a los reclusos donar órganos y médula ósea sin el atractivo de una sentencia reducida. 

No está claro cómo las prisiones cuidarían a los reclusos tras la donación de un órgano, hasta donde contarían con las condiciones de higiene y alimenticias correctas para su sana recuperación. Algunos expertos se preguntan si una ley de este tipo sería ética.

Según un articulo de National Geografic, se calcula que en el mundo unos 2 millones de personas cada año pueden necesitar un trasplante y se vienen realizando unos 140 mil, lo que significa que la posibilidad de conseguir un órgano no supera el 4%.

En México mas de 21 mil personas necesitan un trasplante de riñón, hígado, córnea o corazón para seguir viviendo. En Estados Unidos hay más de cien mil personas que figuran en la lista nacional de espera de trasplantes y 17 personas mueren al día esperando la donación.

La propuesta de ley parece sacada de una película de ciencia ficción, donde los seres humanos están dispuestos a hacer lo que sea necesario por su libertad o por vivir mejor, quizás esas series de ficción muy pronto sean superadas por la realidad.